¡®Coup¨¦ decal¨¦', la m¨²sica que naci¨® para aliviar la tensi¨®n de la guerra civil en Costa de Marfil
Este g¨¦nero festivo, surgido hace 20 a?os como contrapeso de la violencia, sigue haciendo bailar al pa¨ªs africano con su ritmo urbano, lleno de humor y compromiso social
El estilo musical marfile?o por excelencia, el coup¨¦ decal¨¦, cumple 20 a?os de vida. Son dos d¨¦cadas de m¨²sica bailable y festiva made in C?te d¡¯Ivoire (hecha en Costa de Marfil) que coinciden ¨Cno por casualidad¨C con el aniversario, este mes de septiembre, del golpe de Estado que en 2002 sumi¨® al pa¨ªs en una dolorosa guerra civil que dur¨® oficialmente hasta 2007. El coup¨¦ decal¨¦, hijo algo rebelde del soukous (o lingala) y la rumba congole?a, naci¨® al alba del siglo XXI entre los j¨®venes de la di¨¢spora parisina llamando a la diversi¨®n, la despreocupaci¨®n y el ¨¦xito, como t¨¢citos contrapesos a la sangrante violencia cotidiana que, por entonces, se viv¨ªa en las calles de Abiy¨¢n, la capital econ¨®mica de su pa¨ªs.
Esos j¨®venes nacidos en los setenta y ochenta no quer¨ªan disfrutar de la buena vida solos en Europa. Pretend¨ªan tambi¨¦n contagiar de alegr¨ªa ¨Co, al menos, aliviar la tensi¨®n¨C a su gente, que viv¨ªa afligida ante una guerra en ciernes y con toques de queda que solamente pod¨ªan sortear bailando de d¨ªa en las calles y en las discotecas de Abiy¨¢n. En 2002, Douk Saga y sus colegas DJ del grupo La jet set ivorienne (entre ellos, Le Molare, Mimi Versace y Joe Papy) hab¨ªan conmocionado la noche de las discos en los barrios africanos de Par¨ªs con una m¨²sica percusiva, hecha fundamentalmente con sintetizadores, sobre bases marcadas de tambores aut¨®ctonos. Las escuetas letras les hablaban a los buenos entendedores con la picard¨ªa del nouchi (el franc¨¦s dialectal marfile?o que adopta palabras de lenguas locales o del ingl¨¦s). As¨ª, de vuelta al Golfo de Guinea, aquellos ritmos fueron las herramientas de las que, consciente o inconscientemente, los j¨®venes artistas se sirvieron para sacar pasos, re¨ªrse en compa?¨ªa y calmar los ¨¢nimos, en pos de la unidad de la poblaci¨®n de un pa¨ªs desunido por ambiciones poscoloniales y mezquindad local. De 2003 data, pues, Sagacit¨¦ (Sagacidad) de Douk Saga, canci¨®n inaugural del coup¨¦ decal¨¦, cuyo t¨ªtulo tambi¨¦n podr¨ªa leerse en franc¨¦s como ¡°la ciudad de Saga¡± (Saga cit¨¦).
¡°? d¨¦cal¨¦, d¨¦cal¨¦: d¨¦cal¨¦¡±, repite la letra de Saga, cuyo verbo d¨¦caler (desplazar), en franc¨¦s, se lee escrito seg¨²n su fon¨¦tica, e incita a moverse con pasos parecidos a los del ndombolo congole?o, arqueando las caderas con contundencia, desplazando los pies y flexionando las rodillas r¨ªtmicamente, avanzando con una o dos piernas, mientras la l¨ªrica invita a volar (?una met¨¢fora del ascenso social?). En fin, concentrarse en el placer del movimiento y... tener ¨¦xito pero, sobre todo, tomarse las cosas con levedad, olvidar las fricciones sociales y unirse bailando; eso s¨ª, sin perder la sagacidad.
