El silencio no es una opci¨®n
El derecho de reuni¨®n pac¨ªfica se ha visto sometido a un ataque coordinado en todo el mundo por parte de los gobiernos. En 28 pa¨ªses, la respuesta de las autoridades deriv¨® en el asesinato de manifestantes
Nota a los lectores: EL PA?S ofrece en abierto la secci¨®n Planeta Futuro por su aportaci¨®n informativa diaria y global sobre la Agenda 2030. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscr¨ªbete aqu¨ª.
Generalmente son las acciones exitosas, aquellas que contribuyen a lograr el cambio deseado, las que los gobiernos buscan prevenir, limitar y censurar. Las manifestaciones en las calles, sobre todo las continuas y masivas, han generado cambios estructurales, han obligado a los gobiernos a ceder, cambiar y escuchar. Al mismo tiempo, o como consecuencia de su ¨¦xito, el derecho de reuni¨®n pac¨ªfica se ha visto sometido a un ataque coordinado en todo el mundo por parte de los gobiernos.
La pandemia de coronavirus ha llevado a las autoridades a tomar decisiones, en muchos casos sin precedentes, para limitar el contagio por covid-19. Ejemplo de ello han sido los confinamientos y limitaciones a la libertad de movimiento o los l¨ªmites y prohibiciones del derecho a la protesta. Aunque la legislaci¨®n internacional en materia de derechos humanos permite limitar ciertos derechos durante una emergencia sanitaria, estas restricciones han de ser necesarias, proporcionales, no discriminatorias y estar vigentes durante un periodo de tiempo limitado.
Lamentablemente, muchos gobiernos han usado la pandemia como excusa para intensificar las violaciones en contra de quienes salen a la calle a reivindicar sus derechos. Pero a pesar de las restricciones, personas en casi todos los rincones del planeta continuaron alzando su voz, reclamando sus derechos: la gente organiz¨® manifestaciones por diversas razones, en particular contra los confinamientos y para pedir el fin de las restricciones sanitarias debido al hambre, la pobreza y el desempleo que conllevaron. Tambi¨¦n se convocaron manifestaciones contra la injusticia racial, la violencia de g¨¦nero, la brutalidad policial y la falta de liderazgo pol¨ªtico.
Durante este periodo, el CIVICUS Monitor document¨® cientos de protestas, ya que la pandemia puso al descubierto y agrav¨® las desigualdades sociales y econ¨®micas. Las protestas contra el confinamiento, especialmente cuando las medidas adoptadas tuvieron profundas repercusiones en los medios de subsistencia de la poblaci¨®n, se documentaron en al menos 59 pa¨ªses, incluyendo Argentina, Irak y Malaui. Al mismo tiempo, la gente protest¨® contra la aplicaci¨®n de las medidas para combatir la covid-19, como el uso de mascarillas, el distanciamiento f¨ªsico y la administraci¨®n de vacunas en pa¨ªses como Australia, B¨¦lgica, Alemania y Estados Unidos.
En al menos 42 pa¨ªses, se documentaron protestas relacionadas con la reivindicaci¨®n de derechos laborales
En al menos 42 pa¨ªses, se documentaron protestas relacionadas con la reivindicaci¨®n de derechos laborales. En pa¨ªses como Francia, Kosovo, Lesoto, Malasia, M¨¦xico o Pakist¨¢n, ocurrieron protestas relacionadas con las condiciones del personal sanitario, para exigir mejores condiciones laborales, m¨¢s equipos de protecci¨®n individual (EPI) o mejores horarios y salarios.
En pa¨ªses como Croacia, M¨¦xico y Uganda las demandas del comercio informal y las peque?as empresas se hicieron sentir, ya que fueron grupos que se vieron particularmente afectados por el aumento de las tasas de desempleo durante la pandemia.
El hambre, la pobreza, la falta de acceso a servicios b¨¢sicos y ayudas gubernamentales tambi¨¦n fueron el motivo de muchas de las protestas documentadas, ya que en al menos 33 pa¨ªses la gente sali¨® a las calles a demandar estos derechos. En Colombia, surgi¨® la frase lapidaria ¡°el hambre no se ha ido de cuarentena¡± para resaltar las duras consecuencias econ¨®micas que sufren las personas durante la pandemia.
La covid-19 ha impulsado muchas de las manifestaciones durante este periodo, sin embargo, otras reivindicaciones como la justicia racial, el clamor por la justicia de g¨¦nero, por elecciones libres y transparentes y otras demandas pol¨ªticas han continuado motivando a la gente a salir a las calles.
El asesinato de George Floyd, a manos de la polic¨ªa de Minneapolis el 25 de mayo de 2020 provoc¨® manifestaciones multitudinarias contra la brutalidad policial en Estados Unidos bajo el lema Black Lives Matter. Estas manifestaciones se extendieron por todo el mundo y fueron emuladas en B¨¦lgica, Brasil, Canad¨¢, Cuba, Rep¨²blica Dominicana, Gambia, Ghana, Sri Lanka y Reino Unido.
Las mujeres salieron a las calles para protestar por el aumento de la violencia de g¨¦nero durante la pandemia, para reclamar el derecho al aborto y la igualdad
Las mujeres salieron a las calles para protestar por el aumento de la violencia de g¨¦nero durante la pandemia, para reclamar el derecho al aborto y la igualdad en pa¨ªses como M¨¦xico, Liberia, Polonia y Turqu¨ªa.
Fueron muchas las manifestaciones y muy diversas la demandas que se encontraron con la misma respuesta de los gobiernos: uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades y la detenci¨®n y el asesinato de manifestantes.
En por lo menos 79 pa¨ªses, incluyendo Brasil, Ecuador, Banglad¨¦s y Francia, las autoridades policiales dispersaron las protestas mediante el uso excesivo de la fuerza. La aplicaci¨®n de ciertas medidas de emergencia no exime a las autoridades de acatar las normas internacionales relativas al uso de la fuerza, ya que solo debe usarse en casos estrictamente necesarios, en la medida en que lo requiera el cumplimiento de su deber y tan solo cuando otras medidas menos perjudiciales hayan resultado claramente infructuosas.
En al menos 28 pa¨ªses, la respuesta de las autoridades ante las protestas deriv¨® en el asesinato de manifestantes. Tal fue el caso de pa¨ªses como Nigeria, Venezuela, Uganda y Estados Unidos.
La represi¨®n de las manifestaciones es la respuesta m¨¢s habitual de los gobiernos frente a las demandas de la ciudadan¨ªa. Con ello pretenden amedrentar y silenciar a quienes reivindican sus derechos, demandan igualdad, una mejor representaci¨®n pol¨ªtica y cambios estructurales que nos permitan vivir en una sociedad m¨¢s justa e igualitaria.
As¨ª pues, el silencio no es una opci¨®n. Tal y como hemos documentado durante este periodo, la gente contin¨²a tomando las calles, con mayor fuerza y determinaci¨®n, para luchar por sus derechos.
Marianna Belalba Barreto es coordinadora del grupo de investigaci¨®n del espacio c¨ªvico de CIVICUS.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.