La chilena que quiere ser la voz de 20 millones de recicladores: ¡°Vivimos de la basura, pero no nos queremos convertir en basura¡±
Soledad Mella, dirigente de la Asociaci¨®n Nacional de Recicladores Chile, reivindica el rol de estos trabajadores en la lucha contra el cambio clim¨¢tico
Soledad Mella se involucr¨® en el mundo del reciclaje por necesidad econ¨®mica hace m¨¢s de 20 a?os. Nacida en la Poblaci¨®n Lo Hermida, en Santiago de Chile, es hija de padres campesinos y la menor de siete hermanos, y tiene tres hijos y tres nietos. ¡°La situaci¨®n econ¨®mica en mi pa¨ªs en los noventa no era muy buena. Lo que ganaba mi marido no nos alcanzaba¡±, recuerda.
Decidi¨® salir a la calle a buscar la forma de contribuir con los gastos de la casa. ¡°Empec¨¦ juntando algunos residuos como el vidrio de las botellas; los metales, sobre todo cobre, bronce y aluminio; y la celulosa que se encontraba en los libros, las revistas y el cart¨®n¡±, relata Mella. Llevaba esos materiales a la feria, donde trabajaba como colera (as¨ª se llama en Chile a los trabajadores informales). Hoy, toda su familia se dedica al reciclaje.
En su recorrido, Mella ha participado de distintas organizaciones sociales para luchar contra la desigualdad y las injusticias. Hoy tiene 51 a?os y es dirigente de la Asociaci¨®n Nacional de Recicladores Chile (ANARCH), adem¨¢s de formar parte de la Red Latinoamericana y del Caribe de Recicladores (Red LACRE) y la Alianza Global de Recicladores. A trav¨¦s de estos espacios busca representar a los 20 millones de trabajadores del reciclaje que son invisibilizados en el mundo.
Mella tom¨® conciencia de la importancia de su oficio a partir de 2005: en definitiva, se encargaba de rescatar los desechos de las familias y de esa forma cuidaba al planeta. Una d¨¦cada despu¨¦s se involucr¨® como l¨ªder de la asociaci¨®n profesional chilena. ¡°Me enamor¨¦ del tema, de los recicladores y de lo que ellos representan¡±, se?ala. En Chile hay unos 60.000 trabajadores en este sector.
Las mujeres recicladoras somos bastante violentadas en la calle; la gente piensa que somos drogadictas, alcoh¨®licas, prostitutas o delincuentes
Pero Mella no se conformaba con liderar una organizaci¨®n a nivel nacional. En 2020 se convirti¨® en una de las dirigentes de Red LACRE, que representa a recicladores de 18 pa¨ªses de Am¨¦rica Latina. Desde hace casi dos d¨¦cadas, la organizaci¨®n apoya acciones gremiales y pol¨ªticas para lograr la incorporaci¨®n de estos trabajadores en las pol¨ªticas p¨²blicas relativas al reciclaje. Se estima que a nivel regional hay alrededor de cuatro millones trabajadores del sector.
¡°Yo siempre estuve organizada, nunca me he visto sola haciendo cosas. Con la pandemia nos dimos cuenta realmente de lo fr¨¢gil y d¨¦biles que somos y de la importancia de la unidad y de la organizaci¨®n para poder enfrentar este tipo de cosas. Unirnos significa poder defendernos de situaciones injustas como los desalojos de los recicladores de los vertederos o la privatizaci¨®n de los residuos que est¨¢ ocurriendo en toda Latinoam¨¦rica¡±, expresa Mella.
Creo que nadie se atrever¨ªa a hacer lo que nosotros hacemos: meter la mano en las bolsas de basura y encontrarse con todo tipo de cosas
Si bien el liderazgo de las mujeres recicladoras en Am¨¦rica Latina es muy potente, tambi¨¦n sufren la vulneraci¨®n de sus derechos. ¡°Uno de los principales problemas que enfrentamos es el de la crianza de nuestros hijos. Es muy com¨²n tener que salir a reciclar con ellos. Recientemente, visit¨¦ varios vertederos en Costa Rica y Panam¨¢ y me encontr¨¦ con chicos que dejan de estudiar para ir con la mam¨¢ a recolectar residuos al vertedero. Eso ya no deber¨ªa estar pasando. Por otro lado, nosotras somos bastante violentadas en la calle. La gente piensa que somos drogadictas, alcoh¨®licas, prostitutas o delincuentes. Hay mucho que hacer para defender nuestros derechos¡±, enfatiza.
