Coco Argent¨¦e, o c¨®mo venir de la cultura pigmea con destellos de plata
Una de las m¨¢s c¨¦lebres compositoras camerunesas alienta con sus letras a las mujeres de su pa¨ªs para que se sientan poderosas e independientes
Ning¨²n trabajo es menor, para nadie, y menos para las mujeres, porque tener trabajo las emancipa. Ese es el mensaje m¨¢s contundente de Coco Argent¨¦e. Nacida Corine C¨¦line Ntyame, en Mbandjock, Camer¨²n, en 1982, Coco fue enfermera en Europa, como inmigrante, antes de convertirse en la diva plateada (argent¨¦e, en franc¨¦s) de ?frica Occidental. Ya lleva m¨¢s de una d¨¦cada con pesta?as de platino sobre los escenarios europeos y del mundo. Ahora, desde B¨¦lgica, el pa¨ªs en el que ha sido madre, vuelve al territorio pigmeo de su padre para decir que eso es lo que siente, que ella tambi¨¦n pertenece a la etnia pigmea y que va a celebrarlo.
Je me sens, je me sens, je me sens (me siento) es su ¨²ltimo sencillo, en el que habla de ese orgullo ancestral, en medio de la fecundidad del bosque camerun¨¦s, con una coreograf¨ªa afro pop y un cambio de vestuario siempre glamuroso, entre futurista y tribal, con pupilas de plata y labios verdes o trenzas azules, y exageradas u?as felinas. En el escenario, su estatura se mide en la potencia con la que sale y con la que pisa, como la que mostr¨® en su actuaci¨®n en el marco de Femua - Festival de M¨²sicas Urbanas de Anoumabo, semanas atr¨¢s, en Abiy¨¢n (Costa de Marfil). Y de verdad se la ve disfrutar de esa aura que posiblemente le dio el mote de ¡°gal¨¢ctica¡±, tambi¨¦n cuando baja del escenario, como lo deja notar al presentarse a una tarde de entrevistas, bajo el sol del tr¨®pico, con su atuendo estelar, de la cabeza a los pies.
Coco Argent¨¦e sabe bien c¨®mo se siente esto de no ser exclusivamente una cosa, de una ¨²nica nacionalidad o un solo idioma, porque, como ya lo dijo Amin Maalouf en Identidades asesinas, la identidad se construye hacia adelante y no solamente remontando el cauce de los antepasados. Ella es autora, compositora, cantante pop camerunesa y residente en B¨¦lgica, entre muchas otras facetas que quiz¨¢ ella misma est¨¦ empezando a rastrear.
Ante todo, es una mujer que se siente poderosa y que no deja de alentar a sus compatriotas y a todas las mujeres de su continente a perseguir ese estado. Por eso las previene, desde las letras de sus temas y en este tranquilo di¨¢logo entre mujeres, para que no cedan todos sus sue?os al ¨¦xito de sus maridos, para que nunca se pierdan en las vidas de otros. De ah¨ª lo de la ¡°independencia financiera¡±, crucial para ¡°poder decidir lo que quieren hacer por s¨ª mismas¡±. Resulta convincente, tanto al decirlo, como bailando y cantando con esa voz algo ronca que la vuelve atractiva y reconocible.
Hu¨¦rfana de madre, Coco empez¨® a cantar, de ni?a, en el coro de una iglesia protestante de Ngoumou (regi¨®n central de Camer¨²n), mientras crec¨ªa cerca de su padre, que era ferroviario, y de sus hermanas. Con otro camerun¨¦s, Manu Dibango, tuvo la oportunidad de que su grupo de voces femeninas actuara como telonero en su propio pa¨ªs, antes de emigrar a B¨¦lgica, con algo m¨¢s de 20 a?os.
En la sociedad europea, las mujeres saben que es un deber reivindicar y denunciar todo lo que les pasa; en otras sociedades, todav¨ªa se sienten juzgadas al denunciar algo y tienen miedo de afrontar lo que les viene encima si denuncian las violencias
Tres ¨¢lbumes despu¨¦s de su debut, en 2010, la encontramos rodando por el mundo: ¡°El videoclip de Je me sens me lleva a la regi¨®n de mi infancia, donde crec¨ª. Decid¨ª hacerlo all¨ª, en la naturaleza, y por la naturaleza, para valorarla, junto con las danzas africanas y nuestros idiomas¡±. En este sencillo, canta fundamentalmente en bulu, que es una lengua bant¨², hablada por casi un mill¨®n de personas en la cuenca del Congo. Y es el idioma de su padre, el de la zona rural en la que ¨¦l creci¨®: ¡°En esta canci¨®n les digo a todos que tengo confianza en m¨ª, que soy pigmea, que este es mi hogar¡±.
Es el hogar al que vuelve y en el que ahora puede instalarse por temporadas. Dice sentirse ¡°feminista¡± e ¡°independiente¡± y observa que muchas otras mujeres, en Camer¨²n, van consigui¨¦ndolo: ¡°Por eso, nosotras, las conocidas, somos modelos de esa independencia¡±.
?Cu¨¢les son las particularidades del feminismo negro? Le preguntamos, aludiendo incluso a esos permisos nuevos, en materia de est¨¦tica que, por fin, han instalado algunas grandes estrellas afroamericanas, lejos de los estereotipos de pelos lisos o cuerpos delgad¨ªsimos de las mujeres europeas. ¡°Cada una tiene una visi¨®n de sus particularidades y cada una tiene sus combates y sus objetivos en sus propias sociedades¡±, expresa.
Coco Argent¨¦e lo explica de una manera muy gr¨¢fica: ¡°En la sociedad europea, las mujeres saben que es un deber reivindicar y denunciar todo lo que les pasa; en otras sociedades, todav¨ªa se sienten juzgadas al denunciar algo y tienen miedo de afrontar lo que les viene encima si denuncian las violencias¡±.
Acerca de la normatividad de los cuerpos blancos, aclara: ¡°Ya estamos en una sociedad emancipada¡±. Tambi¨¦n dice: ¡°Las redes sociales nos han ayudado a tener otros orgullos, africanos o panafricanos¡±. Y este es, en su opini¨®n, el lado positivo de la mundializaci¨®n. Qui¨¦n mejor que ella, con v¨ªdeos en YouTube que se cuentan en n¨²meros de visualizaciones de m¨¢s de siete cifras, para constatarlo. ¡°Hoy, la m¨²sica africana gusta¡±, afirma. Sin embargo, no le cabe duda de que todas tenemos que adaptarnos a todas las sociedades. ¡°A ser yo y el otro, y nunca olvidar de d¨®nde venimos¡±.
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