Gobernar al margen del Parlamento

¡°Revitalizaremos el Parlamento utilizando los procedimientos de debate y la actividad de los diputados y senadores. Recuperaremos el sentido constitucional del decreto ley¡±, se dec¨ªa en la p¨¢gina 174 del ¨²ltimo programa electoral del PP. Pero las mayor¨ªas absolutas relajan los buenos prop¨®sitos electorales sobre el Parlamento y el decreto es el instrumento habitual de este Gobierno.

Cinco meses despu¨¦s de tomar posesi¨®n, Mariano Rajoy ha convertido en decreto casi todo lo que ha tocado. Solo ha dejado de tramitar como decretos las normas que expresamente est¨¢n excluidas de este procedimiento. As¨ª, de los cinco proyectos de ley que han llegado al Congreso en esta legislatura, tres eran leyes org¨¢nicas y otro era el de Presupuestos. Es decir, solo una norma susceptible de ser convertida en decreto se ha escapado.

Rajoy ha aprobado en cinco meses 20 decretos, por ocho de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en ese mismo periodo de su primera legislatura y cinco de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero al inicio de su mandato.

La Constituci¨®n establece en el art¨ªculo 86 que los decretos pueden utilizarse ¡°en caso de extraordinaria y urgente necesidad¡± y limita los asuntos que pueden regular, de tal forma que es una v¨ªa para legislar casi excepcional.

Por eso, establece un procedimiento de convalidaci¨®n en el Congreso y la posibilidad de que se tramite luego como proyecto de ley para debatir e incorporar enmiendas. Sin embargo, el Gobierno solo ha usado cinco veces esta v¨ªa que permite debate y correcciones: el de la reforma laboral, el que resta competencias a las comunidades sobre los r¨ªos y tres de directivas europeas de escaso calado pol¨ªtico. Y eso que con su mayor¨ªa absoluta, el PP no deber¨ªa temer a las enmiendas de la oposici¨®n o la p¨¦rdida de votaciones en comisiones y en pleno.

Al no permitir este tr¨¢mite las correcciones en el Congreso, los cambios se hacen mediante procedimientos al margen del control y el debate. Por ejemplo, el decreto de sanidad fue seguido de la publicaci¨®n en el BOE de una lista de 73 fes de errores, muchas de ellas sobre asuntos de calado y de fondo y no por mera correcci¨®n de defectos. Otro caso fue el de un decreto aprobado con un solo art¨ªculo para satisfacer exigencias de CiU y corregir uno anterior que hab¨ªa sido convalidado y sobre el que se neg¨® tambi¨¦n el tr¨¢mite como proyecto de ley. Con esta f¨®rmula, el Gobierno consigue que un decreto como el de sanidad, que recorta 7.000 millones de euros, se despache en poco m¨¢s de una hora. En Presupuestos, el PP impuso el rodillo y solo acept¨® tres de 3.100 enmiendas de la oposici¨®n, con contenidos tan pol¨ªticamente relevantes como beneficios fiscales al Centenario de la Batalla de las Navas de Tolosa. Otra de las aceptadas era del PSOE y consist¨ªa en rectificar el nombre de una localidad afectada por una conexi¨®n viaria y que figuraba equivocada en el proyecto del Gobierno. Eso fue todo.

Obviamente, los decretos son aprobados en Consejo de Ministros sin di¨¢logo previo y solo se abren negociaciones en v¨ªsperas de la convalidaci¨®n y de forma limitada.

En las pocas normas que se tramitan en el Congreso, el PP ha vetado las comparecencias de sindicatos y empresarios en el debate de la reforma laboral ante la comisi¨®n correspondiente. Esta semana se cierra el plazo de aprobaci¨®n de enmiendas y el PP solo habla con CiU para incorporar algunas de sus modificaciones.

Rajoy no ha comparecido todav¨ªa en pleno monogr¨¢fico sobre la crisis, ni se le espera. Solo ha ido dos veces al pleno por el imperativo legal de dar cuenta de sendas cumbres europeas. En los primeros cinco meses de su segunda legislatura, Zapatero compareci¨® dos veces para hablar solo de la crisis, y en la primera dos, una por la retirada de las tropas de Irak y otra por env¨ªo de efectivos a Hait¨ª. Rajoy ha respondido a 18 preguntas en el Congreso y Zapatero a 31 en id¨¦ntico periodo.

El PP bloquear¨¢ las peticiones de comparecencia sobre Bankia, empezando por las de Rodrigo Rato, Jos¨¦ Luis Olivas y Miguel Blesa, exgestores del banco. Vetar¨¢ la creaci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n y se remite a una subcomisi¨®n que funciona a puerta cerrada.