En febrero, Mella viaj¨® a Nairobi, la capital de Kenia, para participar de la quinta sesi¨®n de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Su objetivo era que se reconociera el papel de los recicladores como parte de la soluci¨®n a la contaminaci¨®n por pl¨¢sticos. Nunca imagin¨® que iba a viajar a ?frica. ¡°Fui para ser la voz de 20 millones de recicladores del mundo. Si bien fue una experiencia buen¨ªsima, experiment¨¦ una sensaci¨®n de angustia. All¨ª me encontr¨¦ con compa?eros del otro lado del mundo y nos dimos cuenta de que se encontraban en las mismas condiciones o peores de las que tenemos nosotros: de m¨¢s esclavitud y m¨¢s exclusi¨®n¡±, reflexiona.
Para Mella, era importante hacer entender a las personas all¨ª reunidas que la labor de los recicladores es fundamental. ¡°Los invisibles, los sin rostro, los pobres entre los m¨¢s pobres, tuvimos la oportunidad de contar qui¨¦nes somos, qu¨¦ estamos haciendo y por qu¨¦ es importante que seamos parte de las decisiones pol¨ªticas. Tenemos derecho a opinar sobre los pl¨¢sticos, un material que a nosotros no ha dado el sustento en nuestro hogar. Con nuestro trabajo minimizamos el impacto ambiental y subsidiamos a los Estados¡±, expresa Mella.
Mella tambi¨¦n particip¨® de las negociaciones en mayo en Dakar (Senegal) para elaborar el primer tratado internacional legalmente vinculante que ponga fin a la contaminaci¨®n por pl¨¢sticos. La hist¨®rica resoluci¨®n acordada en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente se?ala que este acuerdo debe abordar el ciclo de vida completo del pl¨¢stico. ¡°Nuestra voz fue muy importante en esa discusi¨®n. En muchos pa¨ªses se llevan a cabo leyes que promueven dejar fuera de la gesti¨®n de residuos a los recicladores y que la labor quede en manos privadas. Eso nos deja completamente desamparados y sin posibilidad de procesos justos que nos permitan ser parte de la cadena¡±, expresa Mella.
Vivimos de la basura, somos parte de la basura, pero no nos queremos convertir en basura
En Chile, por ejemplo, existe desde 2016 la Ley 20.920 para la gesti¨®n de residuos. Esta norma tiene por objeto disminuir la generaci¨®n de residuos y fomentar su reutilizaci¨®n, reciclaje y valorizaci¨®n. Bajo el principio ¡°quien contamina paga¡±, establece que el generador de un residuo es responsable del mismo, as¨ª como de gestionar los costos asociados a su manejo. ¡°Con esta ley ganamos visibilidad porque se nos considera los verdaderos gestores de los residuos, pero se sigue sin valorar nuestro trabajo. Nuestros derechos laborales no son reconocidos¡±, comenta Mella.
La sociedad tiene una gran deuda con los recicladores de base, subraya la dirigente. ¡°Creo que nadie se atrever¨ªa a hacer lo que nosotros hacemos: meter la mano en las bolsas de basura y encontrarse con todo tipo de cosas. Uno queda expuesto a la contaminaci¨®n y a la mezcla de olores. En ning¨²n pa¨ªs se est¨¢ realmente valorando nuestro trabajo. Pero tenemos un rol muy importante para reducir el impacto que se genera por la contaminaci¨®n por pl¨¢stico en el mundo¡±.
A Mella la motiva el hecho de estar en el siglo XXI y que todav¨ªa haya hombres y mujeres que vivan entre residuos. Reflexiona: ¡°Vivimos de la basura, somos parte de la basura, pero no nos queremos convertir en basura. Me mueve que podamos salir de la marginalidad, que no es algo que elegimos. Nos obligaron a vivir en esas condiciones¡±. E insiste: ¡°Quiero que el quintil m¨¢s bajo de esta sociedad tenga el lugar que le corresponde y que los recicladores sean reconocidos como actores fundamentales en t¨¦rminos medioambientales¡±.
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