El Supremo absuelve a los guardias civiles de torturar a los etarras Portu y Sarasola
El alto tribunal anula la sentencia de 2010 de la Audiencia de Guip¨²zcoa Los denunciantes, Portu y Sarasola, est¨¢n condenados a 1.040 a?os por el atentado de la T-4
La Sala Penal del Tribunal Supremo ha absuelto a cuatro guardias civiles de los delitos de torturas graves y lesiones a los etarras Igor Portu y Mattin Sarasola, en una sentencia muy cr¨ªtica con la actividad probatoria desarrollada por la Audiencia de Gipuzkoa, que conden¨® a los agentes a penas de entre dos y cuatro a?os y medio de c¨¢rcel y ocho a?os de inhabilitaci¨®n. Portu y Sarasola fueron condenados en mayo del pasado a?o a 1.040 a?os de c¨¢rcel por el atentado contra la T-4 de Barajas, el 30 dediciembre de 2006, en el que murieron dos ciudadanos ecuatorianos.
En diciembre de 2010, la Audiencia guipuzcoana consider¨® probado que los guardias formaban parte de un operativo de 15 agentes del Grupo de Acci¨®n R¨¢pida de la Guardia Civil que el 6 de enero de 2008 participaron en detenci¨®n de Portu y Sarasola, miembros liberados del comando Elurra? de ETA. Los cuatro guardias condenados insultaron, amenazaron de muerte y golpearon a los terroristas, a los que, tras su detenci¨®n en la localidad de Arrasate-Mondrag¨®n, habr¨ªan trasladado a una pista forestal para maltratarles. Seg¨²n la Audiencia de Guip¨²zcoa, las lesiones que presentaban los etarras no eran ¡°compatibles con la din¨¢mica expuesta por los agentes de la Guardia Civil en sus declaraciones¡±.
La Sala Penal del Supremo estima que no ha quedado desvirtuado el derecho a la presunci¨®n de inocencia, ¡°al no resultar debidamente acreditada la comisi¨®n de los delitos de torturas o lesiones¡±
Sin embargo, seg¨²n el Supremo, la Audiencia de Gipuzkoa no repara en que lo concertado no son las circunstancias de la detenci¨®n, sino la denuncia de las posteriores torturas. ¡°Tambi¨¦n debe tenerse en consideraci¨®n, seg¨²n el informe t¨¦cnico de la Guardia Civil, que la estrategia de presentar denuncias falsas y la previa elaboraci¨®n de ¡®kantadas¡¯ se aprende en la llamada ¡®eskola¡¯ y todo activista de ETA est¨¢ obligado a poner en pr¨¢ctica¡±.
La sentencia del Supremo, de la que ha sido ponente el magistrado Jos¨¦ Ram¨®n Soriano, pone en entredicho las contradicciones entre los denunciantes sobre la hora de la detenci¨®n y las ¡°inexactitudes relevantes¡± de dos testigos, Isidro Ropero que apareci¨® ¡°espont¨¢neamente¡± en el juzgado para declarar acompa?ado de una abogado y del excandidato de Herri Batasuna y el alcalde de Aramaio, Asier Aguirre. Asimismo entresaca varias afirmaciones del documento Hacer frente a la detenci¨®n, en el quese aconseja a los militantes de ETA ¡°gritar como si os mataran¡± que luego ¡°ya sacaremos testigos¡± para ¡°hacer cre¨ªble lo que cont¨¦is¡±.
El Supremo critica a la Audiencia por no aplicar la posici¨®n m¨¢s favorable a los guardias civiles acusados, como impondr¨ªa la presunci¨®n de inocencia. Respecto al testigo Isidro Ropero, dice que la Audiencia le ha otorgado una procedencia ¡°claramente improcedente¡± ya que los datos aportados al juzgado ¡°los pudo adquirir por distintas v¨ªas¡± y cualquiera de los vecinos de Mondrag¨®n los conoc¨ªa¡±. Para el Supremo, el valor corroborador de este testimonio queda ¡°completamente descalificado¡±.
Lo mismo dice del alcalde Aramaio por las inexactitudes y contradicciones en que incurre, ¡°as¨ª como por excederse en sus facultades al suplantar las propias de un fedatario, sin precisar datos de las personas que le informaron de las circunstancias¡±.
Respecto a las torturas, el Supremo cree que podr¨ªan insertarse en la ¡°kantada¡± o ¡°coartada falsa¡± o ¡°explicaci¨®n ficticia o deformada¡± que confirmar¨ªan los documentos de ETA para imputar ¡±falsas torturas¡±. As¨ª, la inmensa cantidad de golpes y agresiones de todo orden que los etarras dijeron haber recibido ¡°pueden responder a instrucciones org¨¢nicas recibidas, de cumplimiento operativo¡±.
La Sala cree que las torturas podr¨ªan insertarse en la ¡°kantada¡± o ¡°coartada falsa¡± o ¡°explicaci¨®n ficticia o deformada¡± que confirmar¨ªan los documentos de ETA para imputar ¡±falsas torturas¡±
¡°Concretamente, en sus declaraci¨®n afirman que los polic¨ªas les propinaron patadas y pu?etazos en n¨²mero abundante sin pensar que esa asombrosa e incre¨ªble cantidad de agresiones deber¨ªan dejar necesariamente huellas, y su ausencia es lo que consigue devaluar o descalificar su testimonio¡±, sigue la sentencia.
