Rajoy defiende el ajuste como ¨²nico ant¨ªdoto contra la intervenci¨®n

El fracaso en las elecciones andaluzas ha devuelto al Gobierno a la cruda realidad de un r¨¢pido desgaste. El Ejecutivo debate qu¨¦ hacer para contrarrestar ese efecto. Algunos miembros se?alaban que la soluci¨®n pasar¨ªa por decirle claramente a los espa?oles que es Europa quien est¨¢ presionando y que, si Espa?a no hace lo que le piden, corre el riesgo de ser intervenida. Otros creen que decir eso ser¨ªa alentar la psicosis de los mercados. El presidente, Mariano Rajoy, opt¨® ayer por una v¨ªa intermedia: lo insinu¨® pero sin decirlo expresamente.

El presidente explic¨® que tiene que hacer recortes muy fuertes porque Espa?a se ha gastado en 2011 unos 90.000 millones m¨¢s de lo que ingres¨® y este a?o necesita casi 60.000. Y tiene que pedir prestado ese dinero: ¡°Si no te lo prestan, no lo puedes gastar. Y si no lo puedes devolver, todo el mundo sabe lo que pasa, nadie te lo va a volver a prestar en el futuro. Y esto no es un ejercicio te¨®rico. Esto, como todo el mundo sabe, ya le ha ocurrido a algunos en la Uni¨®n Europea, y ya est¨¢ pas¨¢ndole en Espa?a a algunas Administraciones p¨²blicas. Este es el tema m¨¢s importante que tiene que afrontar la econom¨ªa. Y para que te financien tienen que confiar en ti, en que vas a devolver lo prestado. En eso estamos¡±.

Esos ¡°otros pa¨ªses¡± son los intervenidos, como Grecia, Irlanda o Portugal, que fueron ayudados porque el mercado no confiaba en ellos. Pero fue a cambio de medidas a¨²n m¨¢s duras forzadas por la troika. Y esa es la amenaza que Rajoy deja caer sin decirlo para que los espa?oles asuman sus medidas. Es su obsesi¨®n, como antes lo fue de Zapatero: evitar la intervenci¨®n.

Rajoy, que decidi¨® el viernes no comparecer para explicar el Presupuesto m¨¢s duro de la democracia, y dej¨® la tarea de contestar a la prensa a Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa y Crist¨®bal Montoro, despleg¨® ayer esa explicaci¨®n. Pero fue ante los suyos, en el comit¨¦ ejecutivo del PP, y en un discurso cerrado sin aceptar preguntas. De esta forma, no hubo manera de conocer su opini¨®n sobre la amnist¨ªa fiscal, la medida estrella de los Presupuestos. Hace menos de dos a?os, la llam¨® ¡°ocurrencia¡± y dijo que nunca apoyar¨ªa una cosa as¨ª. Ayer, ni siquiera la cit¨®, por lo que no se puede conocer su explicaci¨®n a una medida tan pol¨¦mica. Lo ¨²nico que podr¨ªa interpretarse como una lejana referencia es esta frase: ¡°En los Presupuestos hay muchas cosas que no nos gustan a los miembros del Gobierno, pero la alternativa es infinitamente peor¡±. Al contrario, anunci¨® un plan contra el fraude a la Seguridad Social y en la percepci¨®n del seguro de desempleo.

Buena parte de la explicaci¨®n del presidente para intentar recuperar el pulso de la opini¨®n p¨²blica pasa por culpar de todos los recortes a la herencia recibida. Rajoy prometi¨® en su investidura que no se dedicar¨ªa a hablar de esa herencia. Pero a los 100 d¨ªas de su Gobierno, esta centr¨® buena parte de su discurso: ¡°Estos son unos Presupuestos duros, dolorosos, hacemos cosas que a nadie le gustan. Pero es lo que hay que hacer para corregir los errores e incumplimientos del pasado. Y hemos intentado ser justos¡±. Varias veces insisti¨®: ¡°Si el Gobierno anterior hubiera cumplido el objetivo del 6%, tendr¨ªamos que recortar este a?o 18.000 millones menos¡±. ¡°Nos ha tocado hacer en dos a?os lo que no se ha hecho en ocho¡±, a?adi¨®. Tambi¨¦n lanz¨® una cr¨ªtica a sus dirigentes auton¨®micos y locales, a los que antes aplaud¨ªa: ¡°No es momento de pabellones, autopistas y aeropuertos¡±. Hace tiempo que nadie plantea obras de ese tipo y la inversi¨®n est¨¢ parada, por lo que m¨¢s bien era una cr¨ªtica al pasado.

Rajoy, que anunci¨® que su plan reformista seguir¨¢ en este trimestre, insisti¨® varias veces en que no tiene ¡°ning¨²n tipo de hipoteca con nadie¡±. El presidente dej¨® claro que sabe que hay un gran descontento con algunas de sus medidas. Pero pidi¨® confianza, incluso a los que no le han votado, aunque quienes m¨¢s le preocupan son los suyos, ya que 430.000 de ellos les abandonaron entre las generales y las andaluzas. ¡°Somos conscientes de que hay muchos espa?oles afectados por nuestras medidas. Pero no hay alternativa. Ya sabemos que es duro, pero es lo que hay que hacer.

No conf¨ªo en tener el apoyo de la oposici¨®n, pero s¨ª la comprensi¨®n de los espa?oles. Sabemos lo que hacemos. Tenemos un plan. No estoy en condiciones de dar buenas noticias. Pero lo estar¨¦. Este a?o no va a ser bueno, pero estamos poniendo los cimientos para la recuperaci¨®n, que no se ven, pero son lo m¨¢s importante¡±.