Aprobado general
El examen que no se pas¨® cuando el euro naci¨® como moneda com¨²n se tiene que pasar ahora
Todo aprobado general es un fracaso. Implica la negaci¨®n en la pr¨¢ctica de las reglas con base en las cuales se tienen que juzgar las conductas de los que han de pasar el examen y, en consecuencia, la no evaluaci¨®n de dichas conductas con base en el principio de m¨¦rito y capacidad, que es la ¨²nica manera a trav¨¦s de la cual puede imponerse de manera real y efectiva un principio de igualdad que merezca tal nombre. El aprobado general produce una equiparaci¨®n sin verificaci¨®n de que aquellos a quienes se equipara merecen realmente ser equiparados. En el momento de la equiparaci¨®n todo el mundo queda satisfecho. Pero, como dec¨ªa el viejo Engels en el Anti-D¨¹hring, las cosas que se tiran por la puerta vuelven a entrar por la ventana.
Lo estamos comprobando desde hace tres a?os aproximadamente en los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea que comparten el euro como moneda. Cuando se decidi¨® que se pondr¨ªa en circulaci¨®n una moneda com¨²n en el seno de la Uni¨®n Europea en la ¨²ltima d¨¦cada del siglo pasado, se fijaron unas condiciones estrictas para los pa¨ªses que desearan incorporarse a la misma. Sin embargo, en el momento de tomar la decisi¨®n sobre qu¨¦ pa¨ªses realmente compartir¨ªan el euro como moneda, se opt¨® por un aprobado general, permitiendo que se hiciera uso de lo que entonces se denomin¨® ¡°contabilidad creativa¡±.
A diferencia de lo que ocurri¨® con la crisis econ¨®mica que se desat¨® en 2008, que nadie previ¨® y menos con la intensidad que est¨¢ teniendo, las debilidades estructurales con base en las cuales se hab¨ªa puesto en circulaci¨®n el euro como moneda s¨ª fueron denunciadas en m¨²ltiples ocasiones tanto dentro de la zona euro como fuera de la misma. Est¨¢bamos avisados de que hab¨ªa desequilibrios entre los pa¨ªses que compart¨ªan el euro, que no solo no iban a ser corregidos, sino que posiblemente pod¨ªan ser potenciados como consecuencia de que esos pa¨ªses entre los que hab¨ªa tales desequilibrios compart¨ªan la misma moneda.
Durante la primera d¨¦cada de circulaci¨®n del euro nadie prest¨® atenci¨®n a estas advertencias y hemos seguido actuando dando por bueno el aprobado general con base en el cual se hizo posible la g¨¦nesis de la moneda com¨²n. La asignatura del euro estaba aprobada. Figuraba como tal en la certificaci¨®n acad¨¦mica de cada pa¨ªs y, en consecuencia, ya no hab¨ªa que volver a examinarse. Todos, desde los alemanes hasta los griegos, hemos aceptado la enga?ifa del aprobado general.
Y ahora estamos pagando las consecuencias, por un lado, y tenemos, por otro, que ver c¨®mo encontramos una salida del callej¨®n en que nos encontramos, debiendo aceptar como premisa para esa operaci¨®n de salida que no se puede volver a repetir el aprobado general. Entre otras cosas, porque el margen para el error, como estamos comprobando, se agot¨® con la puesta en circulaci¨®n del euro de la forma en que se hizo. Estamos al borde del estallido de la Uni¨®n Europea. De ah¨ª que la resistencia alemana a los eurobonos y a la mutualizaci¨®n de la deuda tenga una base s¨®lida. Cada palo tiene que aguantar su vela. El examen que no se pas¨® en el momento en que el euro se puso en circulaci¨®n como moneda com¨²n, se tiene que pasar ahora como presupuesto para la supervivencia de dicha moneda com¨²n. Y este tiene que ser un examen de verdad.
Y como en todos los ex¨¢menes de verdad, el aprobado no es f¨¢cil. Cuando el examen se tiene que aprobar con m¨¢s a?os y tras un prolongado periodo de indolencia, lo es todav¨ªa menos. Pero en esas estamos y de nada vale lamentarnos tanto por lo que deber¨ªamos no haber hecho pero hemos hecho, como por lo que deber¨ªamos haber hecho pero no hemos hecho. Las circunstancias son las que son y no est¨¢ en nuestras manos cambiarlas.
La operaci¨®n est¨¢ teniendo costes tanto para la Uni¨®n Europea como para cada uno de los pa¨ªses miembros. Si hasta el momento el proceso de integraci¨®n siempre hab¨ªa ido a m¨¢s, ya no va a ser as¨ª. Al menos en el futuro inmediato. El Reino Unido con seguridad va a quedar fuera de la reforma de los tratados por voluntad propia. Puede no ser el ¨²nico miembro de la Uni¨®n que tome esa decisi¨®n. Qu¨¦ puede comportar esta fractura en el futuro y si tendr¨¢ car¨¢cter definitivo o no, no es posible saberlo en este momento. Pero rompe por primera vez una trayectoria de integraci¨®n.
Para cada uno de los pa¨ªses que participen en la reforma de los tratados el salto en la transferencia de soberan¨ªa va a ser considerable. Nada va a ser igual despu¨¦s de la reforma de los tratados. Ni siquiera en el proceso de reforma que ya est¨¢ en marcha, en el que habr¨¢ que acreditar que se ha estudiado lo suficiente como para merecer el aprobado.
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