Los ni?os robados que vuelven a Guatemala para conocer la verdad
Alrededor de 30.000 ni?os del pa¨ªs centroamericano fueron dados en adopci¨®n internacional entre 1977 y 2007 y en muchos casos, los procesos estuvieron impregnados de irregularidades y corrupci¨®n. Algunos han regresado y ayudan a otras personas a encontrar a sus familias biol¨®gicas
En la cancha de Futeca Cayal¨¢, un barrio acomodado de Ciudad de Guatemala, una pantalla publicitaria despliega frases motivadoras: ¡°Hasta la ¨²ltima gota. Sudar es la gloria. D¨¦jalo todo en la cancha¡±. Osm¨ªn Ricardo Tobar Ram¨ªrez, de 35 a?os, ¨Dcapit¨¢n de la defensa y linebacker de Los Toros y de la selecci¨®n guatemalteca de f¨²tbol americano¨D parece tomarse en serio cada una de estas palabras. Con casco, hombrera y rodilleras, se aplica en el entrenamiento, mientras su madre, Flor de Mar¨ªa Ram¨ªrez Escobar, de 52, lo observa desde la l¨ªnea de banda con una sonrisa que le ilumina el rostro. Ha pasado 14 a?os de su vida sin ver a su hijo y ahora aprovecha cada momento.
Tobar se ha dedicado al deporte desde joven. Durante su adolescencia en Pittsburgh (Pensilvania, EE UU) consigui¨® una beca universitaria gracias a su ¨¦xito en la lucha grecorromana. El deporte es su v¨¢lvula de escape, una manera de ¡°encontrar equilibrio¡± en una existencia llena de altibajos. Actualmente, trabaja en una operadora de ventas por tel¨¦fono gracias a su perfecto ingl¨¦s y vive con su esposa Lilian y su hijo Cristian. ¡°Con la vida que he llevado, nunca imagin¨¦ que podr¨ªa tener un hogar estable. Ha sido un gran plot twist¡±, un giro radical, confiesa Tobar, en un espa?ol en el que se cuelan a veces palabras en ingl¨¦s.
A m¨¢s de 5.000 kil¨®metros de esta cancha ¨Den Montreal, Canad¨¢¨D Ignacio ¡°Nacho¡± Alvarado sue?a con una bicicleta nueva para su pr¨®ximo proyecto: pedalear de Ciudad de M¨¦xico a Ciudad de Guatemala para atraer atenci¨®n hacia su causa. ¡°Queremos crear conciencia para que lo que nos pas¨® no se repita,¡± dice con determinaci¨®n.
Tobar y Alvarado tienen mucho en com¨²n. Son dos de los 30.000 ni?os guatemaltecos dados en adopci¨®n internacional entre 1977 y 2007. Gran parte de estos procesos estuvieron marcados por las irregularidades y la corrupci¨®n, seg¨²n la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en 2018 conden¨® al Estado centroamericano por el caso de Tobar y su hermano. Tobar fue adoptado en Estados Unidos en 1998 y Alvarado en Canad¨¢ en los a?os ochenta. Ya adultos, han regresado a Guatemala para conocer la verdad sobre sus adopciones y reencontrarse con sus familias biol¨®gicas. Ambos son, adem¨¢s, activistas de derechos humanos y levantan la voz para que el robo ¡°legalizado¡± de ni?os en Guatemala no quede en el olvido.
Aquel maldito d¨ªa
¡°Ese 9 de enero de 1997 no lo olvidar¨¦ jam¨¢s,¡± cuenta Tobar. Ten¨ªa siete a?os y la Procuradur¨ªa General de la Naci¨®n entr¨® en su casa y se lo llev¨® junto a su hermano, tras una denuncia por abandono presentada por una vecina. ¡°Me dijeron que nos devolver¨ªan en la tarde, pero esa fue la ¨²ltima vez que vi mi casa,¡± recuerda.
En ese momento, Ram¨ªrez, que criaba en solitario a Tobar y a J.R. (siglas con las que la justicia se ha referido a su hermano, para proteger su identidad, puesto que ha preferido mantenerse ajeno a este proceso sobre sus or¨ªgenes) estaba en el trabajo, en un organismo gubernamental vinculado a la Administraci¨®n tributaria. ¡°Estaba feliz porque hab¨ªa ganado 2.000 quetzales (237 euros) y ya pod¨ªa dar una buena vida a mis hijos. Cuando me enter¨¦ de lo sucedido, perd¨ª el control y romp¨ª la mitad del dinero por la desesperaci¨®n de no saber d¨®nde estaban¡±, cuenta la mujer.
