Puerta abierta a la inmigraci¨®n en Ceuta
Marruecos no acepta la repatriaci¨®n inmediata de los subsaharianos que llegan a nado
Cuando las malas condiciones de vida aprietan, la inmigraci¨®n se convierte en un fen¨®meno que busca todo tipo de huecos en las fronteras. El que se ha abierto en Ceuta desde hace aproximadamente un a?o ha colocado a la ciudad aut¨®noma en una situaci¨®n que su Gobierno considera complicada. Su presidente, Juan Jes¨²s Vivas (PP), ha pedido ayuda al Ejecutivo central para frenar el continuo goteo de subsaharianos indocumentados que se ha incrementado notablemente desde el inicio del verano. Llegan a nado, en colchonetas y barcas de playa inflables o sobre c¨¢maras neum¨¢ticas, y son rescatados por la Guardia Civil o Salvamento Mar¨ªtimo. Despu¨¦s son conducidos al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), porque Marruecos se niega a que sean devueltos.
288 inmigrantes han entrado en lo que llevamos de julio, unos 200 m¨¢s que en el mismo per¨ªodo de 2010
En junio fueron unos 140 los extranjeros que llegaron de este modo a la ciudad, un centenar m¨¢s que en el mismo mes del a?o anterior. Y en lo que llevamos de julio la cifra asciende a 288, unos 200 m¨¢s de los recibidos en el mismo per¨ªodo de 2010. El ritmo es de unos siete indocumentados de media al d¨ªa desde el inicio del verano. La cifra puede parecer rid¨ªcula pero si comparamos la poblaci¨®n de Ceuta con la de otra comunidad receptora de inmigraci¨®n ¡ªAndaluc¨ªa, por ejemplo¡ª es como si esta ¨²ltima hubiera acogido a 31.765 extranjeros en el mismo per¨ªodo. Vivas teme que pueda afectar al tratamiento de los acogidos y a la ¡°tranquilidad ciudadana¡±.
Despu¨¦s de a?os de relativa tranquilidad, la puerta de Ceuta a la inmigraci¨®n se volvi¨® a abrir en agosto de 2010, seg¨²n las autoridades de la ciudad. El Ministerio de Asuntos Exteriores marroqu¨ª public¨® entonces un comunicado en el que acus¨® a la Guardia Civil de procurar tratos inhumanos a inmigrantes que intentaban entrar en la ciudad espa?ola. Pon¨ªa el ejemplo de ocho subsaharianos que fueron conducidos por una patrullera del instituto armado hasta la playa del pueblo vecino de Beliones, desde donde hab¨ªan partido, y de haberlos dejado all¨ª ¡°en un estado de salud cr¨ªtico¡±.
Desde entonces, Rabat ha impedido el mecanismo informal de devoluci¨®n de extranjeros a sus costas y el tr¨¢nsito de los guardias por sus aguas. Ahora, los agentes, solo pueden rescatarlos y conducirlos a Ceuta, donde, despu¨¦s de que la polic¨ªa les abra expediente de expulsi¨®n, son conducidos al CETI.
Esa es la raz¨®n por la que el instituto armado, que vigila la frontera, se encuentra atado de pies y manos. Las c¨¢maras de v¨ªdeo y t¨¦rmicas desplegadas a lo largo del per¨ªmetro detectan de madrugada, casi a diario, los movimientos de decenas de personas en las inmediaciones del bosque peque?o ¡ªuna arboleda situada en las inmediaciones de Castillejos, la primera ciudad marroqu¨ª al sur de la ciudad aut¨®noma¡ª, el pr¨®logo al intento de entrada irregular desde la playa m¨¢s cercana a Espa?a. De inmediato avisan a las autoridades marroqu¨ªes, a Salvamento Mar¨ªtimo y conducen sus patrulleras al tramo de costa paralelo al puesto fronterizo del Tarajal. Pero una vez que los inmigrantes se lanzan al mar solo pueden rescatarlos y llevarlos a Ceuta.
El Gobierno ceut¨ª ha exigido al Ministerio del Interior que haga gestiones con Rabat para solucionar el problema. Pero los implicados en las tareas de salvamento y acogida disculpan a Marruecos. Dicen que hace lo que puede. Aseguran que la situaci¨®n ser¨ªa mucho peor en caso de que sus fuerzas de seguridad no frenaran cada d¨ªa a decenas de subsaharianos en medio de sus carreras desesperadas hacia el mar. No obstante, los pocos que logran adentrarse en el agua tienen asegurado su objetivo de alcanzar la ciudad espa?ola.
As¨ª, el CETI sigue incrementando su ocupaci¨®n, si bien no ha llegado por el momento a ser preocupante, seg¨²n sus trabajadores. La instalaci¨®n, dise?ada en 2000 para acoger a 512 personas, daba alojo ayer a 628, pero el repunte de llegadas no ha alterado su funcionamiento. ¡°Podemos alcanzar hasta un 50% m¨¢s de nuestra capacidad¡±, afirma una de las personas que se ocupa del centro.
Las prestaciones a los internos ¡ªacomodaci¨®n, manutenci¨®n, cursos y asistencia social¡ª se siguen gestionando con normalidad. Aunque los traslados peri¨®dicos de extranjeros a otros centros de internamiento de la Pen¨ªnsula, se?alan, han ayudado mucho a ello.
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