Por un nuevo contrato social europeo
Las pol¨ªticas de austeridad de la UE para salir de esta crisis han fracasado El sindicalismo europeo propone m¨¢s cohesi¨®n y solidaridad, y un ¡°plan de rescate social¡±
La Uni¨®n Europea est¨¢ atravesando la m¨¢s profunda crisis de su historia. Es financiera y econ¨®mica, con graves consecuencias sociales. Pero es tambi¨¦n una crisis pol¨ªtica de la propia UE. La situaci¨®n, de aut¨¦ntica emergencia, se caracteriza por la aparici¨®n de problemas muy serios de financiaci¨®n en varios Estados, que pueden producir una reacci¨®n en cadena y la reca¨ªda en una nueva recesi¨®n generalizada. Hace dos a?os hubiera sido impensable que tantas voces, algunas cualificadas, juzgaran que la ruptura del euro es una posibilidad. Dicha ruptura llevar¨ªa a la completa desnaturalizaci¨®n, si no a la destrucci¨®n, del propio proyecto europeo.
El giro pol¨ªtico radical del Consejo Europeo, el 9 de mayo de 2010, se justific¨® para recobrar la confianza de los mercados financieros y permitir que sus agentes financiaran a los Estados europeos a tasas de inter¨¦s razonables. Desde esa fecha, el Consejo, la Comisi¨®n y el BCE han promovido, o han impuesto, pol¨ªticas de austeridad, basadas en el recorte del gasto p¨²blico, y las llamadas ¡°reformas estructurales¡± que han sido consagradas en el Plan de Gobernanza Econ¨®mica y el Pacto por el Euro Plus. La pr¨®xima Cumbre del Consejo Europeo, del 9 de diciembre, iniciar¨¢ el debate sobre una reforma del Tratado de Lisboa, para hacer de estas pol¨ªticas el n¨²cleo de un modo de gobierno econ¨®mico reforzado de la zona euro.
Pero estas pol¨ªticas han fracasado. En el terreno econ¨®mico, la crisis de las deudas soberanas est¨¢ m¨¢s extendida y es mucho m¨¢s aguda que antes, el crecimiento ha ca¨ªdo bruscamente en casi todos los Estados, y el desempleo ha aumentado all¨¢ donde los recortes presupuestarios han sido m¨¢s fuertes. Las consecuencias sociales de la disminuci¨®n de los salarios y las pensiones y de los recortes en los gastos de protecci¨®n social, educaci¨®n y salud son evidentes: m¨¢s pobreza y desigualdad, aumento de la precariedad, y una fuerte erosi¨®n de la cohesi¨®n social. Al tiempo, se est¨¢ debilitando la solidaridad entre las naciones.
Se promueve, desde las instituciones europeas, una erosi¨®n profunda del modelo social cuyos valores y principios son se?a de identidad y elemento de vertebraci¨®n de la UE. Se est¨¢ quebrando el pacto social que, despu¨¦s de la II Guerra Mundial, permiti¨® construir los Estados de bienestar europeos y el proyecto com¨²n que ha desembocado en la Uni¨®n Europea.
El sindicalismo europeo, agrupado en la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos (CES), ha rechazado con firmeza estas pol¨ªticas y se ha movilizado contra ellas, en el ¨¢mbito europeo y en el de numerosos Estados. Por el momento no ha sido escuchado, a pesar de que los hechos est¨¢n dando la raz¨®n a sus an¨¢lisis y propuestas. Pese al profundo desencanto europeo de muchos trabajadores, seguimos diciendo que no hay otra soluci¨®n que la profundizaci¨®n del proyecto europeo, pero con pol¨ªticas muy distintas a las fracasadas e injustas que los actuales responsables pol¨ªticos europeos nos est¨¢n imponiendo. No es tiempo de Gobiernos de tecn¨®cratas, sino de dar m¨¢s terreno a la democracia social y pol¨ªtica y a la participaci¨®n ciudadana.
?Qu¨¦ proponemos para salir de esta crisis econ¨®mica y pol¨ªtica de la UE?
En primer lugar, acabar con los mecanismos de la especulaci¨®n y asegurar la capacidad financiera de todos los Estados miembros, resolviendo de una vez la crisis de la financiaci¨®n de los Estados. ?C¨®mo es posible que Estados Unidos, con los principales indicadores peores que los del conjunto de la UE, y Jap¨®n, con una deuda p¨²blica del 225% de su PIB, pueda emitir sus bonos a 10 a?os a intereses inferiores al 2% y algunas naciones de la zona euro deban pagarlos al 7%! La respuesta es sencilla: porque no se act¨²a como una verdadera Uni¨®n. El solo anuncio cre¨ªble de una garant¨ªa absoluta de las deudas de los Estados parar¨ªa la especulaci¨®n en los mercados. Los instrumentos de esa garant¨ªa son la emisi¨®n de eurobonos y la conversi¨®n del BCE en garante de ¨²ltimo recurso.
La estabilidad de las finanzas p¨²blicas tambi¨¦n preocupa, y mucho, al sindicalismo europeo. Pero los objetivos de reducci¨®n de los d¨¦ficits y las deudas no se pueden alcanzar hundiendo las econom¨ªas. El reto, posible, es alcanzarlos en plazos realistas al tiempo que se toman medidas, europeas y nacionales, para promover el crecimiento econ¨®mico y la creaci¨®n de empleo. Resulta asombroso que ante el alto riesgo de recaer en la recesi¨®n, los responsables pol¨ªticos europeos sigan sin decir nada sobre crecimiento y empleo y los obvien en sus propuestas sobre reforzamiento de la gobernanza econ¨®mica. La recuperaci¨®n no va a venir de unas reformas estructurales cuyo n¨²cleo duro son los recortes sociales, una concepci¨®n de la competitividad basada en la deflaci¨®n de los costes laborales y el debilitamiento de la capacidad de negociaci¨®n colectiva y la fuerza contractual de los sindicatos.
