Chac¨®n & compa?¨ªa
El influyente entorno de la exministra levanta profundas suspicacias en un sector del partido
En las primarias del PSOE, el elector puede mirar a la cara al candidato, prometerle el voto y traicionarle con una sonrisa. Son comicios que se van a solventar en un acto secreto protagonizado por 956 delegados en medio de un ambiente confuso y enrarecido: la militancia socialista todav¨ªa no ha acabado de recoger los escombros de los desastres del a?o 2011. En esas circunstancias, cualquier c¨¢lculo es muy arriesgado. Los dos ¨²nicos antecedentes (Borrell y Zapatero) hablan de triunfos del aspirante. Esa condici¨®n la ostenta Carme Chac¨®n, la primera mujer que aspira al m¨¢ximo cargo en el socialismo espa?ol. Una candidata tenaz que ha hecho un recorrido pol¨ªtico a la carta desde que tuviera acceso a las inmediaciones de La Moncloa. ?Tiene adem¨¢s liderazgo? Ese es su reto. En medio de una campa?a eficaz, rodeada de esl¨®ganes, Chac¨®n vende renovaci¨®n a pesar de estar rodeada de casi todo el equipo original de Zapatero. Y ese entorno despierta mucho rechazo en zonas influyentes del partido. Ferraz ha vuelto al escenario b¨¦lico.
Altos cargos del partido se refieren a gente como Javier de Paz y Miguel Barroso con el apelativo de ¡°PSOE SA¡±
Esta vez no es una reedici¨®n de las disputas entre familias socialistas. Ya no hay corrientes, se han ido extinguiendo, adormecido el partido por el dominio absoluto que lleg¨® a ejercer Zapatero. La prueba fue el 15-M: una protesta como esa, protagonizada por j¨®venes con aspecto contestatario, divulgada en redes sociales, sorprendi¨® a los socialistas en la mesa camilla delante del televisor. Ahora solo queda un c¨²mulo de dirigentes locales, provinciales y regionales descolocados, generalmente mal avenidos, posiblemente enfadados con el aparato. Y tienen que elegir entre un Rubalcaba ya conocido y Chac¨®n, que en el fondo vende m¨¢s de lo mismo: o sea, m¨¢s Zapatero. No parecen dos opciones muy estimulantes para levantar el ¨¢nimo de un electorado. Sin embargo, bajo ese aspecto de duelo descafeinado, entre frases respetuosas y mensajes de unidad, se oculta una disputa virulenta pero tambi¨¦n peligrosa. Una pugna en la que algunos analistas contemplan el riesgo de que el partido se deslice hacia la irrelevancia.
No es una cuesti¨®n puramente ideol¨®gica. Hay una parte del partido que desconf¨ªa del entorno de Carme Chac¨®n, de quienes se est¨¢n incorporando a su campa?a de forma m¨¢s o menos soterrada, todos ellos procedentes de las filas de Zapatero. Y de quienes est¨¢n en la cocina de la candidatura desde hace mucho tiempo. Gente todav¨ªa con mucho peso en el partido manifiesta lo siguiente en conversaciones privadas: ¡°Rubalcaba se presenta para evitar que el partido caiga en manos de un conglomerado de intereses variados que son los que han hecho perder m¨²sculo al partido¡±. Y sigue: ¡°El tema preocupa y mucho. Es de hecho el tema sobre el que pivota este congreso. Ya hemos visto qu¨¦ resultado ha dado en el PSOE la influencia de determinados personajes. No podemos dejar el partido en manos de quienes han provocado una p¨¦rdida de fuerza como no hab¨ªamos visto y nos han llevado al desastre¡±.
