De ejemplo en el partido a proscrito

¡°Vamos a intentar hacer en Espa?a lo que Jaume y todos vosotros hicisteis en Baleares¡±. Ya nadie recuerda, ni quiere recordar, aquellas palabras de Mariano Rajoy, en noviembre de 2004, durante la que fue la ¨²ltima legislatura de Jaume Matas como presidente de Baleares. ¡°Le deseamos lo mejor, que se defienda y, si puede, demuestre su inocencia¡±, fue la frase que pronunci¨® el mismo Rajoy, seis a?os despu¨¦s, cuando el expresidente balear ya se encontraba imputado en varios casos de corrupci¨®n y tras aceptar su baja en el PP.

Cuando Rajoy ensalz¨® la gesti¨®n de su presidente auton¨®mico, que siempre estuvo bajo el signo del PP que ahora parece olvidar, Jaume Matas llevaba 15 a?os en la pol¨ªtica, en la que empez¨® como director general de Presupuestos, cargo previo a su designaci¨®n como consejero de Econom¨ªa, puesto que le catapult¨® a la presidencia de Baleares, en 1996.

Pero antes de eso, Matas ya se hab¨ªa acercado a quien acab¨® siendo su amigo y, en cierta forma, un presidente semejante en su filosof¨ªa pol¨ªtica, Eduardo Zaplana, con quien coincidi¨® en la Facultad de Econ¨®micas de Valencia. De sonrisa f¨¢cil, cara amable, y amigo de grandes eventos y grandes obras, Matas logr¨® un puesto en el Gobierno de Aznar, con una cartera, la de Medio Ambiente, pr¨¢cticamente nueva. Le toc¨® poner en marcha el pol¨¦mico Plan Hidrol¨®gico Nacional, con el trasvase del Ebro, que consigui¨® sacar adelante, aunque nunca se ejecut¨®. Y tambi¨¦n top¨® con el desastre del Prestige, aunque el papel del propio Rajoy, como coordinador del Gobierno para hacer frente a la crisis, le dej¨® en un lugar secundario.

Tras su paso por Madrid, Aznar le encarg¨® recuperar el Gobierno balear y as¨ª lo hizo en 2003 y lo volvi¨® a intentar en 2007, cuando se present¨® a la reelecci¨®n que pero no consigui¨® formar gobierno, por lo que decidi¨® abandonar la pol¨ªtica y trasladarse a Washington para trabajar en la empresa privada como asesor.

En enero de 2009, Matas se vio obligado a regresar a Espa?a imputado en el caso Palma Arena. Una parte, peque?a, de ese voluminoso caso le ha llevado ahora a ser condenado por malversaci¨®n, fraude, falsedad, prevaricaci¨®n y tr¨¢fico de influencias.