Los recortes obligan a los campus a aplicar Bolonia ¡°a la espa?ola¡±
Los rectores tienen recursos a la baja y cada vez m¨¢s necesidades
M¨¢s necesidades y menos recursos. La mayor¨ªa de las universidades inicia el curso bajo estas dos premisas. Las consecuencias son variadas, seg¨²n los centros, pero la situaci¨®n que afronta Ricardo Galli, profesor en la Universidad de las Islas Baleares, resume bien c¨®mo se presenta el panorama: ¡°En mi departamento no han renovado a muchos asociados, entre ellos, al de las asignaturas de Sistemas Operativos. Ahora le tiene que cubrir otra profesora, yo ya estoy pasado de horas, que nunca hab¨ªa dado nada similar. Est¨¢ estudiando como loca, le doy clases, y la pobre est¨¢ con v¨®mitos y sin dormir por los nervios. Tambi¨¦n afrontamos el plan Bolonia. Este a?o comienzan las del segundo curso de inform¨¢tica, y mi asignatura de Ampliaci¨®n de Sistemas Operativos. En el plan antiguo d¨¢bamos dos horas semanales de teor¨ªa y dos de programaci¨®n en el laboratorio. Gracias a los recortes, tendremos tres semanales de aula y solo una de laboratorio¡±.
Bolonia, la reforma europea de la universidades para darles una estructura com¨²n en todo el continente, llega a su segundo a?o en la inmensa mayor¨ªa de las titulaciones (las pioneras van por el tercero o incluso, por el cuarto). Se tiene que aplicar, pero no queda m¨¢s remedio que hacerlo ¡°a la espa?ola¡±, como lo define el rector de la Universidad de Santiago de Compostela, Juan Casares Long. El Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior supon¨ªa, entre otras cosas, una atenci¨®n m¨¢s individualizada, reducir los alumnos por clase y aumentar profesorado, pero m¨¢s bien va a suceder al contrario. En otras palabras, las del rector de Salamanca, Daniel Hern¨¢ndez, se trata de una ¡°Bolonia posibilista, ajustada a los recursos materiales y humanos, con cierta racionalizaci¨®n en el tama?o de los grupos, la divisi¨®n de aulas, teniendo en cuenta las circunstancias¡±.
Las universidades no hacen los presupuestos por cursos, sino por a?os. Y todav¨ªa no conocen los del que viene ¡ªel c¨¢lculo de los rectores es que este a?o ya han perdido unos 300 millones de euros de financiaci¨®n¡ª; ahora est¨¢n a la espera de saber cu¨¢nto les aportan sus respectivas comunidades aut¨®nomas. Pero las previsiones no son optimistas. Una decena de rectores consultados insisten en que ya han recortado todos los gastos superfluos y est¨¢n al l¨ªmite de que se vea afectada la calidad de la ense?anza, si es que no sucede ya.
Datos universitarios
La inversi¨®n estimada en educaci¨®n de las Administraciones P¨²blicas, en el presente a?o, es de 52.254,9 millones de euros, un 0,9% menos que en 2010. El descenso se debe, sobre todo, a los ajustes presupuestarios en los costes salariales de los funcionarios. Los rectores calculan que los campus p¨²blicos han perdido en torno a 300 millones de euros.
Los precios p¨²blicos de la primera matr¨ªcula universitaria aumentar¨¢n entre el 3,6 y el 7,6%. El margen lo determinan las comunidades aut¨®nomas. El n¨²mero de alumnos en la universidad cay¨® desde 2000 a 2007, cuando no se llegaba al mill¨®n y medio de matriculados. Entre aquel a?o y el curso 2009/10 el n¨²mero hab¨ªa crecido un 4%.
Espa?a dedica a la Universidad un 0,9% del PIB. Algunos rectores reclaman que se llegue al 2%. Las universidades espa?olas ofrecieron el curso pasado 2.338 grados y 2.429 m¨¢steres.
¡°Es que los recortes un a?o se pueden soportar, dos a?os puede, pero cuando se hacen estructurales acaban afectando al fondo de la Universidad¡±, afirma Eduardo Dom¨¦nech, rector de la Universidad de la Laguna (Tenerife). ¡°Hay una l¨ªnea delgada entre ajuste en gesti¨®n y la p¨¦rdida de calidad en el servicio p¨²blico¡±, a?ade el rector de Salamanca.
Las recetas para mantener esa calidad pasan, m¨¢s all¨¢ de reducir al m¨ªnimo el gasto corriente, por reducir la oferta de m¨¢steres oficiales, del gasto de profesorado, intensificar la politica de captaci¨®n de ingresos fuera de la financiaci¨®n p¨²blica. Casares Long explica que su centro tambi¨¦n est¨¢ consiguiendo aportaciones extraordinarias gracias a las becas europeas a sus investigadores, como las tres starting grant que han conseguido en Santiago este a?o.
El curso que empieza ofrecer¨¢ menos plazas, pero es previsible (as¨ª lo asegura la mayor¨ªa de las universidades) que el n¨²mero de estudiantes contin¨²e creciendo, una tendencia que comenz¨® en 2008. Una de las causas de este incremento es que muchos j¨®venes ¡°no encuentran sitio en el mercado laboral y deciden continuar los estudios¡±, explica Santiago Guerrero, gerente de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Sin embargo, habr¨¢ un descenso en el n¨²mero de profesores, ¡°una combinaci¨®n que no es ¨®ptima¡±, a?ade.
Los rectores confiesan que no se cubren algunas jubilaciones y que, como el caso que contaba Galli, son muchos los asociados a quienes no se les renueva el contrato. ¡°Es una figura importante, porque transmite una experiencia profesional y funciona de v¨ªnculo entre la empresa o las instituciones p¨²blicas y la Universidad¡±, subraya el presidente de la Conferencia de Rectores de Universidades Espa?olas (CRUE), Federico Guti¨¦rrez Solana.
A?ade otro de los retos a los que se enfrenta la ense?anza superior este curso: ¡°Habr¨¢ una demanda de entre 150.000 y 200.000 pr¨¢cticas y no se pueden dejar al libre albedr¨ªo¡±. Para evitarlo, la CRUE firm¨® en abril pasado un acuerdo con las C¨¢maras de Comercio que persigue ¡°reforzar los v¨ªnculos entre educaci¨®n, empresa, investigaci¨®n e innovaci¨®n¡±.
Otro reto para las universidades es seguir perfilando los m¨¢steres, que en muchos casos se est¨¢n reduciendo porque comenzaron con una oferta que no se correspond¨ªa con la demanda de los estudiantes ni la del mercado laboral. Miguel Angel Ruiz Carnicer, vicerrector de pol¨ªtica acad¨¦mica de la Universidad de Zaragoza, explica por qu¨¦ en su caso est¨¢n prescindiendo de algunos: ¡°Cuando se pusieron en marcha primeros en 2005, el enfoque era m¨¢s bien convertir los doctorados en m¨¢steres, sobre todo los de excelencia. Por eso tenemos algunos que son muy punteros y otros muy de continuaci¨®n de las carreras. No hay un contexto homog¨¦neo. Ahora intentamos que el grado [el nuevo nombre de las carreras, sustituye a licenciaturas y diplomaturas], el m¨¢ster y doctorado tengan cada uno una funci¨®n espec¨ªfica¡±.
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