Ram¨ªrez acudi¨® al Juzgado de Menores, donde le confirmaron que se hab¨ªan llevado a sus hijos. A partir de ah¨ª, comenz¨® un juicio r¨¢pido que la declar¨® no apta para cuidarlos. Los peque?os, internados en la asociaci¨®n Los Ni?os de Guatemala, fueron declarados en estado de abandono. ¡°Nunca volv¨ª a verlos. Me sent¨ªa como un barco sin rumbo, estaba muerta en vida,¡± recuerda con l¨¢grimas en el rostro, tras 27 a?os.
En abril de 1998, se abri¨® un proceso de adopci¨®n rel¨¢mpago para los dos hermanos, que fueron separados y adoptados por dos familias diferentes. Tobar vol¨® a Pittsburgh, Pensilvania, el 2 de junio de ese a?o ya con otro nombre. De nada sirvieron los recursos de revisi¨®n a la sentencia presentados por Ram¨ªrez y, posteriormente, por Gustavo Tobar Fajardo, el padre biol¨®gico de los ni?os, que hab¨ªa migrado a M¨¦xico por razones econ¨®micas.
En 1977 Guatemala aprob¨® una ley que permiti¨® a notarios y abogados gestionar adopciones sin autorizaci¨®n judicial, lo cual favoreci¨® la creaci¨®n de redes de tr¨¢fico de menores participadas por hospitales, ej¨¦rcito, organismos judiciales y hogares de menores
¡°En los hogares me pegaron y abusaron de m¨ª. Adem¨¢s, pensaba que hab¨ªa perdido a mi hermano. Cuando me adoptaron estaba feliz de irme, pero nunca conect¨¦ con mis padres adoptivos y mi vida en Estados Unidos fue infeliz¡±, reconoce Tobar. Pas¨® su existencia con un sentido de desarraigo. ¡°Intentaba huir de la vida. Beb¨ªa, fumaba, entr¨¦ en una pandilla y hasta pas¨¦ unos meses en la c¨¢rcel¡±, enumera.
A diferencia de Tobar, Ignacio Alvarado ¡ªabandonado al nacer¡ª fue hallado por vecinos de una comunidad en el oriente del pa¨ªs, quienes lo cuidaron con amor y lo llevaron al hospital para controles m¨¦dicos. Poco despu¨¦s, desapareci¨® y se supo que fue trasladado al orfanato Elisa Mart¨ªnez, conocido a?os despu¨¦s por su implicaci¨®n en el tr¨¢fico de ni?os. ¡°Los vecinos estaban tan tristes que pasaron a llamar al r¨ªo de la comunidad ¡®La vuelta del ni?o¡¯, esperando que un d¨ªa yo volviera¡±, comenta Alvarado.
A los tres a?os, fue adoptado por una familia canadiense. A los 17 a?os, ya hab¨ªa cambiado de familia tres veces y su vida fue dura como la de Tobar. ¡°De adulto, una amiga me mostr¨® un art¨ªculo sobre el tr¨¢fico de ni?os en el orfanato donde estuve. Entonces me pregunt¨¦: ?As¨ª me pas¨® a m¨ª?¡±.
El mercado de los ni?os
Tobar y Alvarado fueron adoptados en el marco del conflicto armado interno que dej¨® en Guatemala al menos 200.000 muertos y desaparecidos entre 1960 y 1996. En medio del caos institucional, en 1977 Guatemala aprob¨® una ley que permiti¨® a notarios y abogados gestionar adopciones sin autorizaci¨®n judicial, lo cual favoreci¨® la creaci¨®n de redes de tr¨¢fico de menores en las que estuvieron involucrados hospitales, ej¨¦rcito, organismos judiciales y hogares infantiles.
Muchos notarios se enriquecieron facilitando adopciones internacionales sin investigar previamente si el ni?o era hu¨¦rfano o abandonado, o si la familia que lo iba a recibir era id¨®nea. A menudo, se aprovechaban de la pobreza de la gente para ofrecer un precio irrisorio por los menores, por los que las familias adoptivas pod¨ªan llegar a pagar despu¨¦s entre 30.000 y 80.000 d¨®lares (entre 28.059 y 74.826 euros), seg¨²n los c¨¢lculos de los peritos solicitados por la CIDH. ¡°Un monto (de dinero) que podr¨ªa haberse destinado a apoyar a las familias en Guatemala sin arrancar a los ni?os de sus hogares¡±, coinciden Tobar y Alvarado.