Estos altos cargos del partido se refieren fundamentalmente al c¨ªrculo de amistades de Zapatero, a gente como Javier de Paz y Miguel Barroso, un d¨²o conocido en ciertos c¨ªrculos del PSOE como ¡°PSOE SA¡± y que ha tendido una red de influencias e intereses. Se trata de profesionales que, seg¨²n miembros del anterior Gobierno, ha estado actuando para Moncloa ininterrumpidamente, asesorando a Zapatero por encima de sus ministros y fuera incluso del n¨²cleo duro que, en un momento dado, llegaron a formar Zapatero, Rubalcaba y Blanco. Ellos y sus c¨ªrculos han tomado posici¨®n en torno a Chac¨®n. Y, como afirma un miembro de la actual ejecutiva, ¡°se trata de gente del exterior, que viene de fuera, que no pertenece al partido o estuvo en tiempo y lo dej¨®, y que tiene ahora unos intereses que no conocemos¡±.
Todo ha estado preparado. Mucha gente de Moncloa se ha pasado a la candidatura de Chac¨®n
A esta influencia del exterior se une la concentraci¨®n cada vez m¨¢s intensa alrededor de Chac¨®n de quienes se han mantenido fieles al presidente. La candidatura de Chac¨®n se convierte, en una parte, en la reserva espiritual del zapaterismo. Porque hay que tener en cuenta que pugnan por la elecci¨®n dos candidatos bien diferenciados en cierto aspecto: de uno se sabe pr¨¢cticamente todo porque lo ha sido casi todo, as¨ª que es el otro, Chac¨®n y su red de apoyo, hasta ahora poco conocida, quien centra las miradas de un importante sector del partido. Y ah¨ª est¨¢ la incertidumbre.
Porque las consecuencias de lo sucedido en la primavera pasada siguen vigentes. La violencia interna no ha desaparecido. Entre las municipales y las generales hubo movimiento de sables en el PSOE. No hab¨ªa ocurrido nunca: la cabeza del presidente estuvo a punto de rodar por Moncloa debido a un golpe propinado en Ferraz. Eso signific¨® la propuesta de un Congreso extraordinario auspiciada por Patxi L¨®pez, el l¨ªder de los socialistas vascos. Todo qued¨® en un cierre de filas en torno a Rubalcaba como candidato y una renuncia expresa de Chac¨®n con l¨¢grimas en los ojos ante las c¨¢maras de televisi¨®n. Ese intento de golpe fue un anticipo de lo que se cuece en el PSOE estos d¨ªas.
Y entre tanto, Zapatero disfruta de una c¨®moda posici¨®n: aparenta neutralidad y parece a salvo de las cr¨ªticas a su gesti¨®n.
Es en este escenario como Carme Chac¨®n llega al punto de inflexi¨®n de su carrera, aquel a partir del cual o alcanzas el liderazgo o empiezas a no ser nadie en el partido y te terminan buscando una plaza en Europa. El camino entre su militancia en las Juventudes Socialistas a los 16 a?os y su candidatura a la secretar¨ªa general del PSOE re¨²ne todas las condiciones de un trayecto ordenado y bien dirigido: militante, candidata, diputada, concejala, miembro del comit¨¦ federal, vicepresidenta del Congreso y ministra durante casi cuatro a?os.
Es en el a?o 2000 donde el destino hace su jugada: Chac¨®n apuesta por la candidatura de Zapatero al congreso del partido. A partir de ah¨ª, una naciente carrera de diputada se une a un caballo ganador. Y el azar hace de las suyas: Chac¨®n entra en el ¨¢rea de trabajo de Rubalcaba, en Educaci¨®n, con quien colabora muy estrechamente, y quien ejerce cierto padrinazgo. Chac¨®n se perfila como una dura opositora contra la ministra Pilar del Castillo. ¡°Hace algo que no es frecuente: presenta una enmienda a la totalidad con un texto alternativo supervisado por ella¡±. Chac¨®n gana enteros pero no es m¨¢s que una diputada prometedora. Rubalcaba se dedica los ¨²ltimos meses de la legislatura a trabajar con Zapatero en la campa?a electoral del 2004. All¨ª colaborar¨¢ con un viejo conocido, Miguel Barroso, con quien ya trabaj¨® en el Ministerio de Educaci¨®n con Maravall. Dos expertos en comunicaci¨®n pol¨ªtica que terminan entrando en el n¨²cleo duro de La Moncloa a partir de la victoria del 14 de marzo. Ambos terminar¨¢n chocando frontalmente. Tanto es as¨ª que hay reuniones que dejan de celebrarse en Moncloa porque resultan incompatibles. Entonces, el destino hace una nueva pirueta: Carme Chac¨®n se convierte en la esposa de Miguel Barroso.
