Colosal saqueo de dinero p¨²blico

Bajo las anodinas siglas de Emarsa (Entidad Metropolitana de Aguas Residuales Sociedad An¨®nima) se esconde la historia de un colosal saqueo de dinero p¨²blico. Emarsa, empresa instrumental creada por el Ayuntamiento de Valencia y otros 17 municipios cercanos, se dedicaba a depurar el caudal de las cloacas antes de liberarlo al mar, destinarlo al riego o a alimentar el parque natural de L¡¯Albufera. Gestionaba la planta de Pinedo, la mayor de la Comunidad Valenciana y una de las m¨¢s grandes de Espa?a. Y se financiaba con el canon de saneamiento que los vecinos de Valencia y su ¨¢rea metropolitana pagan con la factura del agua.

En julio de 2010, el PP, que controlaba la sociedad desde los a?os noventa, decidi¨® liquidarla al encontrarse en situaci¨®n de quiebra. La disoluci¨®n revel¨® la existencia de un agujero de 17 millones de euros. La investigaci¨®n judicial, que abarca el periodo de 2004 a 2010 y cuenta ya con 16 imputados por malversaci¨®n, estafa continuada y delitos societarios, ha destapado que los gestores de Emarsa pagaron cantidades millonarias por servicios y suministros inexistentes. El fraude total podr¨ªa superar los 30 millones. Mientras, los directivos disfrutaban a su costa de toda clase de extravagancias.

Corruptelas de Emarsa: detalles de un pillaje

1. Gastos a costa de la sociedad p¨²blica. Los directivos cargaron a Emarsa decenas de miles de euros por la compra de joyas, bolsos de Loewe, bol¨ªgrafos Montblanc, accesorios de autom¨®vil, d¨¦cimos de loter¨ªa (mil euros al a?o), ipods, ropa, cestos de beb¨¦, circuitos de spa, alquiler veh¨ªculos de lujo...

2. Viajes pagados. Dirigentes de la sociedad viajaron a Par¨ªs, Nueva York, Johannesburgo, Marrakech, Estocolmo, Andorra... En varios casos, los directivos se desplazaban con sus familias y Emarsa tambi¨¦n pagaba los hoteles.

3. Comidas. Los directivos cargaron 300.000 euros en comidas a Emarsa entre 2005 y 2010. S¨®lo en 2009, ya en plena crisis, las facturas por comidas en marisquer¨ªas y restaurantes de alto nivel ascendieron a 92.443 euros.

4. Lodos (toneladas). Las empresas de tratamiento y transporte de lodos facturaron m¨¢s toneladas de las que generaba la planta. Por este concepto, Emarsa pag¨® m¨¢s de 20 millones de euros entre 2004 y 2010.

5. Camiones ultrarr¨¢pidos. Los camiones de transporte de lodo iban y volv¨ªan a la planta en tiempos imposibles. Supuestamente un cami¨®n sal¨ªa de la planta de Valencia, llegaba a Requena (a 68 kil¨®metros), descargaba, volv¨ªa a la planta, cargaba y volv¨ªa a estar listo para partir en menos de 15 minutos.

6. Obras. Emarsa pag¨® 4,2 millones de euros a dos empresas que administraba la misma persona, ten¨ªa la sede en su casa y apenas ten¨ªa trabajadores. Las empresas facturaron, por ejemplo, por reparaciones en maquinaria que no exist¨ªa o por pintar fachadas de edificios que, por sus caracter¨ªsticas, no se pod¨ªan pintar.

7. Partidas inform¨¢ticas. Emarsa compr¨® en menos de un a?o 164 teclados, 149 ratones o 141 licencias antivirus cuando solo ten¨ªa 32 puestos de trabajo informatizados. El proveedor, hermano de la empresaria que hac¨ªa las obras y reparaciones, que factur¨® 4,5 millones mediante dos empresas, actuaba a la vez como jefe de inform¨¢tica de Emarsa. En algunos casos firmaba en representaci¨®n de la sociedad como recibido y conforme los suministros que ¨¦l mismo vend¨ªa.

8. Violaci¨®n de las normas de contrataci¨®n. La mayor parte de los contratos investigados incumpl¨ªan los principios de publicidad y concurrencia. El caso m¨¢s sangrante es el del proveedor inform¨¢tico que admiti¨® al juez que una de sus dos empresas factur¨® 1,8 millones a Emarsa sin contrato, "con un acuerdo verbal".

9. O¨ªdos sordos a los auditores. Las auditor¨ªas de la firma Mazars advirtieron seis a?os seguidos (2004-2010) sobre las irregularidades en las formas de contrataci¨®n. El presidente de Emarsa, Enrique Crespo, hizo caso omiso y afirm¨® ante el consejo que no detectaban problemas importantes. Crespo tambi¨¦n rechaz¨® la propuesta de que para acordar contratos y disposici¨®n de fondos hiciera falta al menos la intervenci¨®n de dos responsables con firma mancomunada.

10. Empleados que solo iban a cobrar. El exgerente Esteban Cuesta ha admitido al juez que contrat¨® por indicaci¨®n de Crespo a cuatro personas que solo iban por la planta a cobrar. Uno (Luis Botella) es el concejal de Urbanismo del PP de Moncada; otra (Marisol Giner) era la exportavoz del PP de Benet¨²sser.

