Empresas en la brecha por el compromiso con la sociedad

M¨¢s informaci¨®n

Alimentar el cambio desde la econom¨ªa social

Econom¨ªa solidaria y democracia

Corrupci¨®n, pobreza, desempleo, desmantelamiento de derechos, brecha de g¨¦nero, techo de cristal y suelo pegajoso, cambio clim¨¢tico, p¨¦rdida de la biodiversidad, sexta extinci¨®n¡­ Son muchas las grietas que se vienen abriendo en este sistema decadente, y a¨²n m¨¢s las personas que tienen clara su apuesta por la construcci¨®n de otros marcos econ¨®micos y sociales m¨¢s justos, inclusivos y sostenibles. Pero, ?c¨®mo seguir abriendo esas grietas para plantar la alternativas necesarias que hagan germinar ese otro mundo que queremos? ?C¨®mo visibilizar estas iniciativas que ya est¨¢n teniendo lugar?

Empresas con una presencia predominante de mujeres trabajadoras contratadas a tiempo completo (63%) y que ostentan en mayor porcentaje que los hombres labores de representaci¨®n (56,7%). Organizaciones en donde los cargos de responsabilidad son ocupados mayoritariamente por mujeres (59,9%), quienes ostentan en diez puntos m¨¢s la participaci¨®n en puestos pol¨ªticos (50,9%) y tienen un salario medio m¨¢s elevado. Empresas con una clara apuesta por el uso de lenguajes no sexistas (94,9%) y que cuentan con medidas de apoyo que mejoran los permisos establecidos por la ley en temas de conciliaci¨®n del trabajo con responsabilidades de cuidados a otras personas, con autocuidados o con permisos activistas (en 3 de cada 4 casos).

Este compromiso por la igualdad de g¨¦nero es extensible a otros ¨¢mbitos que generan impactos sociales positivos; como podemos deducir de hechos como que la mayor¨ªa de empresas (el 64,7%) destinen parte de los recursos obtenidos a la constituci¨®n de reservas, la compensaci¨®n de p¨¦rdidas o la inversi¨®n propia y s¨®lo una peque?a parte de las mismas al reparto de beneficios entre socios, propietarios o asociados (5,5%) o que la mayor¨ªa contemple medidas para fomentar la formaci¨®n de las personas empleadas (97,2%). Son empresas que ven en la cooperaci¨®n una apuesta por la construcci¨®n de otras relaciones econ¨®micas. Por ello, estas entidades se implican y participan en iniciativas y redes de transformaci¨®n social (93,2%), desarrollan proyectos comunes (70,6%) y buscan relaciones de intercooperaci¨®n con otras entidades compartiendo conocimientos (81,3%).

El balance social es esencial para ejercer con criterio el derecho a participar activamente en nuestra sociedad

Empresas que tienen un enfoque medioambiental, tanto en sus pr¨¢cticas de consumo y adquisici¨®n de productos (94%), como en la aplicaci¨®n de medidas de ahorro y eficiencia energ¨¦tica (76,0%) y de agua (63,4%), que hacen uso de papel reciclado (79,8%), donde la recogida y prevenci¨®n de residuos est¨¢ presente (73,8%) y que apuestan por el fomento de la movilidad sostenible (70,0%).

La Econom¨ªa Solidaria Ense?a el Coraz¨®n

Todo esto est¨¢ ocurriendo en el marco de la Econom¨ªa Social y Solidaria (ESS), un modelo econ¨®mico alternativo, cuyo fin no es la obtenci¨®n de lucro y la maximizaci¨®n del beneficio econ¨®mico que persigue el capitalismo, sino que, en palabras de Carlos Askunze, ¡°se trata de una visi¨®n y una pr¨¢ctica que reivindica la econom¨ªa como medio ¨Cy no como fin¨C al servicio del desarrollo personal y comunitario, como instrumento que contribuya a la mejora de la calidad de vida de las personas y de su entorno social. Una concepci¨®n que hunde, por tanto, sus ra¨ªces en una consideraci¨®n ¨¦tica y humanista del pensamiento y de la actividad econ¨®mica, que coloca a la persona y a la comunidad en el centro del desarrollo¡±.