Nace un tri¨¢ngulo, Rubalcaba-Chac¨®n-Barroso, a partir del cual se van a explicar muchas cosas en el PSOE. Hechos que han sucedido y hechos por suceder.
El tiempo empieza a correr muy deprisa para Carme Chac¨®n. Arranca la legislatura como vicepresidenta del Congreso al lado de Manuel Mar¨ªn. Gana prestigio como una diputada concienzuda, aunque otros la tachan de dogm¨¢tica, pero tambi¨¦n como una persona cercana y abierta a la negociaci¨®n. ¡°Era una de las que engrasaban las relaciones entre el PSOE y el PSC¡±. Estrena su cargo como ministra de Vivienda. Se casa. Se convierte en la primera mujer que dirige el Ministerio de Defensa. Tiene un hijo.
Javier de Paz fue el contacto de Zapatero con la ¨¦lite empresarial, su hombre para ocasiones especiales
Sobre m¨ª se ha creado una leyenda que sobrepasa todas las cosas, se defiende el aludido
Su llegada a Defensa es un salto cualitativo. Miguel Barroso lleg¨® a comentar que ¡°Zapatero era una persona que ve¨ªa la pol¨ªtica en im¨¢genes¡±. La foto de una mujer embarazada al frente de los militares era perfecta. A partir de ese momento, la carrera de Chac¨®n parece lanzada: pertenece al n¨²cleo duro de la Moncloa y se la empieza a se?alar como ¡°la sucesora¡±. Los propios asesores de la Embajada norteamericana lo dejan claro en sus cables, que luego destapar¨ªa Wikileaks: ¡°Chac¨®n es joven, inexperta en temas de Defensa, pero ser¨ªa un grave error minusvalorarla¡±, dicen en una primera toma. ¡°Se rumorea¡±, agregaba el documento, ¡°que Zapatero se plantea no ser candidato en 2012 y que pretende que Chac¨®n sea su sucesora. Sea cierto o no, Chac¨®n es una pieza poderosa¡±. Un informe confidencial del 25 de septiembre de 2008 dice lo siguiente: ¡°La ministra nos ha impresionado en sus primeros meses al frente de Defensa como una persona seria que quiere trabajar con EE UU. Las dudas sobre ella aireadas por algunos de nuestros contactos militares (demasiado joven, demasiado inexperta) han desaparecido. Chac¨®n y su marido, un ex director de comunicaci¨®n de Zapatero [Miguel Barroso, ex secretario de Estado de Comunicaci¨®n], son personas muy pr¨®ximas a Zapatero¡±. Los norteamericanos dicen lo que todo el mundo sabe dentro del partido: el tique candidata Chac¨®n-asesor Barroso es el futuro dise?ado por Zapatero, como en su d¨ªa Aznar quiso guiar el de Mariano Rajoy. La ¨²nica diferencia es que Rajoy iba solo. Sin familia. Y Chac¨®n, no.
Chac¨®n contaba con un experto en casa: su marido, Miguel Barroso, un asesor presidencial por otra parte. ?Se puede diferenciar entre lo p¨²blico y lo privado en un caso as¨ª? Barroso pareci¨® resolver sus dudas muy r¨¢pido: nunca ha dejado de interferir en la actividad de su esposa.
