Recuerdos ajenos
El ganador del Nacional de Narrativa 2002, Unai Elorriaga, relata c¨®mo vivi¨® el anuncio de la banda
Y ahora, cuando, afortunadamente, no nos quedan m¨¢s que los recuerdos del largo periodo que finaliz¨® ayer, recuerdo c¨®mo hace unos a?os, a dos calles de mi casa, en el garaje en el que guardan el coche varias personas de mi familia, mataron al juez Jos¨¦ Mar¨ªa Lid¨®n, pero tambi¨¦n recuerdo, aunque es un recuerdo prestado, como lo son tantos, que exactamente dos meses despu¨¦s de nacer yo, localizaron a Eustaquio Mendizabal ¡°Txikia¡± en la estaci¨®n de Algorta, a quince metros escasos de mi casa, y fue perseguido y rematado con un tiro en la cabeza. Es un hecho que siempre me ha obsesionado, el m¨¢ximo responsable del aparato militar de entonces o alg¨²n polic¨ªa pudieron pasar rozando mi coche de ni?o, y ese inter¨¦s en saber lo que realmente sucedi¨® ¨Chay docenas de versiones¨C me llev¨® a acudir, hace pocos meses, a una charla organizada en el aula de cultura; mi sorpresa fue may¨²scula cuando supe que el acto hab¨ªa sido suspendido por un juez, se?al de la poca normalidad que esperemos ceda ahora un poco.
Contin¨²o recordando el ultim¨¢tum para Miguel ?ngel Blanco
Pero contin¨²o recordando y recuerdo aquellos calurosos d¨ªas de verano y aquel fin de semana angustioso, aquel ultim¨¢tum para Miguel ?ngel Blanco y aquella sensaci¨®n que hac¨ªa pensar que ya ni los m¨¢ximos simpatizantes del grupo armado quer¨ªan que se llevase a cabo la amenaza, tal y como ocurri¨® al final. Sin embargo, tampoco dejo de recordar los relatos de las torturas sufridas por amigos, los meses e incluso a?os de prisi¨®n en espera de juicio para al final quedar libres sin ning¨²n cargo, tan parecido a lo que ocurri¨® con el ¨²nico peri¨®dico en euskera, recuerdo las narraciones de las ba?eras, las bombas lapa, la bolsa, los escoltas, la cal viva¡
Podr¨ªa pasar horas contando cientos de recuerdos pero intuyo que seguir¨¢n siendo parciales, limitados, aunque es evidente que toman pedazos de todas las realidades. Por supuesto, mis recuerdos son conscientes de que les faltan muchos pedazos, de que es pr¨¢cticamente imposible resumir todo el dolor que han producido estos a?os, pero tambi¨¦n sospechan que a partir de ayer no se producir¨¢n nuevos recuerdos y quieren creer que aquellos a quienes concierne tomar las decisiones a partir de ahora, dejar¨¢n de lado las cobard¨ªas pol¨ªticas, los intereses electorales, y ser¨¢n generosos, los de un lado y los del otro, no se olvidar¨¢n de ning¨²n recuerdo, propio, prestado o ajeno, para que a partir de ma?ana, los garajes sirvan ¨²nicamente para aparcar coches y las estaciones para dejar de lado el veh¨ªculo oficial y preguntar por el futuro a los que viajan en tren.
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