Claves para la llegada a meta
PP y PSOE encaran una campa?a crucial que puede cambiar el mapa del poder territorial.- La crisis y la corrupci¨®n estar¨¢n en cada mitin
La campa?a electoral arranca con una inc¨®gnita menos. La izquierda abertzale ligada a Batasuna ha estado a punto de quedarse, por primera vez, fuera de todas las instituciones. Lo ha evitado esta noche el Tribunal Constitucional, que ha desautorizado al Supremo y ha abierto a la marca Bildu la puerta de las elecciones. Adem¨¢s de permitir que Batasuna permanezca en los ayuntamientos, esa decisi¨®n tendr¨¢ un efecto en la campa?a: el PP culpar¨¢ al Gobierno; porque este impugn¨® las listas, pero el PSOE se dividi¨® despu¨¦s en declaraciones ambiguas sobre la sentencia. Queda conjurada, eso s¨ª, para el PSOE la amenaza del PNV, que amag¨® con congelar su relaci¨®n con el Ejecutivo -y poner en riesgo los presupuestos de 2012- si se manten¨ªa el veto a Bildu.?
De la noche electoral del 22 de mayo saldr¨¢n, como de una pi?ata, los nombres de 68.462 concejales -que elegir¨¢n despu¨¦s a 8.116 alcaldes-, 824 diputados auton¨®micos, 1.040 miembros de diputaciones provinciales y 157 consejeros de cabildos insulares. Los representantes de la ciudadan¨ªa que m¨¢s cerca estar¨¢n de ella durante cuatro a?os. Esa llegada a meta culminar¨¢ un marat¨®n de varios meses en el que los partidos se han dejado las piernas, las formas a veces, algunos compromisos. Y el sprint final comenz¨® esta medianoche: ha arrancado la campa?a electoral, con varias claves que marcar¨¢n la carrera.
?MUNICIPALES O GENERALES?
Al PP le interesa ganar alcald¨ªas y gobiernos auton¨®micos; pero le interesa tanto o m¨¢s un resultado tan arrollador que fuerce a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero a adelantar las elecciones generales. El referente para los populares son las municipales de 1995, cuando obtuvieron su mayor diferencia sobre los socialistas (4,4 puntos y un mill¨®n de votos). Ni PP ni PSOE han vuelto a disfrutar de una diferencia tan amplia en unos comicios municipales, que son tradicionalmente los m¨¢s igualados (aunque antes de 1995 los socialistas s¨ª arrasaron en varias ocasiones). La victoria de 1995 fue adem¨¢s el anuncio del triunfo del PP en las generales de 1996, las que hicieron presidente a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. En eso espera convertir Mariano Rajoy estas elecciones: en unas primarias de las generales, previstas -a d¨ªa de hoy- para 2012.
Todo lo contrario de lo que pretende el PSOE, que no quiere ni o¨ªr hablar de adelanto electoral porque conf¨ªa en que el a?o que viene la crisis haya amainado un poco y las encuestas, hoy implacables, empiecen a darle tregua. El presidente Zapatero se ha quitado de en medio como candidato, entre otras cosas, para cortocircuitar el discurso nacional que alimenta el PP.
Y luego hay que determinar qu¨¦ es ganar y qu¨¦ es perder. El bal¨®n de ox¨ªgeno para los socialistas ser¨ªa, aun en el caso de perder en votos, mantener el gobierno de sus territorios. En 2007, por ejemplo, el PSOE obtuvo menos papeletas que el PP pero m¨¢s concejales. Ayer, el n¨²mero dos socialista, Jos¨¦ Blanco, puso la venda antes de la herida: las encuestas, dijo, les han dado unas expectativas "tan bajas, tan bajas, que ya cualquier resultado es positivo".
ESCENARIOS DE LA BATALLA
Castilla-La Mancha y la ciudad de Sevilla, bastiones del PSOE desde el felipismo (aunque la capital andaluza fue regida por una coalici¨®n de populares y andalucistas en los a?os noventa), pueden pasar a manos del PP en estos comicios. Lo mismo ocurre en Barcelona, la segunda ciudad de Espa?a, que los socialistas catalanes han gobernado siempre y que ahora podr¨ªan perder a favor de CiU.