Barroso hab¨ªa dejado la Secretar¨ªa de Estado de Comunicaci¨®n en septiembre de 2005 tras haber cerrado las l¨ªneas maestras de su gran obra: la reordenaci¨®n del sector audiovisual, el apag¨®n anal¨®gico y el reparto de nuevas licencias de televisi¨®n digital (TDT). Antiguos socios y colaboradores suyos se contaban entre los beneficiarios de las nuevas emisoras, sobre todo por lo que respecta a La Sexta y a la productora Mediapro. Barroso hab¨ªa establecido su cuartel general en la Casa de Am¨¦rica, donde ejerci¨® la direcci¨®n de dicha instituci¨®n, pero lejos de mantenerse en un plano alejado respecto de la carrera pol¨ªtica de su esposa, se convirti¨® en una figura que sobrevolaba por entre los gabinetes de Chac¨®n.
No podemos dejar el partido en manos de quienes han provocado una p¨¦rdida de fuerza como no hab¨ªamos visto
La candidatura de Chac¨®n se convierte, en una parte, en la
reserva espiritual del zapaterismo
Chac¨®n no tuvo tiempo de hacer grandes cosas en Vivienda. Su paso fue ef¨ªmero: ¡°Vivienda era un ministerio artificial, sin competencias reales, casi hecho por capricho¡±, cuenta un ex alto cargo. ¡°Cuando llega Chac¨®n, se trat¨® de buscar algo diferencial, un alquiler para j¨®venes, y nos pusimos a trabajar. En la parte jur¨ªdica nos ayud¨® Francisco Caama?o, para evitar que se invadiera competencias con las Comunidades Aut¨®nomas, que estaba por entonces en Presidencia, en Relaciones con las Cortes. Estaba descartado hacer una ley y hab¨ªa que ir por la f¨®rmula del real decreto. Nos pusimos a trabajar con mucha velocidad... Apareci¨® una vez por ah¨ª Barroso. Yo le conoc¨ªa: era un tipo r¨¢pido, que se mov¨ªa por esl¨®ganes y ten¨ªa una relaci¨®n muy directa con ZP y escasa con Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega. Al principio, no le di importancia: dec¨ªa que ven¨ªa a recoger a Carme. Pero s¨ª me extra?¨® que viniera una segunda vez, para tratar este asunto con el equipo directivo. A la segunda ya no pareci¨® accidental. Ya no hubo m¨¢s reuniones de esas en el ministerio, porque notaron la incomodidad de algunos de los participantes. Pero s¨ª las hubo en la Casa de Am¨¦rica. A la vuelta me lo contaron. Siempre hay un agente doble en todo esto¡±.
Por cierto, Chac¨®n tuvo la oportunidad, de la que ning¨²n otro ministro lleg¨® a disfrutar, de anunciar esta medida en la escalinata de La Moncloa. All¨ª, en ese escenario, Chac¨®n hizo anuncio solemne de su primera medida como ministra. Le hab¨ªa costado, dijo, ¡°70 d¨ªas y casi 70 noches de trabajo¡±. En el fondo este gran anuncio no fue otra cosa que un peque?o retoque de una norma adoptada meses antes por la ministra Mar¨ªa Antonia Trujillo.
En Defensa sucedi¨® algo parecido. Al menos durante un tiempo. Para remate, el matrimonio viv¨ªa en el piso de arriba del ministerio. Estas interferencias le hac¨ªan un flaco favor a Chac¨®n, seg¨²n un ex colaborador: ¡°Barroso estaba demasiado pendiente de la imagen de su mujer. Ella cre¨ªa que ¨¦l la estaba ayudando a moldearse. Otros pens¨¢bamos que lo que hac¨ªa era crearla inseguridades¡±. Chac¨®n se prodig¨® muy poco en conferencias de prensa durante su mandato en Defensa. Seg¨²n unos colaboradores, eso se explica porque se trataba de un ministerio muy institucional. Seg¨²n otros, fue decisi¨®n de Barroso.
