Caras nuevas para vender a un candidato conocido

Alfredo P¨¦rez Rubalcaba ha elegido como imagen y portavoces a dos j¨®venes diputados, sin pasado. Con Mar¨ªa Gonz¨¢lez Veracruz (diputada por Murcia, miembro de le Ejecutiva y responsable de las redes sociales en el partido) y Juan Moscoso (diputado por Navarra, experto en cooperaci¨®n y pol¨ªtica internacional) busca dar imagen de renovaci¨®n y evitar que se les tache de candidatura de continuismo. Tambi¨¦n distanciarse en lo posible de la derrota electoral. Se incorpora tambi¨¦n al escaparate de la candidatura Pedro S¨¢nchez, exdiputado por Madrid y autor de algunos de los manifiestos y documentos hechos p¨²blicos estos d¨ªas.

Ese intento por ofrecer una imagen de renovaci¨®n y modernidad ha sido patente, incluso, en la indumentaria y la imagen de Rubalcaba, que tras negarse en la campa?a de las generales a apearse de su traje y corbata oscura, se present¨® en Valladolid con chaqueta clara de la que se despoj¨® cuando iba a empezar su intervenci¨®n.

Entre bambalinas, con un paso atr¨¢s, sigue estando Elena Valenciano, incondicional y mano derecha de Rubalcaba y responsable de su campa?a electoral para el 20-N; Antonio Hernando, miembro destacado del aparato de Ferraz y otros colaboradores habituales desde hace a?os como Enrique Guerrero. Este ¨²ltimo, ahora eurodiputado, es un habitual en la redacci¨®n de ponencias de los congresos del PSOE, fue secretario de Estado de Relaciones con las Cortes en la ¨¦poca de Felipe Gonz¨¢lez, y con alguna interrupci¨®n ha trabajado con todos los l¨ªderes del partido.

Junto a Rubalcaba est¨¢ Goyo Mart¨ªnez, que fue su jefe de gabinete en el Ministerio del Interior, pero m¨¢s en calidad de contratado por Ferraz. Y miembros del aparato que ya participaron en el equipo de campa?a, como ?ngeles ?lvarez. Soraya Rodr¨ªguez, diputada por Valladolid y exsecretaria de Estado de Cooperaci¨®n es otro de los miembros activos del equipo de campa?a del responsable del Grupo Parlamentario Socialista.

En el cap¨ªtulo de apoyos, han sido varias las federaciones y organizaciones provinciales que expresamente le han dado el suyo, por ejemplo, Asturias y Valladolid, en forma de manifiestos de militantes. Tambi¨¦n fue visible el respaldo de los ex secretarios de Estado de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero que firmaron el manifiesto Yo estuve all¨ª, precisamente parta hacer frente al documento de los partidarios de Chac¨®n que cuestionaban la gesti¨®n de los ¨²ltimos Gobiernos del PSOE.

De los nombres que le han apoyado hasta ahora de forma p¨²blica, el principal es el del lehendakari Patxi L¨®pez, que arrastra a todo el PSE. La sinton¨ªa entre ambos es conocida y tambi¨¦n con Txiki Benegas, a quien recuper¨® como asesor antes de las generales.

En su web (www.rubalcaba38.es) figuran apoyos individuales de Micaela Navarro (consejera de la Junta de Andaluc¨ªa), Trinidad Jim¨¦nez, Diego L¨®pez Garrido y Jaime Lissavetzky. Jim¨¦nez es pr¨¢cticamente la ¨²nica del equipo de Nueva V¨ªa que aup¨® y acompa?¨® a Zapatero en 2000 y que ahora respalda en primera fila al exvicepresidente y exministro.

En el equipo de Rubalcaba se concede especial importancia al manifiesto hecho p¨²blico el viernes por una treintena de feministas en su apoyo, precisamente para hacer frente a la imagen de enfrentamiento entre una mujer y un hombre.

A la espera de que el partido les ceda un local para hacer la campa?a, utilizan el despacho de Rubalcaba en Ferraz y los de Moscoso y Valenciano en el Congreso de los Diputados.

Esperan tambi¨¦n tener medios econ¨®micos para hacer la campa?a, porque hasta el momento han tenido que ir improvisando. As¨ª, los pocos gastos que se generaron, el acto en la sede de UGT que sirvi¨® de presentaci¨®n de la candidatura, fue pagado a escote entre los miembros del equipo, sin que ninguno haya podido precisar a cu¨¢nto tocaron cada uno de ellos.

Otros ejemplos: el acto en Asturias lo pag¨® la federaci¨®n del PSOE que se ha decantado claramente por P¨¦rez Rubalcaba y el de Valladolid los militantes, que promovieron el manifiesto de apoyo que se present¨® el s¨¢bado.