Los remedios t¨®xicos de Pons
Todav¨ªa no gobierna el PP y uno de los suyos ya insulta a quienes no le votan
No asamos y ya pringamos, dice el rancio refranero. Todav¨ªa no gobierna el PP y uno de los suyos ya insulta a quienes no le votan, nada menos que su imp¨¢vido portavoz y primer candidato al Congreso por Valencia, Esteban Gonz¨¢lez Pons. Y en la l¨ªnea del alcalde socialista Pedro Castro, que reput¨® de ¡°tontos de los cojones¡± a los votantes de derechas, ha expelido por derecho dos insultos de arriero. El primero, con una frase subordinada: toda Espa?a est¨¢ por un cambio porque ¡°no hay ning¨²n espa?ol tan idiota que quiera la continuidad que el PSOE ha dado estos a?os¡±. Segunda injuria: trivializar el alcance de la primera y acogerse a la excusa despectiva. ¡°El PSOE me acusa de insultarles. No es verdad. Si alguien se siente ofendido retiro mis palabras. Mis disculpas¡±. La clave est¨¢ en el ¡°no es verdad¡±. ?Acaso la invectiva admite otra lectura que no sea la de llamar idiotas a los votantes del PSOE? La segunda injuria llama idiotas a quienes interpretaron correctamente la primera.
Gonz¨¢lez Pons cultiva para su partido dos huertecillos de plantas t¨®xicas que el PP incluye como ingredientes b¨¢sicos de una ¡°oposici¨®n rigurosa¡±. En el primer huerto, Pons siembra acusaciones de connivencia del Gobierno con ¡°la banda terrorista¡±, imputaciones de corrupci¨®n y susurros de actos criminosos del PSOE. Nunca prueba nada, en la convicci¨®n de que los discursos pol¨ªticos en Espa?a, por infamantes que sean, resultan impunes. En el segundo terrenito, Pons mima el discurso inepto, por fantasioso, de la milagrer¨ªa de su partido. Por ejemplo, el Gobierno del PP ¡°crear¨¢ 3,5 millones de empleos¡± Nadie se rio. ?Por qu¨¦ no? Hasta cinco millones de empleos para familiares y deudos podr¨ªan crear si le encargan el programa laboral a Monago.
Si este es el porvenir pol¨ªtico en caso del que el PP gobierne, los laboratorios habr¨¢n de improvisar remedios masivos contra el estr¨¦s. Urgen una crema de alivio r¨¢pido para las quemaduras producidas por los discursos del autor de Camisa blanca, y una p¨ªldora de colores diversos para calmar los dolores de cabeza del catastrofismo auton¨®mico. Migra?as colectivas va a producir en los pr¨®ximos a?os la tabarra de la ¡°herencia recibida¡±.
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