El PP pide una campa?a limpia el d¨ªa que equipara a Rubalcaba con Rold¨¢n
El cruce de acusaciones pol¨ªticas del ¡®caso Fais¨¢n¡¯ revela muchos errores
El auto del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz en el que procesa a dos mandos policiales y a un alto cargo del Ministerio del Interior en la ¨¦poca de ministro de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba por el chivatazo del caso Fais¨¢n ha desbocado el cruce de acusaciones pol¨ªticas entre PP y PSOE, justo en el d¨ªa en el que la coordinadora de la estrategia electoral de los populares, Ana Mato, ped¨ªa una campa?a ¡°responsable¡± y limpia para contraponer ¡°la radicalidad, el insulto y la demagogia¡± del PSOE. Pero en el propio argumentario oficial del PP de ayer, el que usan los mandos para repetir en sus comparecencias p¨²blicas y medi¨¢ticas, se llega a equiparar a Rubalcaba con el ex director general de la Guardia Civil Luis Rold¨¢n, acusado y condenado por varios casos de corrupci¨®n en los Gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez.
El PP subraya, en ese sentido y en el segundo punto de ese argumentario, adelantado ayer por POL?TICA, que esta ha sido ¡°la segunda vez que se juzga a un director general de la Guardia Civil tras el caso Rold¨¢n¡±. El procesado V¨ªctor Garc¨ªa Hidalgo, sin embargo, nunca fue director general de la Guardia Civil, aunque s¨ª era el m¨¢ximo responsable de la polic¨ªa cuando se produjo, el 4 de mayo de 2006 el chivatazo. Tom¨® posesi¨®n de ese ¨²nico cargo el 5 de mayo de 2004, casi dos a?os antes. Fue destituido por Rubalcaba el 8 de septiembre de 2006, cuatro d¨ªas despu¨¦s de ser implicado en este caso por el juez. Ese d¨ªa se cre¨® por real decreto el mando unificado de ambos cuerpos.
Sobre Garc¨ªa Hidalgo, el argumentario del PP demuestra manejar informaci¨®n err¨®nea y muy desactualizada. Se define al ex director general de la Polic¨ªa ahora procesado como ¡°un alto cargo del PSOE de ?lava que acaba de ser nombrado consejero de Caja Vital por el PSOE vasco¡±. Garc¨ªa Hidalgo es un cargo importante del PSE en ?lava, concretamente su secretario de Organizaci¨®n o n¨²mero dos, pero no ostenta ning¨²n cargo en Caja Vital. El PSE intent¨® meterlo en el consejo de esta caja esta primavera pero no lo consigui¨®.
El documento del PP se titula: ¡°El jefe directo de los imputados por colaboraci¨®n con ETA era Rubalcaba¡±. Luego se precisa que ¡°la c¨²pula policial del ministerio de Rubalcaba ser¨¢ enjuiciada por el chivatazo a ETA durante la tregua¡±. Y se remarca que el juez ha encontrado 12 indicios de colaboraci¨®n con organizaci¨®n terrorista, revelaci¨®n de secretos y encubrimiento.
El PP est¨¢ personado en este caso. Y en el objetivo de culpar a Rubalcaba de este chivatazo, el argumentario del PP le achaca que intent¨® ¡°tapar por todos los medios el caso Fais¨¢n¡± al permitir que la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n tardase tres d¨ªas en advertir del chivatazo a la Justicia; y al cambiar al responsable de la investigaci¨®n, el comisario Carlos Germ¨¢n, por otro que propuso archivar el caso y que fue posteriormente condecorado. Tambi¨¦n se le atribuye a Rubalcaba el poder para que el fiscal general intentase que se cerrase el caso. En ese frente de acusaciones, el PP incluye que la cinta de v¨ªdeo de seguridad que se grab¨® ese d¨ªa en el entorno del bar Fais¨¢n tuviese un corte de tres minutos y que la Guardia Civil dijese que esos cortes ¡°fueron accidentales¡±.
El auto es, en cualquier caso, un varapalo muy duro para los dos mandos policiales y el alto cargo de Interior y es efectivamente un grave escollo pol¨ªtico para la candidatura de Rubalcaba, que el s¨¢bado fue proclamado. Pero en el entorno del exvicepresidente y exministro del Interior se insiste mucho en la tesis de que el PP no tendr¨ªa caso Fais¨¢n si ¨¦l no fuese ahora el candidato. Y se aportan algunos datos a tener en cuenta sobre la t¨¢ctica del PP y el auto de Ruz. Rubalcaba lleg¨® a hablar ayer de ¡°fallos jur¨ªdicos¡±.
La realidad es que el auto del juez y el sumario no mencionan nunca a Rubalcaba. Y exculpan a su relevo en Interior, el actual ministro Antonio Camacho. Todos los etarras mencionados o implicados en el caso han sido detenidos y procesados.
La Fiscal¨ªa de la Audiencia fij¨® su posici¨®n el 5 de octubre de 2009, tras una larga investigaci¨®n policial, con tres a?os de conversaciones telef¨®nicas, declaraciones de decenas de testigos e interrogatorios. Y determin¨® que no exist¨ªan pruebas concluyentes en este caso, y reclam¨® su archivo.
El auto de Ruz, que relev¨® a Fernando Grande-Marlaska, que lo activ¨® tras una primera decisi¨®n de Baltasar Garz¨®n de paralizarlo, puede y va a ser recurrido por los tres afectados y posiblemente la propia fiscal¨ªa. Es decir, y desde el punto de vista judicial, no es la posici¨®n final.
El juez asume en su relato las tesis del equipo de investigaci¨®n dirigido por el polic¨ªa Carlos Germ¨¢n, que formaba parte del operativo frustrado por el chivatazo, y que se basa en las declaraciones de un supuesto intermediario en la red de extorsi¨®n de ETA, Joseba Elos¨²a. Pero ese relato est¨¢ lleno de situaciones absurdas. En resumen, Elos¨²a confiesa que el d¨ªa del chivatazo recibe en su bar tapadera de Ir¨²n una llamada (presuntamente del jefe superior de Polic¨ªa del Pa¨ªs Vasco, Enrique Pamies, a trav¨¦s del comisario Jos¨¦ Mar¨ªa Ballesteros) para alertarle de que estaba a punto de ser detenido, pero no se escapa. En esa llamada le recomiendan no llamar desde su coche porque lo ten¨ªa infectado de micr¨®fonos, y lo primero que hace tras colgar es ir a su coche y relatar el chivatazo.
Una de las razones de la llamada era avisar a su vez a un dirigente hist¨®rico del PNV, Gorka Agirre, de su posible detenci¨®n. Es decir, el alto mando policial acusado habr¨ªa preferido esta peligrosa v¨ªa indirecta mejor que llamar al pol¨ªtico directamente. Agirre, que falleci¨® hace un par de a?os, nunca fue detenido y fue exculpado judicialmente de esta causa.
Elos¨²a, pese a la alerta, sigui¨® viviendo en su casa, hasta que unos d¨ªas despu¨¦s fue detenido efectivamente por la polic¨ªa. Ahora, varios a?os despu¨¦s, Elos¨²a no ha sido capaz de identificar en las ruedas de reconocimiento al supuesto polic¨ªa que le entreg¨® el tel¨¦fono desde el que se le avis¨®.
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