Un juez y el 18 de julio
El chivo expiatorio ha sido quien intentaba poner en su sitio la memoria hist¨®rica de un r¨¦gimen criminal
M¨¢s all¨¢ de lo que representa la condena de Baltasar Garz¨®n, hay un aspecto a subrayar en este episodio: el coro de brutales descalificaciones que desde la derecha llovieron sobre el magistrado desde que destap¨® la trama G¨¹rtel y que ahora han culminado en la danza india de celebraci¨®n en torno a su condena. Con Telemadrid y los se?ores del torito en la posici¨®n estelar que les corresponde. Cierto que ya existi¨® una ola de ataques en los a?os noventa, entonces desde medios socialistas, por otra investigaci¨®n pol¨ªticamente incorrecta, sobre los GAL, y con coincidencias formales respecto de la actual: cualquier leguleyo de la ¨²ltima hornada denunciaba la intenci¨®n perversa de Garz¨®n y su incompetencia a la hora de elaborar las instrucciones.
Pero entonces fueron casos aislados, que muchas veces se expresaban en el ¨¢mbito privado, mientras que ahora estamos ante un prolongado ataque de todos y cada uno de los medios, de todos y cada uno de los columnistas o tertulianos, de un modo ¨²nicamente calificable de ferocidad y que por el ensa?amiento mostrado hacia quien en definitiva es la v¨ªctima del episodio tampoco admite otra etiqueta que el de ataque al modo de una jaur¨ªa. Nada cuenta para los afines ideol¨®gicos a G¨¹rtel que antes Garz¨®n entrase a fondo en el espinoso asunto de los GAL o que luego desarrollara una labor decisiva nada menos que en el desmantelamiento de las organizaciones pol¨ªticas y de comunicaci¨®n dependientes de ETA. Sobre Pinochet, a fin de cuentas un amigo poco presentable, simple menci¨®n de que ah¨ª tambi¨¦n fracas¨®. La lucha contra los excesos del poder y la voluntad de conseguir una justicia de ¨¢mbito universal sobre los derechos humanos se convierten para nuestros periodistas de orden en amenaza permanente de violaci¨®n de los derechos humanos porque, claro, el derecho de defensa (y de impunidad) de los corruptos, de los tiranos, est¨¢ por encima de todo. El juez Castro puede prepararse si se obstina en tratar al Duque de acuerdo con el principio de igualdad ante la ley.
Por encima de todo, est¨¢ la exigencia de castigar a quien se atrevi¨® a poner en tela de juicio al 18 de julio, que a fin de cuentas sigue siendo el hecho fundacional de la posici¨®n dominante de nuestra derecha en los planos social y econ¨®mico (y por lo que ahora vemos en el judicial). Zapatero despert¨® al tigre dormido con la Ley de Memoria Hist¨®rica, seg¨²n pudo verse luego simple aderezo cosm¨¦tico: el informe contra el auto de Garz¨®n de un leal al presidente, el fiscal Zaragoza, puso la primera piedra en la construcci¨®n de la inminente condena de Garz¨®n, por suponer ingenuamente el juez que era posible aqu¨ª lo que fue posible en otros pa¨ªses: dejar claro ante los espa?oles los cr¨ªmenes contra la humanidad de los sublevados.
En Espa?a no hay una conciencia democr¨¢tica fomentada incluso desde posiciones conservadoras, como el gaullismo en Francia o la democracia cristiana en Italia. Aqu¨ª asistimos al triunfo del reformismo franquista de Fraga, err¨®neamente tildado de fracaso porque ¡°don Manuel¡± no lleg¨® a jefe de Gobierno. En vez de cortar con la dimensi¨®n dictatorial de su pasado, cr¨ªmenes y torturas incluidos (Grimau, Asturias 63, Ruano, Vitoria), Fraga inculc¨® a los suyos que deb¨ªan actuar en democracia pero teniendo en cuenta que el ¡°simp¨¢tico¡± 18 de julio suprimi¨® una Rep¨²blica corrompida y que la dictadura de Franco fue una edad de oro. En su primer mandato, Aznar rectific¨® algo pero luego, tras en 11-M, el virus neofranquista pas¨® a difundirse sin obst¨¢culos en la mentalidad ¡°popular¡±. Hac¨ªa falta un chivo expiatorio: nadie mejor que quien pon¨ªa en marcha un procedimiento donde se intentaba poner en su sitio la memoria hist¨®rica de un r¨¦gimen criminal. A quienes dicen que la justicia debe dejar paso al trabajo del historiador hay que responderles que N¨¹renberg fue imprescindible para la recusaci¨®n definitiva del nazismo. Solo que aqu¨ª los herederos de los culpables acabaron condenando y eliminando al juez. Eso s¨ª, con el conveniente enmascaramiento de empezar por G¨¹rtel y dejar todo hecho antes de lo esencial.
Del franquismo sobrevivieron demasiadas cosas, empezando ¡ªl¨¦ase Der Spiegel¡ª por un Rey que tanto estimaba a los golpistas del 23-F, para mi sorpresa, lo confieso. Garz¨®n pudo cometer errores, pero fue su valiente enfrentamiento a esos residuos de la dictadura lo que le llev¨® a la soledad primero, y por ¨²ltimo a una inadmisible destrucci¨®n.
Y ahora implantemos una reforma laboral ¡°agresiva¡±. Arriba y abajo. Todo encaja.
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