¡°Cas¨¦monos antes de que Rajoy llegue a La Moncloa¡±

Los habitantes de Campillo de Ranas (Guadalajara) cabr¨ªan en un edificio. Son 50, muchos de ellos fugitivos de las grandes ciudades o, como se les llama con algo de pompa, neorrurales. Pero este pueblo ha celebrado este a?o 80 bodas, 30 de ellas entre personas del mismo sexo. Su alcalde, Francisco Maroto (PSOE) tiene el r¨¦cord de enlaces gais. Desde que gobierna la localidad ¡ªes su tercera legislatura¡ª ha casado a 800 parejas, de las que un 30% son homosexuales. Por tener m¨¢s bodas que vecinos, Campillo de Ranas y Maroto han sido noticia en The New York Times y la revista Time. EL PA?S quiso volver a este pueblo en campa?a para preguntar si hay miedo a que el PP derogue la ley si gana el 20-N. Lo hay.

"Noto preocupaci¨®n. Estoy casando todos los fines de semana, no paro, y a veces hasta tres en un d¨ªa. He o¨ªdo muchos comentarios de parejas que, ante la posibilidad de que el PP se cargue la ley, han decidido tirar para adelante y casarse", cuenta Maroto, convencido de que Rajoy la derogar¨¢. Cuando el Gobierno de Zapatero aprob¨® la reforma legal, en 2005, en Campillo de Ranas hac¨ªa m¨¢s de 30 a?os que no se casaba nadie. "El PP llam¨® a la objeci¨®n de conciencia y salieron algunos alcaldes diciendo que ellos no iban a casarnos. El juez de paz de aqu¨ª dimiti¨® porque no quer¨ªa incluir esos matrimonios en los libros de familia. Yo quise dar un paso al frente y decir 'yo s¨ª caso", relata Maroto, que ha terminado cas¨¢ndose con el juez de paz que sustituy¨® al objetor.

No paro de casar", dice Maroto, el alcalde con el r¨¦cord de bodas gais

Se convirti¨® en un fen¨®meno. Campillo de Ranas, en el valle del pico Ocej¨®n ¡ªque se hizo famoso por el anuncio en el que un abuelo cabrero preguntaba "?Y qu¨¦, el Madrid otra vez campe¨®n de Europa?"¡ª, uno de los pueblos m¨¢s bonitos de la ruta de arquitectura negra (por la pizarra de las casas), era descrito en Time como "Las Vegas Ib¨¦rica" y Andr¨¦s F. Rubio rodaba un documental, Campillo s¨ª quiero, que casi dio la vuelta al mundo (Oslo, Buenos Aires, Tur¨ªn, Nueva York, Londres, Bogot¨¢, M¨¦xico D.F., Lisboa, Riga...). "En los estrenos, me sent¨ªa como un embajador de Espa?a. Por primera vez ¨¦ramos referente en algo. Y ven¨ªa un noruego, por ejemplo y me dec¨ªa: 'qu¨¦ envidia'. Ellos entonces ten¨ªan una ley de amigos como la que quer¨ªa hacer el PP", recuerda Maroto.

El alcalde hace balance de la aplicaci¨®n de la ley. "El PP dec¨ªa que esto equival¨ªa a disolver la familia porque los gais se iban a casar y divorciar como locos. El tiempo ha demostrado que se han casado parejas de muchos a?os".

Pero que se celebren m¨¢s bodas que gente vive en el pueblo no es lo ¨²nico extraordinario que sucede en Campillo de Ranas. A la hora de la siesta, se ven pasar camiones con material de construcci¨®n. Aqu¨ª no han dejado de venderse casas. Muchas son para gente de la ciudad. Parejas gais como Juli¨¢n Corral, (excontable) y Alberto (trabajador en una empresa de animaci¨®n) de Madrid, que lo dejaron todo y abrieron un bar en Campillo, La Gardu?a, "Aqu¨ª hay mucha tolerancia", cuenta Juli¨¢n, mientras se enfada al ver un resumen del debate Rajoy-Rubalcaba. "Yo sal¨ª tarde del armario, con 37 a?os. Ahora tengo 57 y llevo 20 con mi pareja. Poder casarme es un derecho, y que el PP lo haya llevado al Constitucional, una estupidez. No hace da?o a nadie. Al PP le gustar¨ªa que la homosexualidad volviera a los armarios".

Juli¨¢n L¨®pez, de 46 a?os, est¨¢ encantado con el ajetreo de bodas. "Yo me vine hace 14 a?os desde Carabanchel. Aqu¨ª tengo cosas que en Madrid nunca podr¨ªa tener: una casa de 200 metros, aparcamiento y un restaurante, La Fragua, al que viene mucha gente por las bodas. ?Hago 4.000 croquetas todos los meses!". ?