"Mi primer sueldo ser¨¢ de 980 euros por cuatro meses de trabajo"
"Somos 'ni-nis' pero porque NI desistimos, NI permanecemos en el suelo al caer" "Si todos contamos nuestra historia, ?nos escuchar¨¢n?"
Mi madre siempre me dec¨ªa: ¡°Estoy orgullosa que vayas a tu colegio y que estudies tanto, porque siempre he querido que tuvieras las oportunidades que yo nunca tuve¡±. Mi pobre madre, qu¨¦ se iba a imaginar de las vicisitudes de la vida espa?ola: un pa¨ªs que ha premiado a pol¨ªticos corruptos y que callan ante banqueros que financian sus campa?as.
Mi madre vino con sus otros siete hermanos a Barcelona desde Extremadura, viviendo en las casas de autoconstrucci¨®n de los sesenta y con un cartel en la espalda que dec¨ªa que ella era ¡°charnega¡±. Solo ten¨ªa unas botas rojas y un vestido blanco que mi abuela lavaba todos los d¨ªas porque no ten¨ªa nada m¨¢s que ponerse. Por eso se prometi¨® que quer¨ªa que sus hijas estudiaran. Me llamo Esther, nac¨ª en 1989 y tengo 22 a?os. Tuve una buena educaci¨®n, fui feliz en un colegio donde desarroll¨¦ una vocaci¨®n innata: el periodismo. Cuando entr¨¦ en la universidad, recuerdo ver por primera vez mi nota que me permit¨ªa ingresar en la universidad p¨²blica, y pens¨¦: he conseguido estudiar lo que quer¨ªa. Me segu¨ª formando, afianc¨¦ mi ingl¨¦s, me fui al extranjero a mejorarlo. No contenta con eso, estudi¨¦ franc¨¦s y considero que hablo y me desenvuelvo perfectamente con cuatro lenguas. Estudi¨¦ una especializaci¨®n en pol¨ªtica europea en el extranjero.
Empec¨¦ a trabajar a los 16, siempre estaba bien ganar dinero, y enlac¨¦ trabajos en la radio ¡°para hacer curr¨ªculo¡±. Nunca gan¨¦ nada, a la vez que iba a la universidad y era profesora. Escrib¨ª, gan¨¦ concursos period¨ªsticos, me segu¨ª formando. Hace un mes cog¨ª la maleta. Me fui al centro de Europa y ahora mismo estoy en unas pr¨¢cticas que, aunque mal pagadas, son ¡°de lo m¨ªo¡±. Hace poco, hice el recuento del dinero que han invertido mis padres en mi educaci¨®n: aproximadamente unos 60.000 euros. Mi primer sueldo es una beca de 980 euros en total para unas pr¨¢cticas de cuatro meses (no recibir¨¦ esta cantidad mensualmente, sino que ser¨¢ el ¨²nico pago). Ni siquiera llego a pagar el alquiler y debo hacer malabares entre el dinero de mi beca y lo poco ahorrado en verano y trabajos temporales.
A veces me pregunto si me he equivocado march¨¢ndome, s¨®lo para ir en busca de mi sue?o. Veo en la pantalla a mi hermana, a amigos, a la familia y me preguntan: ¡°?Vas a volver?¡± Y entonces miro hacia mi ventana: el cielo gris, como casi todos los d¨ªas en esta ciudad, a veces digo que s¨ª, otras que no. Empec¨¦ a leer la serie de #nimileuristas y me embarga la frustraci¨®n, pero a la vez pienso que si todos damos nuestra voz, contamos nuestra historia, ?nos escuchar¨¢n? ?Nos seguir¨¢n diciendo que somos indignados perroflautas que no hemos dado un palo al agua? ?Alguien ver¨¢ que somos realmente una generaci¨®n preparada? Que no todos somos personas que NI estudian NI trabajan, que los estereotipos hacen mucho da?o, porque puede que s¨ª seamos ni-nis pero porque NI desistimos, NI permanecemos en el suelo al caer. Nos levantamos.
Me pregunto a qui¨¦n le gusta emigrar, y si el ministro Luis de Guindos se cree sus propias palabras al decir que los que emigramos, volveremos. Casi cinco millones de personas que buscan un trabajo, una reforma laboral que, al menos a corto plazo, destruir¨¢ m¨¢s empleo, y la presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha que dice que debemos ¡°trabajar m¨¢s¡±. ?Y de qu¨¦? me pregunto yo, eso es lo que quiero yo saber. No quiero compartir toda mi vida a trav¨¦s del ordenador. Con Skype no tengo la oportunidad de abrazar a mi hermana, ni sentir el olor a reci¨¦n nacido de mi futuro sobrino. No quiero saludar a mis padres detr¨¢s de una pantalla del ordenador toda la vida, atisbando arrugas en su rostro que antes no hab¨ªa visto.
A¨²n sigo inscrita en una p¨¢gina web para buscar trabajo en Espa?a. Cuando recibo un correo, y veo que estoy en el perfil, noto que en los mejores casos piden m¨¢s de dos a?os de experiencia y un sueldo de 400 euros. Y no pido un gran salario, solo deseo poder trabajar dignamente sin tener que pedir a mis padres dinero para comer. Quiero demostrar que valgo, no quiero que mi madre diga: ¡°Quise que tuvieras las oportunidades que yo no tuve, pero puede que me equivocara, porque pensaba que en este pa¨ªs se premiaba el trabajo y el estudio¡±. Como la paloma del poema de Alberti, puede que yo tambi¨¦n me equivocara.
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