Hay otros territorios en el aire -Extremadura, Asturias, Baleares-, pero las de Castilla-La Mancha, Sevilla y Barcelona son probablemente las tres batallas fundamentales, por simb¨®licas y por la importancia de los foros, que PP y PSOE dar¨¢n en estos comicios. Entre ellas destaca la castellano-manchega: no solo por el golpe para los socialistas si la pierden, sino por el golpe para los populares si no la ganan. Mariano Rajoy ha apostado todo a ese n¨²mero, ha colocado de candidata a su n¨²mero dos, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, y ha visitado la regi¨®n una docena de veces en tres meses. Por eso, el PSOE ha tratado de dar la vuelta a los augurios: si Cospedal no vence all¨ª, sostiene, Rajoy habr¨¢ fracasado.
EL PARO, EN CAMPA?A
En el argumentario del PP para estas dos semanas fren¨¦ticas hay un tema omnipresente: la crisis. Y un dato que saldr¨¢ de todas las bocas de dirigentes populares con acentos distintos: los casi cinco millones de parados de la ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa. Con esa cifra, el PP conf¨ªa en tener hecha la campa?a sin necesidad de hablar demasiado de sanidad, educaci¨®n, transporte p¨²blico o contaminaci¨®n. Basta con ir a cada plaza y contar que ese m¨¢ximo hist¨®rico de paro es culpa de Zapatero, y en todas encontrar¨¢ un auditorio sensibilizado.
Para contrarrestar esa estrategia, los socialistas empezaron subrayando que en estos comicios no se trata de juzgar al Gobierno central; y han acabado acusando directamente al PP de crear el paro. "Tenemos la responsabilidad de combatir la crisis que no generamos, igual que el paro", afirm¨® el pasado s¨¢bado el presidente. El martes volvi¨® a culpar a la burbuja inmobiliaria de los a?os noventa de la destrucci¨®n actual de empleo. Ayer insisti¨® en esa idea Jos¨¦ Blanco: el PP, dijo, convirti¨® a Espa?a en un solar urbanizable a merced de los especuladores.
La burbuja inmobiliaria, antes de destruir empleo, lo cre¨® de forma desaforada hasta 2007; el PSOE nunca reneg¨® de esa herencia hasta que lleg¨® la crisis.
CORRUPTOS EN LOS ESCA?OS
En las listas de PP y PSOE hay decenas de imputados o implicados en causas de corrupci¨®n (tienen m¨¢s los populares, y por casos en general m¨¢s graves); ninguna ley obliga a apartarlos de las elecciones, de modo que muchos de ellos tendr¨¢n (o conservar¨¢n) un cargo p¨²blico despu¨¦s del d¨ªa 22. Especialmente serio es el caso del PP valenciano, que mantiene en su candidatura al imputado Francisco Camps y a otros nueve implicados en el caso G¨¹rtel. El PP madrile?o limpi¨® sus listas de imputados de esa trama -aunque no de otras- y Esperanza Aguirre se ha encargado de remarcarlo. El PP balear, donde el expresidente Jaume Matas dej¨® un reguero de imputaciones, presenta ahora unas listas inmaculadas. Son tres actitudes distintas, pero seg¨²n las encuestas da igual, porque la corrupci¨®n no parece restar votos a nadie en Espa?a.
EL FACTOR BILDU
La coalici¨®n Bildu puede suponer un efecto desestabilizador en campa?a. La anulaci¨®n de sus listas hubiera tenido otra consecuencia adem¨¢s de la exclusi¨®n de la izquierda abertzale de todas las instituciones: el PNV amenazaba con congelar las relaciones con el Gobierno -lo que habr¨ªa llegado hasta no apoyar los presupuestos de 2012- si Bildu era vetada. Por el contrario, una vez que el Constitucional ha dado v¨ªa libre a la nueva marca, se prev¨¦ que el PP ataque con ello al Gobierno -aunque este impugn¨® las listas- porque los socialistas han sido despu¨¦s ambiguos en sus declaraciones.
LA AUSTERIDAD MANDA
Se acabaron los grandes proyectos de obras p¨²blicas, las inversiones a varios a?os, las promesas fastuosas. La austeridad obligada se ha impuesto en los programas. En cientos de ayuntamientos no hay dinero para pagar a los proveedores, como para anunciar gastos extra. La crisis ha hecho a?icos la t¨®mbola electoral.
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