Bas¨¢ndonos en lo aprobado en el ¨²ltimo Congreso de la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos (Atenas, mayo de 2011) pensamos que hoy, m¨¢s que nunca, es necesaria una nueva pol¨ªtica monetaria, econ¨®mica y social, aplicada por un gobierno econ¨®mico en el marco de una gobernanza econ¨®mica fuerte de la zona euro, coordinada con la que se aplique junto con el reforzamiento de la gobernanza econ¨®mica en la UE 27, pero con contenidos muy diferentes de los que nos proponen los Gobiernos. La pol¨ªtica fiscal, empezando por los impuestos de sociedades y sobre las rentas del capital, debe ser com¨²n, en muchos aspectos, en la zona euro y estar armonizada en el conjunto de la UE. Necesitamos un tratamiento coherente de las dimensiones econ¨®micas, medioambientales y sociales del crecimiento. Junto con la industria, la energ¨ªa y el medio ambiente, el gobierno de la econom¨ªa europea debe dar prioridad a las pol¨ªticas que promueven m¨¢s empleo y de mejor calidad. Esto no es posible con un exiguo presupuesto inferior al que apenas representa el 1% del PIB. Es necesaria una instituci¨®n financiera europea emisora de deuda, y no solo un Banco Central con la ¨²nica funci¨®n de controlar la inflaci¨®n.
El Consejo Europeo del 9 de diciembre deber¨ªa resolver lo inaplazable sobre deuda y crecimiento y establecer orientaciones claras en la perspectiva que proponemos. El movimiento sindical europeo no est¨¢ defendiendo una posici¨®n de parte: creemos que al hablar as¨ª estamos defendiendo los intereses generales y contribuyendo a buscar soluciones a la grav¨ªsima crisis pol¨ªtica de la UE. Los pol¨ªticos europeos deber¨ªan ser conscientes de que no pueden marginar por m¨¢s tiempo las opiniones y propuestas constructivas de quienes representamos el principal factor para la creaci¨®n de la riqueza: el trabajo.
Es necesario establecer un nuevo contrato social y econ¨®mico con la activa participaci¨®n de los interlocutores sociales. Un nuevo contrato social europeo que sustituya al hist¨®rico, cuyos grandes cap¨ªtulos deber¨ªan ser, entre otros: el empleo, los salarios ¡ªrespetando la autonom¨ªa de los interlocutores sociales en la negociaci¨®n colectiva¡ª, las pensiones, la protecci¨®n por desempleo, la educaci¨®n y la salud.
El pacto fiscal, las pol¨ªticas redistributivas de la riqueza y el derecho laboral y la negociaci¨®n colectiva han sido los cimientos del m¨¢s prolongado periodo de prosperidad y democracia en Europa. Fueron como el cemento que fragu¨® unas relaciones de trabajo modernas con una gran implicaci¨®n de los trabajadores a trav¨¦s de sus organizaciones, en la vida de las empresas. Solo apoy¨¢ndonos en estos valores y principios democr¨¢ticos, que han definido el modelo social europeo, podremos salir antes y de manera m¨¢s justa de la crisis, y garantizar la supervivencia, hoy gravemente amenazada, de la propia Uni¨®n Europea.
Exigimos que una futura revisi¨®n de los tratados se haga integrando una dimensi¨®n social de igual valor, y que se establezca una convenci¨®n que prepare dicha modificaci¨®n. Necesitamos una cl¨¢usula general de progreso social que promueva un ¡°paquete plan de rescate social¡±, y vuelva a colocar a Europa en la v¨ªa del progreso social. Los derechos sociales fundamentales, en particular el que concierne a la negociaci¨®n colectiva, deben ser respetados y fomentados en todas las medidas anticrisis. Frente a quienes quieren reformar los tratados solo para reforzar el Pacto de Estabilidad, pensamos que la modificaci¨®n de los tratados, incluso limitada, no puede tener como ¨²nicos objetivos ejercer una presi¨®n constante sobre los presupuestos nacionales y reforzar la austeridad.
El progreso de la Uni¨®n Europea tiene que basarse en la cohesi¨®n social y la solidaridad en el interior de sus Estados y en la solidaridad y la cohesi¨®n pol¨ªtica entre ellos. Para lograrlo, en estos momentos tan dif¨ªciles, hay que actuar en el ¨¢mbito com¨²n europeo y, tambi¨¦n, reforzar el di¨¢logo social, Por eso, realizamos estas propuestas, exigiendo que no se margine a los trabajadores en las soluciones y manifestando la voluntad de movilizarnos en el ¨¢mbito europeo para conseguirlo.
Firman este art¨ªculo: Ignacio Fern¨¢ndez Toxo, secretario general de CC OO; C¨¢ndido M¨¦ndez, secretario general de la UGT; Michael Sommer, presidente de la DGB (Alemania); Susanna Camusso, secretaria general de la CGIL (Italia); Bernard Thibault, secretario general de la CGT (Francia); Fran?ois Cher¨¨que, secretario general de la CFDT (Francia); Anne Demelenne, secretaria general de la FGTB (B¨¦lgica), y Claude Rolin, secretario general de la CSC (B¨¦lgica).
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