Esta intromisi¨®n del marido en la carrera de su c¨®nyuge, esa obsesi¨®n por controlar su imagen, no fue m¨¢s que un comentario en cen¨¢culos pol¨ªticos durante alg¨²n tiempo. La situaci¨®n tampoco era muy discreta porque Barroso no se cortaba a la hora de llamar a sus contactos en las redacciones de los medios de comunicaci¨®n. Pero en la medida en la que a Chac¨®n se la ve¨ªa cada vez menos como ministra y m¨¢s como candidata, estos detalles y su nuevo entorno comenzaron a cobrar otra dimensi¨®n dentro del partido. As¨ª, la decisi¨®n de Chac¨®n ha condicionado desde la derrota en las municipales todos los movimientos del partido. Tanto cuando hizo un amago de pedir primarias antes de las generales como despu¨¦s, Chac¨®n no ha tenido duda alguna. La tuvo Rubalcaba. Las tuvieron otros. Chac¨®n, nunca.
De ah¨ª nace la desconfianza. Todo ha estado preparado para el momento oportuno: la operaci¨®n estaba dise?ada en La Moncloa, fuera de La Moncloa y, en cualquier caso, al margen de las ¨¢reas del partido. Y nada m¨¢s dar el primer paso, en Olula del R¨ªo (Almer¨ªa) y anunciar que se presentar¨ªa, Chac¨®n ya ten¨ªa una campa?a dise?ada hasta el ¨²ltimo detalle. En pocos d¨ªas, se ha ido produciendo un trasvase de gente desde La Moncloa hasta la sede de la candidatura. Un caso es Ang¨¦lica Rubio, quien le llev¨® las tareas de prensa a Zapatero durante sus siete a?os y medio como presidente. Otro es Gertrudis, la secretaria de Zapatero, due?a de una de las mejores agendas del partido, una persona que, seg¨²n dicen, odia a Jos¨¦ Blanco y a Rubalcaba. Luego, los actores de reparto: los diputados que prestan su apoyo, como Jos¨¦ Andr¨¦s Torres Mora, Juan Francisco L¨®pez Aguilar, Leire Paj¨ªn, Caama?o, Miguel ?ngel Moratinos... Un caso que ha sorprendido ha sido el de Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda, el ex presidente manchego, de quien no se conoc¨ªan sus inclinaciones hacia Chac¨®n: ahora se sabe tambi¨¦n que fue compa?ero de su marido en sus tiempos mozos en Ciudad Real. Finalmente, est¨¢ el grupo af¨ªn a Chac¨®n en el PSC, compuesto finalmente por Jos¨¦ Zaragoza, Daniel Fern¨¢ndez y Teresa Cunillera.
Una parte de la estrategia de la candidatura de Chac¨®n se dise?a fuera del partido. As¨ª lo confirma un alto cargo que es militante por Madrid: ¡°Luis Arroyo me llam¨® para colaborar con la candidatura. Me coment¨® que podr¨ªa ir en las listas de Tom¨¢s G¨®mez, pero que esas listas iban a terminar apoyando a Chac¨®n. Me dijo con toda crudeza que G¨®mez iba a adoptar inicialmente una estrategia de distanciamiento respecto a Chac¨®n porque era lo que m¨¢s les conven¨ªa a los dos¡±. ?Qui¨¦n es Luis Arroyo? Un hombre de Miguel Barroso, otro experto en comunicaci¨®n pol¨ªtica, colaborador suyo en numerosas ocasiones y ex jefe de gabinete de Chac¨®n en el Ministerio de Vivienda.
