¡®Operaci¨®n Botella¡¯, un gui?o a Aznar y un freno a Aguirre
Gallard¨®n situ¨® a su sucesora en la alcald¨ªa para frustrar el plan de su rival
Casi todos los movimientos pol¨ªticos de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallard¨®n en los ¨²ltimos a?os tienen un hilo com¨²n: ambos maniobran para ganar al otro. La rivalidad, ahora suavizada en p¨²blico pero siempre latente, les lleva a mirar siempre al otro. Sus carreras siempre se cruzan. Hace cuatro a?os gan¨® ella, que impidi¨® que ¨¦l fuera al Congreso; ahora, ¨¦l ha recuperado terreno. Pero nadie se f¨ªa. Gallard¨®n tiene una pesadilla: que Aguirre logre ser alcaldesa de Madrid. Es un sue?o que ella no oculta, acabar su carrera pol¨ªtica donde la empez¨®, en el Ayuntamiento de la capital, pero de alcaldesa.
Ese temor explica en parte una decisi¨®n tan arriesgada como la que tom¨® Gallard¨®n, avalado por Mariano Rajoy, hace cinco meses, y que ahora est¨¢ dando sus frutos: colocar de n¨²mero dos en la lista a Ana Botella. Eso la convierte autom¨¢ticamente en sucesora, ya que la ley local hace que sea ella la alcaldesa si ¨¦l lo deja para irse al Gobierno. Tendr¨ªa que renunciar expresamente ella para que no sucediera.
Gallard¨®n ¡ªy Rajoy con su apoyo¡ª lograron matar dos p¨¢jaros de un tiro con esa operaci¨®n, pese a sus enormes riesgos electorales, ya que Botella es una pol¨ªtica sin mucho recorrido y muy pol¨¦mica. Por un lado, ambos, sobre todo el alcalde, se congraciaron con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que tras abandonar la pol¨ªtica activa ha puesto su m¨¢ximo inter¨¦s en la carrera de su esposa. Aznar ya no es lo que fue, pero a¨²n supone un importante factor desestabilizador en el PP.
Por otro lado, se cort¨® con la soluci¨®n Botella la v¨ªa de Aguirre para acceder a la alcald¨ªa. Podr¨ªa haber aspirado en 2015 si hubiera un alcalde de transici¨®n sin mucho perfil, pero con Botella es casi imposible, salvo que se desplome en las encuestas. Siempre que se confirme que ser¨¢ ministro si al final gobierna Rajoy, Gallard¨®n habr¨ªa logrado as¨ª un gran ¨¦xito interno, aunque el riesgo es importante y asusta a mucha gente del PP: perder Madrid.
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