Los activistas atacados necesitan ayuda urgente
Hace falta innovaci¨®n para hacer llegar fondos de emergencia a las organizaciones de la sociedad civil para enfrentar las amenazas a las que est¨¢n expuestas
Imagina que lideras una organizaci¨®n feminista sin fines de lucro en Egipto. Tu trabajo implica empoderar a las mujeres y presionar al Gobierno para que respete y proteja sus derechos. En un Egipto represivo, a las autoridades no les gusta lo que haces y quieren que lo dejes. Por eso, te atacan: te proh¨ªben viajar, congelan todos tus activos y te acusan de recibir fondos extranjeros ilegales para tu organizaci¨®n, lo que te podr¨ªa llevar a prisi¨®n de por vida si eres declarado culpable por los tribunales notoriamente parciales egipcios. En interrogatorios agresivos y amenazantes, los funcionarios te presionan para que cierres tu entidad voluntariamente, o las cosas podr¨ªan empeorar para ti.
?Entonces, qu¨¦ haces? Como un activista de derechos determinado, por supuesto, tienes la intenci¨®n de desafiar este ataque a tus libertades fundamentales de expresi¨®n y asociaci¨®n. Pero necesitas ayuda urgente para contraatacar. Una cosa que puedes hacer es solicitar fondos de emergencia para la atenci¨®n de crisis que otras organizaciones ofrecen espec¨ªficamente para casos como el tuyo, y as¨ª poder lanzar una campa?a legal y social contra la amenaza del Estado.
De hecho, esto es lo que hizo la jefa de una organizaci¨®n de la sociedad civil feminista egipcia, y muchas otras activistas y entidades, para enfrentar con ¨¦xito un escenario as¨ª. Los fondos que se desembolsaron r¨¢pidamente le permitieron continuar su trabajo al mismo tiempo que establec¨ªa un di¨¢logo con varios representantes gubernamentales sobre la importancia de la sociedad civil en Egipto, y lanz¨® una campa?a en los medios para atraer la atenci¨®n y el apoyo internacional. El resultado: ella y su organizaci¨®n tuvieron la libertad de seguir su labor gracias a estos esfuerzos.
Sorprendentemente, el 96% de la poblaci¨®n mundial vive actualmente en pa¨ªses donde sus derechos a la libertad de expresi¨®n, asociaci¨®n y reuni¨®n pac¨ªfica no se respetan y protegen adecuadamente, seg¨²n el informe Monitor de Civicus, una plataforma online que rastrea las amenazas a la sociedad civil en pa¨ªses de todo el planeta. Estamos presenciando niveles de restricciones de estos derechos sin precedentes.
El apoyo econ¨®mico de emergencia ha llevado a la enmienda y derogaci¨®n de leyes y proyectos de ley que amenazan a la sociedad civil, activistas y defensores de los derechos humanos en Zambia, Nigeria, Mongolia o la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo
Los subsidios para crisis, emergencias y resistencia, tambi¨¦n conocidos como mecanismos de respuesta r¨¢pida (RRM, por sus siglas en ingl¨¦s) se han convertido en un salvavidas para muchas organizaciones de la sociedad civil y grupos, que se est¨¢n convirtiendo cada vez m¨¢s en blanco de ataques y violaciones sin precedentes por parte de fuerzas estatales y no estatales en un intento de restringir las libertades y reducir el espacio c¨ªvico.
Estos mecanismos est¨¢n dise?ados para entregar de manera expeditiva subvenciones a corto plazo, de hasta 10.000 d¨®lares en promedio, con muy pocos requisitos. Esto permite a las organizaciones y los grupos movilizar r¨¢pidamente los recursos necesarios para responder de manera efectiva a las amenazas y llevar a cabo su trabajo en espacios altamente restringidos y cerrados.
La buena noticia es que el uso de mecanismos de respuesta r¨¢pida est¨¢ en aumento y cada vez m¨¢s donantes locales e internacionales, agencias de ayuda y redes de derechos humanos est¨¢n dispuestos a hacer donaciones de emergencia a las organizaciones, movimientos y grupos en riesgo. Pero el desaf¨ªo a menudo es obtener el dinero y ayudarles puede resultar mucho m¨¢s dif¨ªcil, lento y m¨¢s arriesgado de lo que se piensa.
