?Qui¨¦nes lo est¨¢n impidiendo?
No es posible que el presidente del Gobierno diga en un pasillo del Congreso que la reforma del sistema financiero se est¨¢ haciendo "tarde, mal y arrastras", pero ?qui¨¦nes lo est¨¢n impidiendo?
Los primeros interesados en que se cree en Espa?a una comisi¨®n parlamentaria que investigue qu¨¦ ha sucedido, no solo en el caso Bankia, sino en la crisis del sistema financiero espa?ol, deber¨ªan ser los propios bancos, que est¨¢n sometidos a una permanente sospecha por parte de los ciudadanos y que corren el riesgo de aislarse cada d¨ªa m¨¢s de la sociedad, por muchas campa?as de publicidad que algunos de ellos hayan decidido lanzar en las ¨²ltimas semanas. Espa?a necesita recuperar credibilidad ante los mercados, se nos dice, y para ello se convoca a auditores extranjeros (corroborando, por lo que se ve, la ineficacia de las auditorias del Banco de Espa?a, un gesto de dif¨ªcil digesti¨®n).
Sea como sea, tienen raz¨®n quienes nos advierten de que es imperioso recuperar la confianza de los inversores extranjeros. Pero tambi¨¦n lo es que los ciudadanos recuperemos confianza en nuestro pa¨ªs y eso no es posible si no se nos proporcionan explicaciones extensas y documentadas sobre qu¨¦ ha ocurrido. Dejar eso en manos de Goldman Sachs ser¨ªa un s¨ªntoma de que nos hemos vuelto completamente locos.
No se trata simplemente de saber cu¨¢nto dinero deber¨¢ prestar o invertir el Estado para sanear el sistema sino, sobre todo, d¨®nde estuvieron los fallos de ese sistema, que impidi¨® que se reaccionara antes y qu¨¦ se puede hacer para impedir que suceda algo semejante en el futuro. Esta ¨²ltima parte es, probablemente, la que m¨¢s echa atr¨¢s a las entidades financieras a la hora de someterse a una comisi¨®n semejante, partidarias como son de la menor regulaci¨®n posible de sus actividades, pero, aun as¨ª, deber¨ªan pensar en el coste interno que est¨¢ teniendo para todo el sistema la inexistencia de una comisi¨®n parecida.
Los bancos deben ser los m¨¢s interesados en que se cree una comisi¨®n sobre la crisis, no solo de Bankia, sino del sistema
Adem¨¢s, es algo que nos merecemos por el simple hecho de ser ciudadanos de una democracia, como se lo merecieron los brit¨¢nicos o los norteamericanos. En Estados Unidos se puso en marcha en 2010 una Comisi¨®n de Investigaci¨®n sobre la Crisis Econ¨®mica, que emiti¨® un largo informe en 2011, y aun hoy, el Comit¨¦ de Banca del Senado sigue convocando en audiencia a cuanto responsable de instituci¨®n financiera, organismo regulador o personalidad de la vida pol¨ªtica o acad¨¦mica considera necesario para vigilar el desarrollo de los acontecimientos. Esta misma semana llam¨® al responsable de JP Morgan Chase, Jamie Dimon, para que explique las p¨¦rdidas de 1.5000 millones de d¨®lares provocados por una operaci¨®n arriesgada.
Nos merecemos la creaci¨®n de esa comisi¨®n. De hecho, es inconcebible que todav¨ªa no hayan pasado por el Congreso o por el Senado decenas de personas implicadas de una forma u otra en esta crisis. Ya no se trata solo de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se decida a hacer m¨¢s apariciones p¨²blicas en los momentos en los que su ausencia resulta m¨¢s angustiosa, sino de algo todav¨ªa m¨¢s serio: de que el Parlamento tenga el papel que le corresponde, no solo como legislador sino como veh¨ªculo para que los ciudadanos dispongan de la informaci¨®n necesaria para valorar los acontecimientos.
Conste que para cumplir ese papel, habr¨ªa que preparar concienzudamente las sesiones de audiencia y no incurrir en espantosos precedentes. Nos se trata de llamar a unos y otros y de lanzarles cuatro preguntas generalistas, sino de que los parlamentarios dispongan de la asesor¨ªa imprescindible para preparar no solo la lista de testigos a los que convocar, sino tambi¨¦n de documentos que solicitar y de preguntas que formular, para que se pueda despejar la mara?a de verdades y mentiras en que se nos enreda a los ciudadanos continuamente. La mayor verg¨¹enza seria que los grupos utilizaran la Comisi¨®n para lanzarse acusaciones a la cabeza, sin atender a las necesidades de los ciudadanos.
En cualquier caso, no es posible que el presidente del Gobierno diga en un pasillo del Congreso que la reforma del sistema financiero se esta haciendo ¡°tarde, mal y a rastras¡±, sin que nadie pida explicaciones. ?Por qu¨¦ se hace a rastras y mal? ?Qui¨¦nes lo est¨¢n impidiendo?
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