Un programa en el armario
El PP mantiene una estrat¨¦gica ambig¨¹edad sobre lo que har¨¢, si gana las elecciones, con leyes sociales que llev¨® al Tribunal Constitucional, para evitar que la izquierda rentabilice el rechazo de la derecha a esas normas. El l¨ªder del PP desoye la oposici¨®n de los sectores m¨¢s conservadores y evita aclarar qu¨¦ har¨¢ con leyes como la del aborto, la de bodas gais y la de igualdad
En el PP caben los m¨¢s duros conservadores y ultracat¨®licos, los democristianos m¨¢s moderados y los centristas laicos. El empe?o de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en 1989 por hacer un partido con posibilidades de gobernar en Espa?a tiene la gran ventaja para el propio PP de que en las urnas no compite contra otras opciones en el espectro de la derecha y el centro-derecha, m¨¢s all¨¢ de las nacionalistas o regionalistas. Tiene la consecuencia tambi¨¦n de que tapona la existencia de un partido ultraderechista como los que han florecido en otros pa¨ªses europeos.
Pero al PP le provoca la incomodidad de no poder mantener posiciones claras sobre asuntos que tienen que ver con convicciones religiosas y somete a sus dirigentes a tensiones de los sectores que lo componen. Los casos m¨¢s claros son las propuestas sobre aborto y matrimonio homosexual, sobre las que Mariano Rajoy no termina de definir su posici¨®n. En ambas leyes el PP vot¨® en contra y, por supuesto, hubiera preferido que no se aprobaran en sus t¨¦rminos actuales, pero ahora Rajoy se niega a decir claramente que las derogar¨¢ si gana las elecciones. Desde el punto de vista estrat¨¦gico, Rajoy intenta alejarse del estereotipo ultraconservador que anula avances sociales, porque eso podr¨ªa ser aprovechado por el PSOE para movilizar a electores de izquierdas.
El argumento del l¨ªder del PP es que en 2004 su partido se present¨® con un programa que inclu¨ªa una propuesta de ley para regular las uniones de hecho, diferenciando esa situaci¨®n de la de los matrimonios heterosexuales. Cuando se debati¨® en el Congreso la ley de bodas gais, el PP vot¨® en contra con el argumento de que no pod¨ªa llamarse matrimonio la uni¨®n de personas del mismo sexo. Recurri¨® al Constitucional invocando el art¨ªculo 32, que dice que ¡°el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jur¨ªdica¡±.
Dirigentes del PP participaron en manifestaciones contra la ley, mientras que otros del mismo partido colaboraron en su aplicaci¨®n, por ejemplo, oficiando en los ayuntamientos bodas entre personas del mismo sexo. Ahora, Rajoy se ha escudado reiteradamente en la futura sentencia del Constitucional para no desvelar si su programa propondr¨¢ derogar la norma en el caso de que sea avalada por el tribunal. Fuentes del PP explican que, en el caso de que no sea anulada la norma, es probable que no se derogue porque, desde el punto de vista pr¨¢ctico, se producir¨ªa un embrollo legal notable con las bodas ya realizadas. Adem¨¢s, desde su aprobaci¨®n en Espa?a se han ido impulsando en otros pa¨ªses normas similares, hasta el punto de convertirse en algo aceptado.
En el caso del aborto, las posiciones en el PP son a¨²n m¨¢s complicadas: los que creen que hay que volver a la situaci¨®n previa a la ley actual, es decir, la norma que Felipe Gonz¨¢lez aprob¨® en 1985; los m¨¢s confesionales que defienden que hay que anular cualquier posibilidad de aborto legal, y la minor¨ªa que prefiere dejarla tal cual. Tambi¨¦n en este caso, el PP present¨® un recurso ante el Constitucional que est¨¢ pendiente de resoluci¨®n y es obvio que una sentencia que anulara toda o parte de la ley facilitar¨ªa que Rajoy acometiera la reforma del texto. Hay precedentes: Aznar, en sus dos legislaturas, una de ellas con mayor¨ªa absoluta, no intent¨® ni siquiera cambiar la ley del aborto y, mucho menos derogarla como hubieran querido los sectores m¨¢s confesionales.
Tambi¨¦n llev¨® el PP al Constitucional la Ley de Igualdad, aunque en este caso su rechazo a la norma qued¨® en la abstenci¨®n en la votaci¨®n del Congreso. La tesis de Rajoy ha sido siempre que no es preciso establecer un sistema de cuotas para acabar con la discriminaci¨®n de la mujer, pero el Constitucional rechaz¨® su recurso y confirm¨® la norma en 2008.
Ahora el PP no ha aclarado si derogar¨¢ esta ley. Por ejemplo, en lo que se refiere al establecimiento de un sistema de cuotas en las listas. Los populares argumentan que, sin cuotas, han logrado que haya m¨¢s mujeres en las presidencias de las comunidades, superando el n¨²mero de candidatas del PSOE. El PP tiene tres mujeres al frente de comunidades: Esperanza Aguirre (Madrid), Luis Fernanda Rudi (Arag¨®n) y Dolores de Cospedal (Castilla-La Mancha).
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