Expulsado a un pa¨ªs que nunca pis¨®
David Mifumu, hijo de ecuatoguineana y nacido en Espa?a, se enfrenta a una deportaci¨®n a Guinea Ingres¨® en un centro de menores con nueve meses
David Mifumu tiene sonrisa picarona y don de gentes, saluda y habla hasta con el apuntador. Naci¨® hace 28 a?os en Las Palmas de Gran Canaria y en su partida de nacimiento dice que su madre es ecuatoguineana, y lo poco que sabe David de ella la relaciona con el dictador Francisco Mac¨ªas. La parte del padre aparece en blanco. Despu¨¦s de dos sanciones, con ocho meses en prisi¨®n incluido, por menudear con hach¨ªs, ahora se enfrenta a una orden de expulsi¨®n a un pa¨ªs que nunca ha pisado y en el que no conoce a nadie: Guinea Ecuatorial.
La vida de Mifumu es de pel¨ªcula. Con solo nueve meses, los Servicios Sociales de Las Palmas de Gran Canaria retiraron a su madre la custodia de ¨¦l y de un hermano gemelo y les ingresaron en un centro de menores de Gran Canaria. Vivi¨® en este tipo de residencias hasta los 18 a?os. Su madre iba a buscar a los ni?os alg¨²n fin de semana, a veces, con su padre, hasta que cumplieron cinco a?os. David cree recordar que su progenitor era canario. Y lograr demostrarlo ser¨ªa su salvaci¨®n.
Al cumplir la mayor¨ªa de edad, abandon¨® el centro. Sab¨ªa poco de su procedencia y de su familia. Que su madre llevaba ¡°mala vida¡±, seg¨²n dice, que su hermano gemelo sali¨® del centro de acogida y tambi¨¦n que ten¨ªa una hermana de nacionalidad espa?ola. Pas¨® la mayor parte de la adolescencia en un centro del municipio de Santa Br¨ªgida, Gran Canaria. All¨ª ech¨® ra¨ªces e hizo amigos. Cuando cumpli¨® 18 a?os, comenz¨® a vivir en el parque municipal. Le cedieron una caseta de campa?a y con ella se traslad¨® a un barranco cercano. Finalmente, avisado por varios vecinos, ocup¨® una vivienda vac¨ªa y se instal¨® en ella. Es su residencia habitual desde entonces, aunque no figura en ninguna parte.
Trabaj¨® en la construcci¨®n y cotiz¨® a la Seguridad Social durante ocho meses. Pero comenz¨® a menudear con hach¨ªs. Con 24 a?os, la Guardia Civil le caz¨® con 18 gramos y 400 euros y casi entra en prisi¨®n, pero se libr¨®: no ten¨ªa antecedentes. Poco despu¨¦s lo volvieron a cazar. Un gramo y cinco euros en efectivo, seg¨²n la denuncia. Cumpli¨® una condena de ocho meses y en ese tiempo estuvo en tres prisiones: Las Palmas de Gran Canaria, Le¨®n y Zaragoza.
Cuando estaba en la de Zaragoza, en una inspecci¨®n rutinaria le abrieron una orden de expulsi¨®n del pa¨ªs por estar indocumentado y por dos delitos contra la salud p¨²blica. ¡°?Expulsi¨®n a qu¨¦ pa¨ªs?¡±, pregunt¨® ¨¦l. Nunca hab¨ªa salido de Canarias, hasta que le mudaron de c¨¢rcel. Cumplido su tiempo en prisi¨®n, ha llegado a Canarias con la orden de expulsi¨®n bajo el brazo.
David se puso en contacto con la abogada de oficio que le fue asignada y esta le dijo que le hab¨ªan asignado un nuevo letrado, Germ¨¢n Gorgees, que recurri¨® su expulsi¨®n y pidi¨® medidas cautelares, entre las que se encontraba la paralizaci¨®n de la ejecuci¨®n de expulsi¨®n hasta resolver el recurso. El juez accedi¨®.
Gorgees basa su defensa en un error administrativo. Seg¨²n las pruebas mostradas en el juicio celebrado el pasado 21 de diciembre en Zaragoza, no se le notific¨® a la abogada de oficio la citaci¨®n judicial y la Polic¨ªa Nacional indica haberla enviado a Mifumu sin haberlo localizado, de lo que dej¨® constancia en Correos. Adem¨¢s, Gorgees ha identificado un baile de fechas en la tramitaci¨®n de la expulsi¨®n, que cree irregular. Lo us¨® en el juicio sobre el aplazamiento de la expulsi¨®n.
En el expediente de David consta como ¡°no localizado¡± el pasado 4 de febrero, por lo que se pidi¨® su detenci¨®n y expulsi¨®n inmediata del pa¨ªs, explica Gorgees. Pero hay irregularidades, a?ade. La carta en la que se le notificaba la sanci¨®n de expulsi¨®n, seg¨²n reza su matasellos, es de solo cuatro d¨ªas despu¨¦s de la orden dada. Es m¨¢s, lleg¨® a Canarias, seg¨²n el registro, el d¨ªa 10 de febrero y un d¨ªa antes ya estaba publicada en el Bolet¨ªn Oficial de Arag¨®n la orden de expulsi¨®n de Espa?a, sin que Mifumu pudiera recurrirla.
La sentencia tardar¨¢ unas semanas en salir. Mientras espera, el joven se pregunta si ¡°haber nacido en Espa?a hace 28 a?os no cuenta para nada¡±. Su objetivo es saber qui¨¦n es o era su padre. Su abogado quiere localizar a su madre. Vive en una residencia de mayores de Lanzarote. Es su esperanza.
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