?Qu¨¦ se para si se para la Econom¨ªa Solidaria?
Las empresas bajo este modelo financiero alternativo llevan a?os trabajando en la brecha de g¨¦nero y en mejorar las pol¨ªticas de conciliaci¨®n, desde el firme convencimiento de que el cambio ser¨¢ feminista o no ser¨¢
Corr¨ªa el a?o 2017 cuando comenz¨® a gestarse el primer paro internacional feminista a escala mundial, antesala de la que fuera la primera huelga feminista global de 2018. Uno de los lemas centrales de estas primeras convocatorias, as¨ª como de otras que le siguieron, era el ya cl¨¢sico ¡°Si nosotras paramos, se para el mundo¡±: un llamamiento a las mujeres a detener sus respectivos trabajos en el empleo y de cuidados para visibilizar as¨ª la inviabilidad de la vida sin estas labores productivas y reproductivas.
Pero ?c¨®mo se visibilizan los intentos por superar algunas de las demandas de estas movilizaciones, tales como acabar con la brecha de g¨¦nero o mejorar las pol¨ªticas de conciliaci¨®n, los otros 364 d¨ªas del a?o? Las empresas de la Econom¨ªa Solidaria llevan a?os trabajando en ello, desde el firme convencimiento de que su movimiento ¡°ser¨¢ feminista o no ser¨¢¡±. Por ello, la campa?a de auditor¨ªa social, que eval¨²a las pr¨¢cticas de estas empresas conforme a los valores de una carta de principios ¨Cespina dorsal de este movimiento y modelo econ¨®mico alternativo¨C, desde 2018 incorpora a este an¨¢lisis una mirada feminista cuyo resultado es un informe anual con perspectiva de g¨¦nero respecto estas pr¨¢cticas empresariales.
Estas gafas violetas sobre la pr¨¢ctica econ¨®mica de quienes no buscan en su actividad empresarial el lucro y la acumulaci¨®n, sino ganarse el pan mirando por el bien com¨²n, nos revela que es posible contar con pol¨ªticas inclusivas. Tambi¨¦n que el 96% de las empresas use un lenguaje inclusivo o que cerca de un 60% cuente con planes de igualdad y protocolos para prevenir el acoso sexual. Como tambi¨¦n nos muestra su alto compromiso con la conciliaci¨®n y la corresponsabilidad, como confirma que el 76% de las empresas incorpore medidas de conciliaci¨®n, as¨ª como que el 82% genere espacios de atenci¨®n emocional y cuidados.
Y para muestra, un bot¨®n, porque el papel todo lo aguanta y las estad¨ªsticas m¨¢s. Y como esta otra econom¨ªa busca poner en el centro a las personas, ?qu¨¦ mejor que experiencias concretas para ilustrar estas buenas pr¨¢cticas y hacer, dicho sea de paso, algo m¨¢s cercano este modelo econ¨®mico? Al cuestionar de ra¨ªz las l¨®gicas sist¨¦micas se nos hace a veces incomprensible dentro de los marcos culturales dominantes.
Tenemos as¨ª el ejemplo de Tiebel S. Coop, compa?¨ªa de iniciativa social para la prestaci¨®n de servicios de limpieza profesional, formaci¨®n ocupacional y orientaci¨®n laboral cuyo objetivo es, en ¨²ltimo t¨¦rmino, generar empleo, preferentemente para la mujer. Marta Esteban Tol¨®n, una de sus integrantes, nos comentaba en el acto de presentaci¨®n de la campa?a de Auditor¨ªa Social de 2022 c¨®mo, gracias a esta herramienta de an¨¢lisis, detectaron la existencia de brecha salarial. Comprobaron que los hombres, a pesar de tener la categor¨ªa de limpiador, estaban disponibles para trabajar en d¨ªas festivos, por lo que su remuneraci¨®n se ve¨ªa incrementada por esos pluses.
Este reciente descubrimiento de brecha salarial les ha activado en la b¨²squeda de f¨®rmulas para combatirla y reforzar otras acciones para el fomento de la corresponsabilidad que llevan a?os efectuando. Tiebel organiza varias salidas al a?o del personal laboral con sus parejas y familias. Son encuentros donde, adem¨¢s de actividades deportivas para promover una vida saludable, se realizan actividades para trabajar la igualdad: como algunos juegos con tarjetas donde se fomenta la corresponsabilidad, din¨¢micas para pintar y visibilizar las tareas que hace cada cual en casa o un Party & Co, un juego de mesa con preguntas y pruebas de m¨ªmica sobre cuestiones de igualdad. Seg¨²n las propias trabajadoras de la cooperativa, todas estas din¨¢micas han supuesto significativos cambios en sus hogares.
