¡°Mi mala suerte es ser negro y albino¡±
El ugand¨¦s Emanuel Mukasa lleva m¨¢s de 19 meses internado en un centro de Melilla Solicitante de asilo, la Delegaci¨®n del Gobierno le impide viajar a la Pen¨ªnsula
"Dios me lo est¨¢ poniendo muy dif¨ªcil. Me dio esta piel blanca en un cuerpo de negro. Nac¨ª bajo la estrella de la mala suerte¡±. Emanuel Mukasa es ugand¨¦s y tiene 20 a?os. Sus padres murieron cuando estall¨® la guerra en el pa¨ªs africano en 1980. Fue recogido por un pastor que sab¨ªa que si no proteg¨ªa a este ni?o ¡ªun negro con piel blanca¡ª ser¨ªa asesinado, seg¨²n Emanuel, por alg¨²n vecino o por un grupo mafioso que vender¨ªa su cuerpo para pr¨¢cticas de brujer¨ªa. El campesino que rescat¨® a Emanuel opt¨® por esconderle en un pajar hasta su mayor¨ªa de edad, momento en el que el joven decidi¨® jugarse la vida atravesando el desierto desde su pa¨ªs natal hasta Marruecos para llegar a nado hasta Melilla. En total, unos 12.000 kil¨®metros.
Emanuel lleva casi 19 meses en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, donde solicit¨® el derecho de asilo por sentirse perseguido por ser albino. ¡°Estoy cansado y quiero salir de aqu¨ª¡±, solloza por tel¨¦fono en un ingl¨¦s balbuceante. Su voz temblorosa transmite cansancio y desasosiego. Emanuel lleg¨® a Espa?a despu¨¦s de una traves¨ªa de un mes escondido en los bajos de un cami¨®n cuyo conductor le daba pan y agua. Antes de iniciar su viaje tuvo que pagar el peaje para alcanzar lo que ¨¦l consideraba su ¡°libertad¡±: extraerse sangre y entreg¨¢rsela al ch¨®fer del veh¨ªculo, quien tambi¨¦n ve¨ªa en ¨¦l un ser esot¨¦rico. La realidad que vive hoy este joven negro de tez blanca es muy distinta de la que so?aba antes de salir de Uganda. Hab¨ªa o¨ªdo historias sobre Espa?a. Un lugar donde se acog¨ªan a las personas perseguidas como ¨¦l, un pa¨ªs que le reconozca ¡°como un ser humano¡±.
Cuenta c¨®mo sali¨® huyendo de un ¡°infierno¡± devastado por la guerra civil, que se cobr¨® 312.000 vidas y en la que 350.000 personas tuvieron que refugiarse en el sur de Sud¨¢n. Al final acab¨® acorralado entre las paredes del CETI, donde espera que se le conceda la posibilidad de acceder a la Pen¨ªnsula como refugiado. Emanuel siente desamparo y ¡°est¨¢ muerto de miedo¡±, comentan por tel¨¦fono algunos de sus amigos.
Los d¨ªas de Emanuel son largos, tediosos y mon¨®tonos. ¡°Leo un fragmento de la Biblia cada ma?ana porque debo estar en comuni¨®n con Dios. S¨¦ que ¨¦l no tiene la culpa del color de mi piel y no le debo culpar de ello. Si he hecho algo mal, no lo s¨¦¡±, comenta llorando. A mediod¨ªa sale un rato del CETI, siempre cubierto con su gorra negra, chaqueta y pantalones largos. Anda con la cabeza gacha y encorvada; quiere pasar inadvertido. Suele ganarse unos euros como limpiador de coches en los sem¨¢foros o si no permanece hasta la hora de comer a las puertas de alg¨²n supermercado esperando que alguien se apiade de ¨¦l y pueda transportarle la compra a cambio de una moneda. ¡°Solo quiero ganarme la vida como cualquier otro, salir de este centro¡ ser independiente. He vivido toda mi vida recluido¡ solo quiero ser libre¡±.
Emanuel lleva m¨¢s de un a?o y siete meses esperando que las autoridades espa?olas reconozcan que no es un inmigrante que solo busca trabajo, sino un hombre cuya cabeza tiene un precio que se cotiza al alza en su pa¨ªs.
¡°He vivido toda mi vida recluido... en una prisi¨®n. Solo quiero ser libre y poder vivir como un ser humano¡±
Organizaciones como CEAR (Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado), ACNUR (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) y el Defensor del Pueblo denuncian desde 2008 esta situaci¨®n. Consideran que la Ley de Asilo en Espa?a se ha convertido en ¡°una carrera de obst¨¢culos¡± para quienes necesitan protecci¨®n internacional inmediata. El 73% de las 3.400 solicitudes de asilo presentadas en 2011 ante las autoridades espa?olas fueron denegadas.
¡°En Espa?a cohabitan dos problemas en materia de asilo: una clara falta de formaci¨®n en estos asuntos, adem¨¢s de la desinformaci¨®n por parte de los agentes policiales fronterizos que no hacen distingos entre los inmigrantes econ¨®micos y posibles refugiados¡±, afirma Lourdes Navarro, responsable jur¨ªdica de CEAR en Andaluc¨ªa.