Luis Arroyo trabaja fuera del PSOE. Como lo hace Miguel Barroso: ¡°Todo lo reduce a una buena frase y una gran sonrisa¡±, dice un miembro del partido. ¡°Se hizo secretario de Estado para montar un emporio de comunicaci¨®n a costa de dar muchos problemas al PSOE y al Gobierno; y ahora, los propios medios a los que impuls¨® han acabado en manos de Planeta (La Sexta) y en suspensi¨®n de pagos (P¨²blico)¡±. Uno de los m¨¢s beneficiados por el Gobierno de Zapatero y la gesti¨®n de Barroso es el empresario Jaume Roures, principal accionista de la productora Mediapro y la compa?¨ªa Imagina, entre otras. Pues bien, una de sus empresas produce la se?al que ofrece a las televisiones las im¨¢genes de los actos de la campa?a de Carme Chac¨®n. ¡°Sabemos que enviar esa se?al por sat¨¦lite cuesta entre 10.000 y 12.000 euros por mitin¡±, reconoce un miembro de la ejecutiva, ¡°y lo que podemos asegurar es que ese dinero no lo paga el partido, desde luego¡±. Barroso es actualmente consejero delegado de la multinacional Yong & Rubicam, una de las grandes agencias de publicidad, empresa que participa tambi¨¦n en el accionariado de Imagina. Aunque siempre ha hecho ostentaci¨®n de saber separar entre su actividad privada y su parcela pol¨ªtica, la compa?¨ªa ha realizado muchas campa?as institucionales aprobadas por el Gobierno central o las autonom¨ªas socialistas. Una de las ¨²ltimas, contratada por el Principado de Asturias cuya gesti¨®n fue facturada a trav¨¦s de terceras empresas, que es un procedimiento habitual para evitar incomodidades.
Y fuera est¨¢ tambi¨¦n el siempre enigm¨¢tico Javier de Paz (1958), un hombre que entr¨® en las Juventudes Socialistas a los 15 a?os, donde alcanz¨® la secretar¨ªa general en 1984, y termin¨® siendo un alto ejecutivo de Telef¨®nica, un profesional con las espaldas cubiertas ¡°sin haber hecho un negocio ni haber creado una sociedad¡±, como gusta decir entre sus amistades. Javier de Paz es el amigo de Zapatero, su contacto con la ¨¦lite empresarial, su hombre para ocasiones especiales, el compa?ero en los momentos dif¨ªciles, como cuando le acompa?¨® en el coche oficial a la sede de Ferraz la amarga noche de las ¨²ltimas municipales. La relaci¨®n entre ambos alcanza a sus respectivas parejas: la esposa de Javier de Paz, Ana P¨¦rez Santamar¨ªa, ha ejercido como jefa de gabinete de la mujer de Zapatero desde su llegada a Moncloa.
De Javier de Paz no se conocen grandes acciones, ni grandes declaraciones ni actividades extraordinarias, ni siquiera que haya pasado de primer curso en sus estudios de Derecho. Es un hombre que ha hecho carrera desde tiempos de Felipe Gonz¨¢lez, m¨¢s fuera del partido que dentro. Ha sido director general de Comercio Interior, vicepresidente de la SEPI entre 1993 y 1996 y consejero de multitud de compa?¨ªas, entre ellas de Tabacalera. Natural de Valladolid, es la persona que acompa?a a Zapatero cuando este se instala en Madrid con su familia en el a?o 2000. De esa primera asistencia surge la amistad, que es recompensada: a los dos meses de llegar Zapatero al Gobierno, Javier de Paz es nombrado presidente de Mercasa, una sociedad p¨²blica. Y meses antes de que se celebren las elecciones de 2008 es fichado por Telef¨®nica, donde entra en el Consejo de Administraci¨®n de la empresa y preside su filial Atento entre otras. Seg¨²n algunas fuentes, Javier de Paz ocupa actualmente 14 cargos en diferentes consejos, 11 de ellos relacionados con la telefon¨ªa.
Javier de Paz niega toda participaci¨®n en la campa?a: ¡°No tengo influencia porque no participo de la vida org¨¢nica del partido. No tengo informaci¨®n. No tengo nada que ver con todo esto. Soy amigo personal de Zapatero. Tengo una vida profesional y mis opiniones. Pero, vamos, sobre m¨ª se ha creado una leyenda que sobrepasa todas las cosas. Soy amigo de Chac¨®n, pero tambi¨¦n de Rubalcaba. No participo en esta historia¡±.
