Interior crea confusi¨®n sobre los futuros encuentros entre v¨ªctimas y terroristas
En un documento dice que solo podr¨¢n pedir perd¨®n cara a cara a sus v¨ªctimas directas Hasta ahora los reclusos pod¨ªan reunirse con cualquier v¨ªctima de la organizaci¨®n Horas m¨¢s tarde, el ministerio asegura que si la v¨ªctima quiere podr¨¢ reunirse con otro etarra
El Ministerio del Interior ha causado a lo largo del d¨ªa bastante confusi¨®n con uno de los detalles de su nuevo plan de reinserci¨®n de presos terroristas, relacionado con el programa de encuentros cara a cara entre v¨ªctimas y reclusos. Algo que parec¨ªa una noticia se desinfl¨® a ¨²ltima hora de la noche. En el documento escrito que se envi¨® a todos los medios a media tarde se se?alaba que, a partir de ahora, los reclusos que quisieran pedir perd¨®n en persona podr¨ªan hacerlo, pero solo si el interlocutor era su v¨ªctima directa. Esto supon¨ªa un cambio notable con respecto a las reglas de juego actuales. Horas despu¨¦s, desde el ministerio se asegur¨® que, a pesar de lo que aparec¨ªa en el texto, en realidad la idea no era del todo as¨ª; que el Gobierno s¨ª quer¨ªa ¡°priorizar¡± los encuentros con v¨ªctimas directas, pero que si alg¨²n afectado deseaba reunirse con un miembro de ETA no directamente relacionado con su atentado, podr¨ªa hacerlo ¡ªes decir, la misma pol¨ªtica que se ha llevado a cabo hasta el momento¡ª.
"La aceptaci¨®n del encuentro partir¨¢ siempre de la v¨ªctima, que tendr¨¢ que ser la directamente perjudicada por el delito o sus allegados m¨¢s cercanos" se?alaba el documento hecho p¨²blico esta tarde por Interior. "De la misma forma, el penado que otorga el perd¨®n tiene que ser el autor material o el cooperador directo del hecho delictivo que ha causado el da?o". El tenor literal parece claro, pero o bien el ministerio ha cambiado de opini¨®n a ¨²ltima hora o bien no tuvo cuidado en matizar en su escrito qu¨¦ es exactamente lo que se va a hacer a partir de ahora.
Once v¨ªctimas de ETA se han reunido, individualmente, con once presos de la banda ¡ªdisidentes de la organizaci¨®n¡ª durante el ¨²ltimo a?o. El programa de encuentros lo puso en marcha Mercedes Gallizo, secretaria general de Instituciones Penitenciarias del Gobierno socialista, con la colaboraci¨®n de la oficina de v¨ªctimas del Ejecutivo vasco. En cinco casos las reuniones se produjeron entre una v¨ªctima y el responsable directo de su atentado; en los otros seis, los afectados se encontraron con un miembro de la banda que, aunque no estaba directamente relacionado con el ataque terrorista que le trunc¨® la vida, ped¨ªa perd¨®n por los cr¨ªmenes de ETA, una organizaci¨®n totalmente jer¨¢rquica en la que el terrorista no decide a quien mata sino que cumple ¨®rdenes.
La raz¨®n para hacer esta referencia expresa a los encuentros con v¨ªctimas directas, seg¨²n Interior, es que se trataba de una petici¨®n de algunas asociaciones de v¨ªctimas que hab¨ªan manifestado que la posibilidad de reunirse con miembros de ETA no directamente vinculados con su atentado les causaba ¡°zozobra¡±.
Esta idea no coincide con lo que relatan las v¨ªctimas que han participado en los encuentros. Por ejemplo, Josu Elespe. El hijo del primer concejal socialista asesinado por ETA, en 2001, que se reuni¨® en noviembre con un preso de la banda que no ten¨ªa nada que ver con el atentado contra su padre, explicaba en detalle el pasado domingo a este peri¨®dico que se hab¨ªa sentido muy ¡°reconfortado¡± por el encuentro. ¡°Reunirme con el que apret¨® el gatillo y mat¨® a mi padre hubiera sido m¨¢s dif¨ªcil, pero creo que lo habr¨ªa hecho igual¡±, se?alaba. ¡°Pero no creo que los responsables directos est¨¦n dispuestos. Por otro lado, a m¨ª me sirve que un miembro de ETA me pida perd¨®n porque los integrantes de un comando no eligen a sus v¨ªctimas. En el fondo, ?qu¨¦ m¨¢s me da reunirme con uno o con otro? La persona con la que yo me reun¨ª hab¨ªa querido pedir perd¨®n a alguna de sus v¨ªctimas directas, y estas no hab¨ªan querido¡±. As¨ª que, ante la imposibilidad pr¨¢ctica de encontrarse el uno con el responsable directo del atentado y el otro con una v¨ªctima directa, se reunieron ellos.
Los encuentros cara a cara son una iniciativa minoritaria, que dif¨ªcilmente podr¨¢ extenderse mucho porque es complicado que un n¨²mero elevado de v¨ªctimas est¨¦ interesado y que un gran n¨²mero de presos est¨¦ dispuesto. El Gobierno socialista, que se apoya en la oficina de v¨ªctimas del Gobierno vasco para llevar a cabo el programa, ya trata de priorizar los encuentros con v¨ªctimas directas. Pero estas reuniones no siempre son posibles. En primer lugar, hay presos, especialmente aquellos sin delitos de sangre, que no tienen v¨ªctimas directas. Adem¨¢s, hay muchos afectados que, como ocurri¨® en el caso de la persona que se reuni¨® con Josu Elespe, prefieren no reunirse con el recluso -el programa, como no pod¨ªa ser de otra forma, es estrictamente voluntario-. Restringir los requisitos de un programa ya de por s¨ª muy minoritario har¨ªa muy complicada su puesta en pr¨¢ctica.
Por otro lado, el documento de Interior vincula de alguna forma los encuentros cara a cara con el ¡°requisito legal¡± del perd¨®n para la concesi¨®n de beneficios como la libertad condicional. Hasta ahora, para estos beneficios solo se exig¨ªa un perd¨®n por escrito y las reuniones en persona no ten¨ªan relaci¨®n con ninguna ventaja carcelaria. Uno de los principios b¨¢sicos de los encuentros es que el recluso no obtenga ning¨²n beneficio por llevarlos a cabo. Es la ¨²nica forma de garantizar que el perd¨®n es sincero, que el preso no lo hace para obtener ventajas carcelarias, y que esa reuni¨®n, muy dif¨ªcil emocionalmente para la v¨ªctima, puede tener efectos terap¨¦uticos. Se trata de otra de las cuestiones que no queda clara en el documento.
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