El Supremo tambi¨¦n considera cumplido el manual de ETA de que ¡°luego sacar¨¢ testigos¡±. La relaci¨®n de Isidro Ropero con el entorno de la banda se puede evidenciar de su declaraci¨®n ¡°espont¨¢nea¡±. Asier Aguirre fue imputado en su d¨ªa por pertenencia a banda armada. Y Pakita Etxegoien, auxiliar de enfermer¨ªa, tan pronto ingresa Portu en el hospital llama a los padres de este, de lo que el Supremo deduce que ¡°ten¨ªa relaci¨®n con ellos, ya que no es normal que una auxiliar de hospital act¨²e de ese modo ante el ingreso decualquier persona¡±.
¡°Con estas rese?as del perfil personal no queremos afirmar¡±, dicen los magistrados, ¡°que el testigo sea veraz o falso, sino que la previsi¨®n del manual de ETA de ¡®sacar testigos¡¯ la cumpli¨® la organizaci¨®n, pues es razonable pensar que los propuestos eran personas id¨®neas y adecuadas para prestar la colaboraci¨®n que se les ped¨ªa, por sus conexiones ideol¨®gicas con el mundo etarra¡±.
La Sala Penal del Supremo estima que no ha quedado desvirtuado el derecho a la presunci¨®n de inocencia, ¡°al no resultar debidamente acreditada la comisi¨®n de los delitos de torturas o lesiones¡±. Cuatro peritos que dictaminaron sobre las lesiones (dos de la Audiencia Nacional y dos en esta causa) ¡°reputaron las lesiones compatibles con una detenci¨®n violenta¡±, a?ade el alto tribunal. Y los dos forenses de San Sebasti¨¢n en que se apoy¨® la Audiencia ¡°no dictaminaron sobre la detenci¨®n y los forcejeos, sino sobre los malos tratos y agresiones (¡) partiendo de un condicionado presupuesto, con todos los visos de falaz, esto es, de acuerdo con su particular versi¨®n de los hechos ¡®kantada¡±.
¡°No existiendo torturas o no habi¨¦ndose acreditado¡±, el Supremo decreta la absoluci¨®n de loscuatro guardias civiles condenados.
¡°Humillados y golpeados", seg¨²n los etarras
Ocurri¨® poco m¨¢s de un a?o despu¨¦s del atentado de la T-4, asociado a Igor Portu y Mattin Sarasola. El 6 de enero de 2008, en la localidad guipuzcoana de Mondrag¨®n, los dos etarras fueron detenidos en un control de la Guardia Civil. Tras comprobar su identidad, el sargento Juan Jes¨²s Casas y el cabo Jos¨¦ Manuel Escamilla se encargaron de custodiar al primero, mientras que el tambi¨¦n cabo Sergio Mart¨ªnez y el agente Sergio Garc¨ªa asumieron la vigilancia del segundo. Ambos terroristas fueron trasladados en distintos veh¨ªculos policiales hasta una pista forestal ubicada en las inmediaciones y que hab¨ªa sido previamente acordonada para evitar la presencia de testigos.
Seg¨²n los hechos que relataron durante el juicio los dos terroristas y a los que dio veracidad en su sentencia previa la Audiencia de Gipuzkoa, fue en pleno monte donde Sarasola y Portu fueron ¡°humillados y golpeados¡±. Al primero lo amenazaron de muerte. Tras pegarle varios cachetes, lo sacaron por la fuerza del veh¨ªculo y lo condujeron hacia un camino de tierra, donde le colocaron una pistola en la sien, lo empujaron cuesta abajo y, cuando estaba en el suelo, ¡°le endilgaron una serie de patadas en los costados y en las piernas, as¨ª como un elenco de pu?etazos por todo el cuerpo, llegando a colocarle una bota del pie en la cabeza¡±. Como consecuencia, sufri¨® sendos hematomas en uno de los ojos, la axila derecha y el t¨®rax, para cuya curaci¨®n precis¨® de medicaci¨®n durante dos semanas.
A Portu, por su parte, le propinaron patadas en las piernas, pu?etazos en el vientre y otro golpe, ¡°de gran intensidad¡±, a la altura de la octava costilla. Sufri¨® por ello distintos hematomas y una fractura costal de los que tard¨® casi un mes en reponerse. Despu¨¦s lo trasladaron hasta un r¨ªo cercano, en cuyo cauce le sumergieron la cabeza ¡°dos o tres veces¡±. Lo levantaron de los tobillos y le hicieron ¡°tragar agua¡±. ¡°Estos son los primeros 20 minutos de los cinco d¨ªas que tenemos para hacer contigo lo que queramos¡±, llegaron incluso a amenazarle los agentes, seg¨²n recog¨ªa la sentencia de la Audiencia provincial que ahora ha revocado el Supremo.
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