Conocemos estas realidades, gracias al Balance y Auditor¨ªa Social¹, una herramienta que busca visibilizar la importancia y sostenibilidad que se promueve de las empresas de Econom¨ªa Social y Solidaria (integradas a REAS RdR principalmente aunque no s¨®lo), as¨ª como promover la mejora interna de dichas organizaciones. Los Balances y Auditor¨ªas Sociales son herramientas de rendici¨®n de cuentas y medida de impacto social, ambiental y de buen gobierno. Las organizaciones que lo hacen pueden usar los resultados para mejorar internamente a la vez que se obtienen datos agregados de los est¨¢ndares ¨¦ticos de la Econom¨ªa Solidaria y el Mercado Social.

En este proceso de autoevaluaci¨®n, se valora de forma sistem¨¢tica, objetiva y peri¨®dica los seis principios de la ESS: pol¨ªtica de lucro, democracia y equidad, sostenibilidad ambiental, cooperaci¨®n, compromiso con el entorno y calidad del trabajo. Esta herramienta est¨¢ permitiendo, adem¨¢s, un proceso de confluencia de las empresas de Econom¨ªa Solidaria a nivel estatal, por el que desde 2014 se vienen armonizando los indicadores de los sistemas de Balance y Auditor¨ªa Social desarrollados desde sus distintas sedes territoriales y liderado desde su Grupo de Trabajo de Auditor¨ªa Social de REAS RdR. Es a partir de este proceso que en 2018 se pas¨® a hacer uso com¨²n estatal de la plataforma tecnol¨®gica que XES (Xarxa de Econom¨ªa Solidaria de Catalunya) hab¨ªa desarrollado en el marco de su proyecto ¡°Ense?a el Coraz¨®n¡± y que desde 2008 ofrec¨ªa a las entidades asociadas o vinculadas a esta red una autoevaluaci¨®n de su desempe?o a partir de variables agrupadas en diversos bloques: funcionamiento econ¨®mico, calidad profesional, democracia, igualdad, calidad laboral, medio ambiente y compromiso social.

Para que esta herramienta tenga realmente validez y utilidad, es preciso toda una comunidad de empresas que se someten a este proceso. Este a?o han sido un total de 530 entidades asociadas y vinculadas a las distintas redes territoriales y sectoriales de REAS RdR (un 19% m¨¢s que el pasado a?o), lo que engloba a: 191 mil personas asociadas -no trabajadoras-, cerca de 22 mil voluntarios que colaboran en el desarrollo de sus proyectos sociales y colectivos, m¨¢s de 4 mil trescientos que participan en representaci¨®n de organizaciones, y algo m¨¢s de 400 patronas de entidades. Si unimos todas esas personas vinculadas a las entidades ¨Cno trabajadoras- a los empleados ¨Csocios o no-, se alcanza una cifra total de 235 mil personas relacionadas con las 530 entidades que respondieron a las preguntas de la Auditor¨ªa Social del a?o 2019.

Estos datos permiten comprobar, adem¨¢s de la relevancia econ¨®mica que alcanzan en Espa?a las entidades de ESS (590.935.212 euros de ingreso anuales), la particular sensibilidad de estas entidades por el respecto de determinados aspectos b¨¢sicos relacionadas con la democracia, la equidad o la calidad del trabajo dentro de las organizaciones, y de su responsabilidad en t¨¦rminos de fomentar la cooperaci¨®n y el compromiso social.

Este ejercicio de transparencia y visibilizaci¨®n por parte de las empresas supone un aval y garant¨ªa de cara a las administraciones, algunas de las cuales est¨¢n tomando esta herramienta como referencia en sus procesos de compra p¨²blica. Estas empresas est¨¢n contribuyendo, adem¨¢s, a generar una foto fija colectiva de este modelo que nos permita trasmitir mejor nuestros valores a nuestra comunidad y la ciudadan¨ªa en general.

Informaci¨®n y transparencia para un consumo responsable

Son m¨²ltiples los mensajes que ponen sobre la mesa el nocivo impacto del actual sistema de consumo; tanto desde un punto de vista cuantitativo, relacionado con el volumen del consumo global en todas las fases de la cadena productiva, como en el plano cualitativo, atendiendo al tipo de empresas que ostentan el monopolio productivo y sus m¨¢s que cuestionables formas de hacer. Ante esto, se nos interpela a hacer un uso responsable de nuestro consumo, a entender el poder transformador de esta pr¨¢ctica, y a que actuemos en consecuencia. Pero, ?conocemos realmente estas alternativas? ?Tenemos suficiente informaci¨®n para poder realizar realmente un consumo responsable?