Chac¨®n se presenta como un proyecto de renovaci¨®n para el partido. Sus mensajes est¨¢n repletos de esl¨®ganes, de frases precocinadas. Es una campa?a muy preparada, mucho m¨¢s elaborada que la de Rubalcaba a ojos de cualquier experto. No hay elementos de fondo ni discursos program¨¢ticos ante los militantes: Carme se dirige a las bases a la cara, apela a los sentimientos, a la promesa de un futuro mejor. Chac¨®n ha repetido el mismo esquema en todas sus intervenciones: ha apelado al coraje, a la valent¨ªa de los militantes. Las frases se repiten ciudad por ciudad: ¡°El socialismo es una casa y una causa que no tiene fronteras¡±, ¡°a lo ¨²nico que tenemos que tener miedo es al inmovilismo¡±, ¡°ni un paso atr¨¢s en derechos de las mujeres¡±, ¡°no hay que contar militantes, sino que los militantes cuenten¡±, ¡°hay que recargar el partido¡±, ¡°hay que poner el partido en forma¡±, ¡°os invito a un tiempo nuevo¡±.
Y en todas sus intervenciones, apenas hay una cr¨ªtica a la acci¨®n de Gobierno. Todos son elogios a la herencia recibida de Felipe Gonz¨¢lez y, sobre todo, de Rodr¨ªguez Zapatero.
S¨¢bado 7 de enero. Hotel Beatriz de Toledo. Jos¨¦ Bono y Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda est¨¢n sentados uno al lado del otro, sin mirarse. Hablan y no se dirigen la mirada un solo momento. Se dan le?a el uno al otro. Reproches. Se trata de ponerle un apellido a la derrota. Bono se queja de que no fue suficientemente defendido en su tierra por el acoso al que fue sometido a causa de su patrimonio. Le reprocha a Barreda tres portadas del diario P¨²blico. Barreda recuerda dolorosas herencias como la del hundimiento de la Caja Castilla-La Mancha o el desastre del aeropuerto de Ciudad Real. El debate es puro ajuste de cuentas, pero no llegan a mirarse a la cara. Y eso que est¨¢n pegados el uno al otro. Hay gente que se va. Cuando acaba la sesi¨®n, casi dos terceras partes de los asistentes se hab¨ªan marchado anticipadamente.
Ese mismo fin de semana, hubo tambi¨¦n comit¨¦ en Extremadura. Las noticias que llegaban de all¨ª eran id¨¦nticas: Rodr¨ªguez (Ibarra) y Fern¨¢ndez (Vara) d¨¢ndose ca?a el uno al otro. Al sur, Gri?¨¢n no consigue hacerse con los mandos y cada fin de semana se encuentra con un altercado. ¡°Se ha perdido mucho m¨²sculo¡±, dice un veterano diputado. ¡°Hab¨ªa agrupaciones que no quer¨ªan que se incrementara el n¨²mero de afiliados. Es la primera vez que el PP tiene significativamente muchos m¨¢s afiliados que nosotros. Ha desaparecido el miedo a votar a la derecha. La gente no va a respetar las delegaciones de votos. Hay un estado de des¨¢nimo no superado¡±, a?ade.
As¨ª est¨¢ el PSOE. En esas condiciones se celebra un congreso que debe tratar de levantar el ¨¢nimo general. El pron¨®stico es incierto, entre otras cosas porque son muchos los que piensan que hay menos aparato que nunca. El juego de alianzas puede dar sorpresas, salvo en un caso: el apoyo de los catalanes a Chac¨®n. ¡°Los delegados del PSC (101) pueden acabar decantando la elecci¨®n¡±, asegura un buen conocedor del aparato del partido. ¡°Siempre han tenido mucho peso, pero la diferencia ahora es que la candidata es uno de los suyos¡±, agrega. Son ventajas de la candidatura de Chac¨®n, que ejerce de falsa modestia con la excusa de su juventud frente a su experto adversario: cuenta con un territorio que le apoya (Catalu?a), una candidatura cocinada hace mucho tiempo, un dise?o profesional con mayor despliegue de medios t¨¦cnicos y econ¨®micos y unos apoyos externos poco identificados. La cuenta atr¨¢s ha empezado.
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