¡°Si no has cometido errores es que no te arriesgas suficiente¡±

¡°Lo mejor es cuando empiezas. Sientes energ¨ªa en estado puro¡±, recuerda con una sonrisa nost¨¢lgica el publicista Gerard Oliv¨¦, de 32 a?os. Fund¨® su empresa, BeRepublic, una agencia de publicidad online, en 2006, junto a su socio, Jordi Sanlleh¨ª. ¡°Dejamos nuestro trabajo. Solo ten¨ªamos para empezar una mesa, dos ordenadores prestados y un despacho de 20 metros que me dej¨® mi hermana¡±, recuerda. Hoy tienen sede en Barcelona y Madrid, emplean a 50 personas y facturan cinco millones de euros al a?o. ¡°Lo hemos conseguido sin ayudas p¨²blicas, sin fondos de inversi¨®n ni hipotec¨¢ndonos con los bancos¡±, apunta.

BeRepublic, responsable de estrategias online para Vueling, Danone o La Caixa, en plena crisis acaba de mudarse a un piso m¨¢s grande en Barcelona. ¡°Ya no cab¨ªamos. Nos d¨¢bamos codazos¡±, dice entre risas Oliv¨¦. ?No les asusta la crisis? ¡°Es que nacimos casi en crisis. Estamos acostumbrados. No s¨¦ yo si sabremos trabajar cuando acabe¡±, comenta divertido. Y es que llegar hasta donde ha llegado no ha sido siempre f¨¢cil. Los primeros clientes de su agencia fueron una empresa de pa?os y otra de maquinaria pesada. ¡°La publicidad es menos glamurosa de lo que parece¡±, recuerda. Incluso la publicidad por Internet.

No se arrepiente de haber dado el paso de mont¨¢rselo por su cuenta. ¡°Nunca intentaron convencerme de que me olvidara de montar un negocio. Porque nunca di muestras de que hubiera otra opci¨®n¡±, explica. Su trabajo es divertido, resume. Volver¨ªa a hacerlo, asegura. Aunque al principio supuso renunciar a un sueldo fijo y el primer a?o sus ingresos se redujeron a la mitad. No flaquea, a pesar de que ahora, para encontrar un hueco para un caf¨¦ ha necesitado casi una semana entre viajes y reuniones.

¡°El problema de montar una empresa es que aprendes a base de palos. Por ejemplo, nosotros renunciamos a pedir ayudas p¨²blicas porque era una p¨¦rdida de tiempo. No existe una ventanilla ¨²nica. Intentamos solicitar una subvenci¨®n y estuvimos de aqu¨ª para all¨¢. Decidimos que prefer¨ªamos usar todo ese esfuerzo en buscar clientes, en lugar de malgastarlo¡±, resume. Pero Oliv¨¦ no es rencoroso. No cree que nadie le deba nada. ¡°Los errores son el verdadero motor de todo. Si no has cometido ninguno, es que no te has arriesgado lo suficiente¡±, anuncia. ¡°Al nuevo Gobierno no le pedir¨ªa grandes ayudas para los emprendedores. Solo le pedir¨ªa que no ponga palos en las ruedas¡±, dice.

La burocracia. Ese es el hombre del saco de los empresarios, solo superado por la financiaci¨®n. ¡°Probablemente un ingeniero con una tecnolog¨ªa patentada muy novedosa encuentre dinero. Pero un emprendedor tambi¨¦n puede ser un taxista o un hostelero. Y a estos nadie se lo prestar¨¢. Tampoco los bancos, que han perdido su funci¨®n b¨¢sica¡±, lamenta. A pesar de que emprendi¨® en un negocio tecnol¨®gico, nunca recurri¨® a un fondo de capital riesgo o un business angel. ¡°En BeRepublic busc¨¢bamos socios productivos. No quer¨ªamos alguien que solo llegara y pusiera dinero. No lo hemos encontrado. As¨ª que optamos por el modelo tradicional: fuimos ampliando la empresa conforme ten¨ªamos clientes¡±. El publicista cree que ese es uno de los grandes problemas hoy: los profesionales de la econom¨ªa financiera han sustituido a los de la econom¨ªa productiva. ¡°En nuestro sector, la juventud est¨¢ sobrevalorada. Hay que valorar la experiencia y los conocimientos¡±.