11. La Generalitat inyect¨® el triple de fondos. Durante el periodo investigado (2004-2010), el Gobierno valenciano casi triplic¨® los fondos destinados a Emarsa (de 6,4 millones de euros en 2004 a 18,4 millones en 2009), mientras la cantidad de agua depurada s¨®lo aumentaba un 6,5%.

12. Ingresos en met¨¢lico. El gerente Esteban Cuesta ingres¨® en sus cuentas 251.000 euros en efectivo entre 2005 y 2009.

Compraban, con fondos de la sociedad, joyas, bolsos de Loewe, relojes, bol¨ªgrafos Montblanc, prendas de vestir en Armani, dispositivos electr¨®nicos (ipods, libros electr¨®nicos, ordenadores port¨¢tiles), accesorios de autom¨®vil, mil euros de loter¨ªa cada a?o. Cargaban el alquiler de veh¨ªculos de lujo y circuitos de spa. Hac¨ªan viajes de placer con sus familias, a Par¨ªs, Nueva York, Johannesburgo y m¨¢s destinos aloj¨¢ndose con gastos pagados en hoteles de cuatro y cinco estrellas. Se hospedaban en establecimientos de similar categor¨ªa, en la misma Comunidad Valenciana, acompa?ados de te¨®ricas traductoras rumanas. Siempre por cuenta de Emarsa.

Fueron capaces de gastarse 92.443 euros en un a?o en asadores, marisquer¨ªas y restaurantes con estrellas michel¨ªn. Y a¨²n as¨ª, en los 23.000 folios del sumario pueden encontrarse facturas de 7,5 euros de tabaco o de compras en el supermercado.

En un momento de las m¨¢s de 50 horas que lleva declaradas ante el juez, el exgerente Esteban Cuesta cont¨® c¨®mo funcionaban las cosas. El entonces presidente de Emarsa y hoy todav¨ªa vicepresidente de la Diputaci¨®n de Valencia y alcalde de Manises con el PP, Enrique Crespo, tambi¨¦n imputado, iba a su despacho, le entregaba unas facturas de Loewe y le daba la orden de acercarse al establecimiento a pagarlas. Entre compras, viajes y banquetes, los responsables de Emarsa se gastaron en seis a?os casi un mill¨®n de euros, seg¨²n la abundante documentaci¨®n de que dispone el juez Vicente R¨ªos.

El instructor cuenta con multitud de indicios de que el aut¨¦ntico pillaje se produjo, sin embargo, mediante el pago de suministros y servicios falsos. Algunos, inveros¨ªmiles: Emarsa pag¨®, por ejemplo, por reparaciones en los digestores (tanques para depurar el agua) n¨²mero cuatro, cinco y seis, cuando en la planta solo hab¨ªa dos. Y lo hizo a empresas administradas por tres hermanos, Mar¨ªa Paz, V¨ªctor Manuel y Sebasti¨¢n Garc¨ªa Mart¨ªnez, este ¨²ltimo a su vez jefe de departamento de la depuradora. Contrat¨® cursos de formaci¨®n por 188.000 euros, la mayor¨ªa por Internet y sin control de asistencia.

Adquiri¨® te¨®ricamente, en poco m¨¢s de seis meses, 164 teclados; 149 ratones; 155 fuentes de alimentaci¨®n; 141 licencias antivirus y 79 monitores, aunque en Emarsa solo hab¨ªa 32 puestos de trabajo informatizados. El proveedor, el propio Sebasti¨¢n Garc¨ªa Mart¨ªnez, actuaba, de hecho, como director de inform¨¢tica en la planta y a veces firmaba en su nombre como recibido y conforme las partidas que ¨¦l mismo vend¨ªa... As¨ª hasta 35 empresas ahora investigadas que facturaron a Emarsa 40,3 millones de euros.

La sociedad estaba controlada por una asamblea metropolitana en la que el Ayuntamiento de Valencia tiene el 45% de los votos y el PP goza de amplia mayor¨ªa. Trabajar en Emarsa era una canonj¨ªa (nueve empleados ganaban m¨¢s que el presidente del Gobierno) y la empresa fue llen¨¢ndose de cargos de segunda y tercera fila del partido y de sus socios de Uni¨®n Valenciana. El propio Cuesta, a quien Rita Barber¨¢ nombr¨® alcalde ped¨¢neo, se mantuvo como dirigente local del PP de Valencia hasta pocos d¨ªas antes del 20-N.

La sociedad coste¨® la compra de joyas, relojes y otros art¨ªculos de lujo

La seguridad de que nadie les controlaba llev¨® a los directivos a ser muy poco cuidadosos. Entre las facturas pagadas a las empresas investigadas algunas tienen por detr¨¢s ¡°impreso nada menos que una previsi¨®n de tesorer¨ªa¡± de la propia Emarsa, ha destacado el juez. Otras, de distintos proveedores sospechosos, est¨¢n escritas al principio en letras negras, que cambian a mitad a color verde, naranja o rosa. Como si al taller de fabricaci¨®n de falsas facturas se le hubiera acabado la tinta.