El 60% de las empresas de la econom¨ªa solidaria cuentan con planes de igualdad y protocolos para prevenir el acoso sexual
Para promover, asimismo, la plena participaci¨®n y atender tambi¨¦n a necesidades afectivas y emocionales, encontramos iniciativas como la de ColaBoraBora, cooperativa que ha desarrollado un mecanismo llamado Guardianas de la Participaci¨®n para asegurar una participaci¨®n distribuida y corresponsable en decisiones y reflexiones internas. Se trata de una serie de reuniones a lo largo del a?o, organizadas de forma rotativa por cada persona trabajadora ¨Cuna es la responsable de la organizaci¨®n y otra est¨¢ de apoyo¨C, que abordan aspectos tanto productivos como reproductivos, analiz¨¢ndose as¨ª cuestiones como: el dinero (cu¨¢nto se necesita facturar, los salarios¡), las estrategias (para planificar, identificar ¨¢mbitos, clientes y alianzas prioritarias), los aprendizajes (qu¨¦ se ha aprendido y sobre qu¨¦ gustar¨ªa aprender) y la vida (cuestiones m¨¢s relacionales, emocionales, de cuidados, de aspiraciones...).
En estas reuniones, como comenta Ricardo Ant¨®n, uno de sus integrantes, tratan tambi¨¦n ¡°de jugar con los formatos y las metodolog¨ªas¡± incorporando din¨¢micas l¨²dicas, paseos y otras actividades creativas colectivas. ¡°Sobre todo, las reuniones de aprendizajes y vida suelen generar alg¨²n tipo de imagen, objeto, t¨®tem o elemento simb¨®lico que pasa a estar presente en el imaginario del espacio de la oficina. Y normalmente terminan con una comida o con un momento m¨¢s distendido¡±. Seg¨²n Ant¨®n, estos son los momentos m¨¢s formales que usan para tratar estos temas, pero si es preciso tambi¨¦n se les dedica atenci¨®n dentro de las asambleas generales de trabajo que se realizan semanalmente.
A partir de esto, y tomando prestada la proclama feminista de paro mundial, nos preguntamos ante este 8M ?qu¨¦ pasar¨ªa si la Econom¨ªa Solidaria parara? A¨²n siendo conscientes del limitado impacto de este modelo econ¨®mico, que no en vano supone m¨¢s de un 10% del PIB en el marco del tronco com¨²n de la Econom¨ªa Social, nos preguntamos si no perder¨ªamos importantes referentes para lograr empresas m¨¢s feministas.
El valor de las cosas ¨Cy de esto saben mucho las gentes de la Econom¨ªa Solidaria y del consumo responsable que promueve¨C, no es siempre el m¨¢s evidente ni tampoco se mide solo en t¨¦rminos cuantitativos. No deber¨ªa medirse al peso la existencia, por ejemplo, de una banca ¨¦tica y democr¨¢tica, de cooperativas de energ¨ªa renovable, de servicios de telefon¨ªa conscientes, de supermercados cooperativos y de una amplia lista de servicios y productos cuyas proveedoras no solamente se declaran feministas, sino que abogan por la justicia social y la sostenibilidad m¨¢s all¨¢ del greenwashing. Al contrario, el mero hecho de existir y demostrar que es posible hacerlo bajo esos valores ya supone una valiosa fuente de inspiraci¨®n cuya estela no solo deber¨ªamos seguir, sino reconocer y apoyar, por el impacto cualitativo del ejemplo que supone.
Y queda camino por hacer, claro est¨¢. Hay muchos retos a¨²n en el horizonte; desde la mera escalabilidad del modelo a la profundizaci¨®n de estos an¨¢lisis y sus mejoras derivadas para hacer las empresas de la Econom¨ªa Solidaria a¨²n m¨¢s habitables. Como recoge el propio informe de g¨¦nero de la Auditor¨ªa Social, necesitamos seguir trabajando por la equidad de g¨¦nero e incrementar, entre otras cuestiones, el n¨²mero de mujeres trabajadoras en cargos societarios o de responsabilidad (actualmente superior a los de la econom¨ªa convencional, pero mejorable desde nuestro punto de vista y objetivos de equidad de g¨¦nero).
Como tambi¨¦n queda mucho para permear y tejer alianzas con grupos y sectores que est¨¢n siendo punta de lanza de algunas de las luchas laborales y feministas de referencia, como las kellys, las envasadoras hortofrut¨ªcolas y las trabajadoras de hogar. Quede cuanto menos este reconocimiento como t¨ªmido paso para ello.
Quienes nos reconocemos como activistas de lo econ¨®mico, esto es, quienes creemos que el modelo y nuestro papel como productoras y/o consumidoras es determinante para construir otros marcos, no solo financiero, sino tambi¨¦n pol¨ªticos y sociales, m¨¢s justos y sostenibles, creemos que nos es posible escindir nuestras proclamas, en este caso feministas, del sistema que nos cobija (o explota m¨¢s bien¡). Por ello, es quiz¨¢s momento de visibilizar tambi¨¦n estas otras realidades que en lo econ¨®mico, pero con voluntad completa de transformaci¨®n social, est¨¢n trabajando a diario bajo las premisas de los feminismos, haci¨¦ndolas suyas, nutri¨¦ndose de ellas. Porque es en esta uni¨®n y este sentimiento com¨²n de quienes estamos aqu¨ª y all¨¢ aportando nuestro granito, feminista, ecologistas, social y solidario, cuando sin duda podemos decir que si queremos, cambiamos el mundo.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.