Estas facilidades legales convirtieron a Guatemala en uno de los cuatro pa¨ªses que m¨¢s ni?os daba en adopci¨®n en el mundo, seg¨²n un informe de la Relatora Especial de Naciones Unidas, y en el origen de la mayor¨ªa de los peque?os que llegaban a Estados Unidos para ser adoptados en 2008, pese a que la Ley de Adopciones guatemalteca de 2007 estableci¨® la adopci¨®n internacional como ¨²ltimo recurso. En 2010, la Comisi¨®n Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) concluy¨® que las redes de tr¨¢fico de personas empleaban cualquier estrategia para conseguir ni?os, desde amenazas contra las madres hasta el llamado ¡°lavado de ni?os¡±, que consist¨ªa en presentar ante un juez menores robados o supuestamente abandonados para declararles aptos para una adopci¨®n. Tobar y su familia fueron v¨ªctimas de ese ¡°lavado de ni?os¡±. Alvarado no, pero los dos fueron ¡°vendidos a familias que se mor¨ªan por tener un hijo¡±, sentencia Alvarado.
El regreso a Guatemala
Con el apoyo jur¨ªdico de organizaciones como Casa Alianza (ahora La Alianza) y posteriormente El Refugio de la Ni?ez, Gustavo Tobar luch¨® toda su vida para recuperar la patria potestad, ubicar a su hijo y levantar la voz sobre el robo de los ni?os. En 2002, un periodista de Newsweek localiz¨® a Tobar y le mostr¨® fotos de sus padres biol¨®gicos. ¡°Llor¨¦ y quer¨ªa regresar¡±, cuenta. Pero era solo un ni?o de 12 a?os.
¡°Cuando me dijeron que mi hijo estaba vivo volv¨ª a tener esperanza¡±, recuerda Gustavo Tobar con la voz quebrada por la emoci¨®n. La historia dio un giro en 2009, cuando el padre contact¨® a su hijo por Facebook y en 2011 finalmente se reencontraron. En 2015 Osm¨ªn Tobar decidi¨® volver a Guatemala definitivamente.
Gracias a Gustavo Tobar, el caso de sus hijos lleg¨® a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que en 2018 conden¨® al Estado de Guatemala por la adopci¨®n irregular de los hermanos. Seg¨²n la sentencia, estas adopciones ¡°se dieron dentro de un marco de corrupci¨®n, en el que un conjunto de actores e instituciones p¨²blicas y privadas operaban bajo el manto de la protecci¨®n del inter¨¦s superior del ni?o, pero con el real prop¨®sito de obtener su propio enriquecimiento¡±. En julio 2024, Bernardo Ar¨¦valo fue el primer presidente en disculparse formalmente en nombre del Estado.
¡°Por primera vez sent¨ª que mi vida ten¨ªa sentido. Dej¨¦ de beber porque era una figura p¨²blica y ten¨ªa la responsabilidad de representar a las personas adoptadas ilegalmente¡±, comenta Tobar.
Fue una emoci¨®n muy fuerte pero no hay que romantizarlo. No se pueden recuperar 35 a?os: es como ser adoptados una segunda vez. Lleva tiempo crear una relaci¨®nIgnacio 'Nacho' Alvarado
Por su parte, Alvarado comenz¨® a indagar sobre sus or¨ªgenes durante un viaje a Guatemala en 2019. ¡°Caminando por la Sexta Avenida vi las fotos de los desaparecidos del conflicto y me sali¨® la idea de empapelarme yo tambi¨¦n para ver si alguien me estaba buscando¡±, cuenta Alvarado que, con el apoyo de HIJOS Guatemala, consigui¨® colocar su fotograf¨ªa en varios lugares para sensibilizar sobre el tr¨¢fico de ni?os.
Una muestra de ADN le permiti¨® contactar con una prima segunda, poco a poco fue sabiendo que su origen estaba en una comunidad del oriente y en 2022 pudo conocer a su madre con el apoyo de la Liga de Higiene Mental de Guatemala. ¡°Fue una emoci¨®n muy fuerte, pero no hay que romantizarlo. No se pueden recuperar 35 a?os: es como ser adoptados una segunda vez. Lleva tiempo crear una relaci¨®n¡±, reconoce Alvarado, que en 2021, fund¨® el Colectivo Estamos Aqu¨ª, del cual Tobar tambi¨¦n forma parte. Cualquier persona adoptada que tenga dudas sobre su pasado o est¨¦ buscando a su familia biol¨®gica puede contactarlos. Para ello usan muestras de ADN, partidas de nacimiento o fotograf¨ªas en las calles. En tres a?os, han logrado ocho reencuentros. ¡°Es importante que nunca se culpabilicen los padres biol¨®gicos, aunque pueda ser dif¨ªcil¡±, recalca Alvarado.
Est¨¢ a punto de salir de la videollamada, pero se acuerda de que no ha contado algo importante. ¡°?Sabes qu¨¦? En la comunidad donde me encontraron ya cambiaron el nombre al r¨ªo. Ahora se llama ¡®El ni?o de vuelta¡¯, porque he regresado,¡± dice, sonriendo en su espa?ol con acento franc¨¦s.
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