En aquellos clips pioneros del g¨¦nero, la torre Eiffel aparece en varios planos, de fondo, y tambi¨¦n los centros comerciales europeos con escaparates de marcas de lujo y los omnipresentes coches caros. Sin embargo, con el tiempo y la mecha del coup¨¦ decal¨¦ encendida en la propia Abiy¨¢n, esas primeras melod¨ªas rudimentarias se fueron sofisticando y las localizaciones de los videoclips se mudaron a Costa de Marfil. La sagacidad del emigrante prend¨ªa entre los DJ locales, que animaban las fiestas de los maquis (chiringuitos) de todos los barrios metropolitanos que flanquean la laguna de ?bri¨¦, en una ciudad de m¨¢s de cinco millones de habitantes (la segunda m¨¢s grande de ?frica Occidental, despu¨¦s de Lagos, Nigeria).
La est¨¦tica del coup¨¦ decal¨¦ se desplazaba a salones de fiesta comunitarios o a barrios de asfalto indeciso, con casas bajas de techos ondulados, e incluso a los atuendos tribales tradicionales. As¨ª, a las estrellas con ropas y accesorios de grandes marcas occidentales se les sumaba un ballet de ciudadanos corrientes, bailando en calles de tierra, con sus caracter¨ªsticas sandalias sumergibles de caucho, blancas o transparentes (all¨ª las llaman l¨ºk¨º). Calzado barato y collares Dior, tal el orgulloso mestizaje que comenzaba a promover el coup¨¦ decal¨¦, en el que tambi¨¦n las artistas femeninas se han mostrado fuertes, aunque ellas son menos y casi siempre obligadas a conciliar con la vida familiar. En esta lista reciente de Radio France International (RFI) figuran temas de Claire Bahi y Bamba Ami Sarah (podr¨ªan agregarse los nombres de Vitale, La Congolaise o Janine Kleen).
Entre el f¨²tbol y los plat¨®s
Para cuando muri¨® Douk Saga, en 2006 (con solo 32 a?os, en Uagadug¨², Burkina Faso), una segunda generaci¨®n de adalides del g¨¦nero hab¨ªa entrado a escena en Abiy¨¢n, entre ellos el inexorable DJ Arafat. Por entonces, el goleador marfile?o Didier Drogba jugaba en el Chelsea y se perfilaba como el mejor futbolista de su continente. El coup¨¦ decal¨¦ se renovaba, entonces, con la creatividad de los fen¨®menos m¨¢s populares, en crossovers donde los protagonistas africanos de diferentes ¨¢mbitos discut¨ªan y se respond¨ªan p¨²blicamente.
Como no pod¨ªa ser de otra manera en el pa¨ªs de Alpha Blondy, los m¨²sicos y DJ han enfatizado el uso de sobrenombres estrafalarios que van cambiando, e inventado conceptos que sus fans adquieren para aplicar a la vida cotidiana. No se trata solamente de incorporar a la jerga nuevas expresiones idiom¨¢ticas (salpicadas de singulares castellanizaciones, derivadas del gusto por la telenovela latinoamericana), sino tambi¨¦n de coreografiar gestos que apostillan la actualidad y sus preocupaciones generacionales (la Danse de la moto es un ejemplo). Mientras tanto, entre los extranjeros sigue circulando la teor¨ªa de que el nombre del estilo proviene de la acepci¨®n macarra de couper (estafar/enga?ar) y d¨¦caler (huir/salir corriendo), aunque desde dentro del movimiento se ha desmentido esta tesis y de esto habla el documental Coup¨¦! Une histoire d¨¦cal¨¦e (2015) de Toussaint Aka y Osita Aneke: se tratar¨ªa, en realidad, de la evoluci¨®n de un baile llamado coup¨¦ clou¨¦ (literalmente, corte clavado).
