La limosnilla
No parece que Cayetano de Alba haya le¨ªdo la historia de Delibes sobre se?oritos y humillados
Cayetano de Alba le dijo a Jordi ?vole que no hab¨ªa visto Los santos inocentes. Lo dijo de una manera que parec¨ªa que la hab¨ªa visto, pero no quer¨ªa hablar de un argumento que le incomodaba. Hablaban de la pel¨ªcula. No parece que Cayetano hubiera le¨ªdo la historia que Delibes concibi¨® sobre se?oritos y humillados. Hay literatos que desprecian el realismo, pero qu¨¦ ser¨ªa de nosotros si el hombre observador y discreto que fue don Miguel no nos hubiera contado que la esclavitud en el campo castellano lleg¨® hasta los setenta.
Tambi¨¦n el tierno ?vole trat¨® de averiguar si cabe la posibilidad de que un arist¨®crata con tan apabullante n¨²mero de hect¨¢reas se plantee en alguna noche de insomnio de qu¨¦ manera sus antepasados se hicieron con ellas y si es l¨®gico heredar semejante patrimonio sin hacer ni el huevo. Para el jinete, que result¨® ser m¨¢s c¨®mico de lo que ¨¦l mismo se propon¨ªa, aquella era una pregunta retorcida. ?l se present¨® como un hombre sencillo: ¡°?Qu¨¦ somos nosotros ¡ªle dijo al periodista¡ª sino dos gotas en la catarata del universo?¡±. Hay frases que una presiente que no olvidar¨¢ jam¨¢s.
Hablaban del PER, a ra¨ªz de las clasistas declaraciones de Duran i Lleida. S¨ª, aquellas en las que afirmaba que los campesinos catalanes hab¨ªan de tirar el fruto mientras los del sur se pasaban el d¨ªa acodados a la barra de un bar. Cuando ?vole preguntaba a los jornaleros sobre el asunto se percib¨ªa en sus contestaciones y en la manera de expresarse que el campo andaluz a¨²n no se ha librado de su esencia de pobreza y postergaci¨®n. Un representante del sindicato de obreros del campo propon¨ªa (?Dios m¨ªo!) la colectivizaci¨®n y el noble Cayetano conclu¨ªa (?Dios m¨ªo!) que los campesinos andaluces no tienen empuje.
Pobre Andaluc¨ªa, v¨ªctima de una limosnilla que nada arregla. De sus se?oritos. Y de la escasa inteligencia de sus ¨¦lites.
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