Las barreras son a menudo geogr¨¢ficas, log¨ªsticas y legales. La alianza global de la sociedad civil Civicus estableci¨® un Fondo de Respuesta a Crisis en 2007 y ha otorgado casi 350 subvenciones en ?frica, Oriente Medio, Asia, Eurasia, Am¨¦rica Latina y el Caribe. Los desaf¨ªos con los que se ha enfrentado este Fondo incluyen el procesamiento de las aplicaciones en plazo, las verificaciones de las organizaciones y los grupos afectados, las barreras ling¨¹¨ªsticas y la capacidad del personal. Las solicitudes de financiaci¨®n a menudo se rechazan cuando las organizaciones solicitantes est¨¢n fuera del mandato del Fondo o no cumplen con los requisitos m¨ªnimos.
Proporcionar fondos de respuesta r¨¢pida es especialmente dif¨ªcil para las organizaciones que trabajan en espacios c¨ªvicos restringidos o cerrados, donde operan ilegalmente y los activistas corren el riesgo de ser encarcelados y represaliados, o donde hay restricciones a la financiaci¨®n extranjera. En estos casos, la seguridad es una prioridad m¨¢xima, por lo que la ayuda se desembolsa r¨¢pidamente y de la forma m¨¢s cuidadosa posible. Desafortunadamente, la legislaci¨®n contra estas entidades y activistas se ha vuelto cada vez m¨¢s com¨²n. Seg¨²n un informe reciente de Amnist¨ªa Internacional, al menos 50 pa¨ªses han aprobado en los ¨²ltimos a?os leyes arbitrarias que limitan el trabajo de las entidades y dificultan su acceso a financiaci¨®n.
Es necesario encontrar soluciones innovadoras para apoyar a organizaciones que est¨¢n enfrentando problemas a trav¨¦s de estos mecanismos de financiaci¨®n de emergencia. Este es el foco de la Semana Internacional de la Sociedad Civil 2019, que se ha celebrado esta semana en Belgrado, Serbia.
Tambi¨¦n hay barreras ling¨¹¨ªsticas y de visibilidad que dificultan llegar a grupos y organizaciones de la sociedad civil minoritarias, especialmente debido a la dependencia excesiva de los procesos digitales que excluyen a muchos grupos vulnerables. Por ejemplo, llegar de manera proactiva a los grupos ind¨ªgenas o que no entienden los idiomas m¨¢s hablados sigue siendo un desaf¨ªo para quienes pueden prestarles ayuda, como el Fondo de Respuesta a Crisis de Civicus. La respuesta ha sido mejorar los procesos de traducci¨®n para conectar mejor con estos grupos y asegurar el alcance, la sostenibilidad y la rendici¨®n de cuentas.
Con todo, los fondos de respuesta r¨¢pida han contribuido a lograr victorias en muchos pa¨ªses. Este apoyo ha llevado a la enmienda y derogaci¨®n de leyes y proyectos de ley que amenazan a la sociedad civil, activistas y defensores de los derechos humanos en Zambia, Nigeria, Mongolia, la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y Moldavia, por ejemplo.
Pero, para que los mecanismos de respuesta r¨¢pida funcionen mejor, de manera m¨¢s segura, m¨¢s r¨¢pida y m¨¢s inclusiva, necesitamos ver a todas las partes interesadas ¡ªl¨ªderes de la sociedad civil, organizaciones y grupos, donantes y mecanismos de respuesta tanto r¨¢pidos como tradicionales¡ª, colaborar estrat¨¦gicamente a nivel local y global, y aprender unos de otros.
Lesego Moshikaro es investigador sobre financiaci¨®n de respuesta r¨¢pida con Civicus, una alianza global de organizaciones de la sociedad civil. Yessenia Soto es miembro del equipo de participaci¨®n comunitaria en la misma organizaci¨®n.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.