Se necesita gran destreza f¨ªsica para dominar estas coreograf¨ªas que pueden evocar el erotismo, como lo hace el perreo latino, pero que aparecen ligadas a la celebraci¨®n familiar y vecinal
Quienes han trazado la cronolog¨ªa de esta m¨²sica, que se ha estilizado con productores como David Monsoh, aseguran que la tercera ola de representantes lleg¨® tras las exequias de Estado de su padre oficial y mientras el pa¨ªs a¨²n intentaba dejar atr¨¢s la guerra civil. Pasada la primera d¨¦cada del siglo, las visualizaciones de los v¨ªdeos de las estrellas por Youtube ya se med¨ªan en n¨²meros de siete y ocho cifras. ¡°Bebe, on va s¡¯amuser¡± (beb¨¦, nos vamos a divertir) cantaba Serge Beynaud, descubierto por el propio Saga, tal como se comentaba en una lista de reproducci¨®n marfile?a de 2017, en este mismo espacio. En las letras del coup¨¦ decal¨¦, la partner no es la bitch ¨Ccomo se estila en el rap norteamericano¨C sino la bb (as¨ª se menciona en franc¨¦s al amado objeto de deseo).
S¨ª hay similitudes con la cultura del rap y de otros fen¨®menos de la m¨²sica urbana contempor¨¢nea: aqu¨ª tambi¨¦n los int¨¦rpretes se nombran a s¨ª mismos y a sus colegas en medio de las l¨ªricas, e improvisan l¨ªneas de actualidad y proclamas. En el coup¨¦ decal¨¦, no obstante, a todos los grandes asuntos del mundo y el continente se les quita solemnidad con el juego de repetici¨®n de onomatopeyas y el ritmo acelerado que hace vibrar gl¨²teos de hombres y mujeres en primer plano. Se necesita gran destreza f¨ªsica para dominar estas coreograf¨ªas que pueden evocar el erotismo, como lo hace el perreo latino, pero que en este caso aparecen ligadas a la celebraci¨®n familiar y vecinal. Adem¨¢s, a diferencia de otras tendencias tropicales latinoamericanas, algunos artistas del coup¨¦ decal¨¦ se implican fuertemente en los sucesos hist¨®ricos y pol¨ªticos de la naci¨®n.
Este es el caso de Debordo Leekunfa, otro de los iconos llegados con la tercera ola, seg¨²n el magazine especializado Music in Africa, y con una trayectoria ascendente que lo ha tra¨ªdo en forma a 2022, con su reconocible marca del canto a capela. Debordo fue socio art¨ªstico e ¨ªntimo amigo/enemigo de DJ Arafat (quien fuera apodado el rey del coup¨¦ decal¨¦ y nombrado por Forbes Afrique como el artista africano m¨¢s influyente internacionalmente, en 2015). Ambos brillaron juntos hasta que tuvieron estatura similar y Debordo, un cantante de voz d¨²ctil y muy carism¨¢tico, decidi¨® despegar como solista.
Costa de Marfil vive ahora tiempos de paz, pero estos m¨²sicos que sufrieron la guerra civil en su adolescencia ya se han comprometido con la causa colectiva
La escena se diversific¨® y el g¨¦nero gan¨® trascendencia y matices, con arreglos m¨¢s depurados, as¨ª como m¨¢s de 100 pasos de danza que ya llevan el sello del coup¨¦ decal¨¦ en toda la regi¨®n. Lamentablemente, en agosto de 2019, DJ Arafat se estrell¨® con su moto en Abiy¨¢n y muri¨® a los 33 a?os. Los homenajes que se le rindieron y se le siguen ofreciendo en cada aniversario son el term¨®metro de la amplitud que ha tomado este fen¨®meno cultural que ha acompa?ado todo lo que ha ocurrido en Costa de Marfil en los ¨²ltimos 20 a?os, relat¨¢ndolo e invitando a la gente a estar en pie frente a cualquier adversidad.
Hoy las noticias informan de la captura, por parte del gobierno golpista de Mal¨ª, de 49 soldados marfile?os en misi¨®n de la ONU, a quienes se retiene en Bamako desde mediados de julio, y el coup¨¦ decal¨¦ reacciona: Debordo Leekunfa convoca al concierto Ultim¨¢tum, como llamamiento a la liberaci¨®n de los soldados, el pr¨®ximo 17 de septiembre. Costa de Marfil vive ahora tiempos de paz, pero estos m¨²sicos que sufrieron la guerra civil en su adolescencia ya se han comprometido con la causa colectiva.