Seg¨²n fuentes del Defensor del Pueblo, las delegaciones del Gobierno de las ciudades auton¨®micas llevan desde finales de 2008 incumpliendo la normativa con respecto a la protecci¨®n internacional. ¡°En Melilla y Ceuta nadie informa de los derechos que tienen los posibles asilados. Solo les dicen que no pueden viajar a la Pen¨ªnsula porque les falta un documento de la Delegaci¨®n del Gobierno o del director del CETI, quien carece de poder jur¨ªdico para emitir ning¨²n documento que les permita el salto a la Pen¨ªnsula¡±.
En 2010, el Defensor del Pueblo abri¨® una investigaci¨®n en relaci¨®n con la actuaci¨®n de agentes de la Unidad Central contra las Redes de Inmigraci¨®n Ilegal y Falsificaciones Documentales (UCRIF) por interrogar a un grupo de magreb¨ªes, solicitantes de asilo en el aeropuerto de Barajas, sin presencia de un abogado y por hacerles preguntas ajenas a dicho procedimiento. Adem¨¢s, inici¨® otra indagaci¨®n paralela bas¨¢ndose en cuatro sentencias del Tribunal Superior de Andaluc¨ªa que declaran una evidente vulneraci¨®n de la libre circulaci¨®n y movimiento de solicitantes de asilo a los que se impide acceder a la Pen¨ªnsula desde ambas ciudades aut¨®nomas.
Las delegaciones del Gobierno de Ceuta y Melilla reconocen que no siempre es f¨¢cil identificar en un primer momento los casos que s¨ª cumplen ¡°los par¨¢metros para ser solicitantes de asilo¡± debido al gran n¨²mero de inmigrantes irregulares que acceden al territorio espa?ol. Asimismo, recuerdan los citados medios, que Ceuta y Melilla tienen una cl¨¢usula de reserva del espacio Schengen, que establece que los extranjeros que acceden a dichas ciudades no pueden entrar en la UE si no est¨¢n documentados. Ese es el motivo, seg¨²n la Delegaci¨®n del Gobierno en Melilla, por el que a los demandantes de asilo no se les permite cruzar el Estrecho.
Adem¨¢s, las delegaciones del Gobierno a?aden que hay tr¨¢mites burocr¨¢ticos que no ayudan a agilizar el proceso de asilo.
Una visi¨®n que confronta con el abogado y experto en inmigraci¨®n Marcelo Belgrano, quien defiende que el Tratado de Schengen obliga a que se realicen controles fronterizos, pero no a que se limite la libertad de movimiento de estas personas a menos que representen ¡°un problema para el Estado¡±.
A pesar de existir, seg¨²n CEAR y ACNUR, pruebas suficientes que demuestran que Emanuel se encuentra en una evidente situaci¨®n de vulnerabilidad se le ha denegado hasta tres veces la cartilla roja que le da el estatus de refugiado. Despu¨¦s de 19 meses de lucha, Espa?a solo ha admitido a tr¨¢mite su solicitud. Esto significa que solo puede deambular por las calles melillenses, pero no por la Pen¨ªnsula.
Emanuel est¨¢ cansando. Quiere terminar con la entrevista. Su voz muestra impaciencia, pero antes de despedirse a?ade: ¡°Solo quiero salir de aqu¨ª y ser libre¡±.
?Cu¨¢nto vale un albino en ?frica?
Est¨¢n malditos nada m¨¢s nacer. Generalmente sus padres los abandonan a las afueras del pueblo o en una carretera poco transitada. Ellas, las madres, son se?aladas como las culpables de haber engendrado a un demonio y se las repudia para el resto de su vida.
La vida de un albino en ciertas naciones africanas como Uganda o Tanzania es un infierno. Para algunos son la reencarnaci¨®n del diablo y deben ser exterminados; para otros, beber su sangre y utilizarlos para la brujer¨ªa significa atraer la riqueza al pueblo. Todos desean portar sus extremidades, como los dedos ¨ªndices; son codiciados amuletos porque simbolizan fuerza y poder.
Seg¨²n ACNUR, por la mano de un albino se puede llegar a pagar hasta 400 d¨®lares, y 65.000 por todo su cuerpo. Los albinos que sobreviven a la caza de brujas saben que ser¨¢n discriminados de por vida. Acabar¨¢n viviendo en la indigencia con enfermedades de la vista y seguramente mueran j¨®venes por c¨¢ncer de piel. En ?frica hay m¨¢s albinos que en cualquier otra parte del mundo. Si en Europa nace un albino de cada 17.000 personas, en el continente negro asciende a uno entre 2.000 o 5.000 habitantes. Uno de cada 70 habitantes es portador del gen, esto significa que si su pareja tambi¨¦n es portadora, sus descendientes tendr¨¢n muchas posibilidades de ser albinos.
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