Procesos como el de auditor¨ªa/balance social son una pr¨¢ctica esencial para ejercer con criterio este derecho, derecho a participar activamente en nuestra sociedad y a promover, a partir del uso de nuestro dinero (entre otros), procesos de mejora social y medioambiental del entorno que nos rodea. Ya que, como bien defienden las finanzas ¨¦ticas, el dinero es una herramienta de poder. Su puesta en circulaci¨®n a trav¨¦s de la intermediaci¨®n financiera empodera a las las personas e iniciativas destinatarias. Por ello, al poner nuestro dinero en empresas que apuestan por la igualdad de g¨¦nero, el compromiso social, la cooperaci¨®n o el cuidado del medioambiente es una forma de reconocer su contribuci¨®n social, y de apoyarlas y de permitir que sigan siendo viables.

Estamos en la brecha

A?o tras a?o hacemos tambi¨¦n balance sobre la propia herramienta y nuestro funcionamiento, para obtener pistas que nos ayuden a mejorar el proceso. En este sentido, hemos querido poner la atenci¨®n este a?o en los indicadores que miden la equidad de g¨¦nero en nuestras empresas, centrando nuestros esfuerzos en superar las posibles brechas salariales, de participaci¨®n y toma de decisiones. Esta mirada va en consonancia con otras acciones de la red de los ¨²ltimos a?os, en donde se busca el acercamiento y la articulaci¨®n de la econom¨ªa solidaria y la feminista (como la creaci¨®n de una Comisi¨®n Estatal de Feminismos, la celebraci¨®n Encuentros con esta tem¨¢tica o la apertura de un espacio propio en nuestro portal web para contenidos de Econom¨ªa Feminista), ya que ¡°la econom¨ªa solidaria ser¨¢ feminista o no ser¨¢¡±.

Acorde a esta visi¨®n, este a?o tambi¨¦n hemos querido poner el foco en la idea de proceso, poniendo la atenci¨®n no s¨®lo en los resultados finales, sino en la puesta en valor de la propia herramienta y de la voluntad de las entidades de someterse a ella, as¨ª como en las buenas pr¨¢cticas que tenemos y que nos gu¨ªan en este itinerario de mejora. Con estas premisas, ha surgido el lema de la campa?a ¡°EstamosEnLaBrecha¡±, una campa?a en donde queremos difundir los resultados y el impacto social y econ¨®mico de la Econom¨ªa Social y Solidaria, visibilizando y difundiendo las buenas pr¨¢cticas que ¨¦sta alberga as¨ª como posicionar la herramienta de Auditor¨ªa y Balance Social como una herramienta de gran utilidad para evaluar las pr¨¢cticas econ¨®micas y su impacto social.

Bajo esta mirada de proceso y de mejora continua, identificamos retos y desaf¨ªos: La participaci¨®n de las mujeres sigue siendo inferior cuando hablamos de las personas trabajadoras (un 40,3% frente al 62,6% de los hombres) en la aprobaci¨®n de los Planes de Gesti¨®n y el Presupuesto de la entidad. Tan s¨®lo un peque?o porcentaje de las compras de bienes y servicios de estas empresas (7,2%) est¨¢n vinculadas con otras entidades de REAS o El Mercado Social y menos de la mitad de las entidades contratan el suministro de energ¨ªas renovables para el 100% de sus necesidades (46,2%). Apenas un tercio de las entidades cuentan con un plan de gesti¨®n medioambiental y s¨®lo un 10,2% dispone de un sistema de control interno de las emisiones de carbono (CO2).

?stas y otras realidades son sin duda un reto para las empresas que conformamos la Econom¨ªa Solidaria, y es necesario seguir trabajando para conformar un sector econ¨®mico de fuerte impacto en lo econ¨®mico, social y medioambiental. Para ello, seguiremos mir¨¢ndonos y evalu¨¢ndonos, a?o tras a?o, estamos en la brecha pues¡­

1La Auditor¨ªa y El Balance social son t¨¦rminos que hacen alusi¨®n a una misma herramienta y al que les une el lema com¨²n ¡°Ense?a el coraz¨®n¡±. El uso de uno u otro depende del territorio, por lo que cuando hablamos de la campa?a a nivel estatal hemos de incluir ambos t¨¦rminos aunque hagan referencia a la misma herramienta.