Servidumbres ling¨¹¨ªsticas
En la modern¨ªsima ¨¦poca del euro, las servidumbres de los responsables de las finanzas p¨²blicas se mantienen en el fondo: hay que defender siempre la solvencia del Estado y del pa¨ªs
En la ¨¦poca remota de la peseta se dec¨ªa que el puesto de ministro de Econom¨ªa implicaba algunas duras servidumbres ling¨¹¨ªsticas, muy especialmente el deber de negar hasta el ¨²ltimo momento que el Gobierno pensara devaluar la peseta, lo que en no pocas ocasiones supon¨ªa mentir a la opini¨®n p¨²blica y a los inversores el d¨ªa previo a la devaluaci¨®n. En la modern¨ªsima ¨¦poca del euro, estas servidumbres de los responsables de las finanzas p¨²blicas se mantienen en el fondo ¡ªhay que defender siempre la solvencia del Estado y del pa¨ªs¡ª, pero han girado en cuanto al contenido concreto y en cuanto a los destinatarios. Estos ¨²ltimos son los mercados y lo que le corresponde defender a un ministro de Econom¨ªa (si es posible en ingl¨¦s) es que se va a cumplir el objetivo de d¨¦ficit p¨²blico hasta el d¨ªa previo al de un Consejo de Ministros en el que se adopten duras medidas para atajar las desviaciones sobre unas previsiones que se hab¨ªan mostrado un tanto exageradas.
Nuestro flamante y brillante ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos, no ha tenido que realizar esa amarga representaci¨®n porque, como todo el mundo sabe, a ¨¦l solo le ha correspondido dar fe de que el d¨¦ficit real del Estado en 2011 fue del 8% del PIB, mientras que fue la anterior ministra, Elena Salgado, la que tuvo que repetir hasta el ¨²ltimo momento que el d¨¦ficit estatal ser¨ªa del 6%.
Pero como hay que apaciguar una y otra vez a los mercados, el ministro Guindos ha hecho unas declaraciones al Financial Times en las que explica c¨®mo va a lograr que las comunidades aut¨®nomas recorten su d¨¦ficit, algo sin duda verdaderamente necesario si queremos que el Estado cumpla con su compromiso europeo. Como se trata de una entrevista a un diario financiero ingl¨¦s ¡ªo mejor, global¡ª que l¨®gicamente no est¨¢ por las sutilezas jur¨ªdicas, el ministro ha hecho unas declaraciones que todo el mundo entiende y que, traducidas al rom¨¢n paladino, suponen que los Presupuestos auton¨®micos necesitar¨¢n antes de aprobarse la ¡°luz verde del Gobierno central¡±. Es decir, que ¨¦l se encargar¨¢ de evitar las fantas¨ªas contables de algunas autonom¨ªas. Un mensaje muy tranquilizador para los mercados y para las agencias de calificaci¨®n: una persona seria y preparada toma el mando.
Sin tener en cuenta alguna imprecisi¨®n jur¨ªdica menor (el Gobierno no aprueba leyes, sino proyectos de ley), lo cierto es que esa afirmaci¨®n tomada al pie de la letra parece imposible de encajar en el entramado legal del Estado auton¨®mico, donde no se puede suprimir de un plumazo la autonom¨ªa presupuestar¨ªa de las comunidades, como r¨¢pidamente ha se?alado el portavoz de la Generalitat. Es verdad que el Estado tiene la competencia para las bases y la coordinaci¨®n de la planificaci¨®n de la econom¨ªa (149.1.13 CE) y tambi¨¦n es verdad que el Tribunal Constitucional ha considerado que el Estado puede poner l¨ªmites presupuestarios a las comunidades (STC 134/2011, de 20 de julio). Pero el Estado no es el Gobierno, como precisamente se?ala una y otra vez esta STC 134/2011, en donde se reconocen las competencias de control que la Ley de Estabilidad Presupuestaria atribuye al Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera, un ¨®rgano estatal con representaci¨®n de las comunidades. Algo muy distinto al Gobierno. Y como estoy seguro de que el Gobierno no va a aprobar ninguna norma inconstitucional, tengo para m¨ª que el ministro de Econom¨ªa ya ha realizado su primer servicio ling¨¹¨ªstico a la solvencia de Espa?a, servidumbres del cargo.
Agust¨ªn Ruiz Robledo es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional en la Universidad de Granada.
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