El pueblo que lo debe todo

Las masas de adosados, unos de color beis claro, otros de ladrillo rojo, escoltan, en la distancia, la silueta casi intacta del castillo del siglo XV. Las glorietas de acceso a Pioz (Guadalajara), a unos 55 kil¨®metros al noreste de Madrid, est¨¢n marcadas con se?ales de alerta: cruce peligroso, acceso a urbanizaciones. Por todas partes asoman conjuntos de casitas nuevas construidas en el furor del boom del ladrillo. Trascastillo, El Bosque del Henares, Valcastillo, Las Suertes, Montealto, La Arboleda, Los Charquillos, Madrebuena. Algunas semivac¨ªas. Nada diferente de lo que puede verse en otros muchos puntos de Espa?a. Lo ¨²nico especial de Pioz es que pasa por ser el pueblo m¨¢s endeudado del pa¨ªs. Seg¨²n su alcaldesa, Amelia Rodr¨ªguez, del PP, la deuda del municipio, que tiene un presupuesto de dos millones de euros, asciende nada menos que a 16 millones.

En medio de la vor¨¢gine diaria de la crisis, Pioz es un ejemplo a peque?a escala del fracaso del modelo de desarrollo que ha imperado en las ¨²ltimas d¨¦cadas en Espa?a. Un pueblo que a mediados de los a?os noventa no llegaba a los 1.000 vecinos invirti¨® millones para convertirse en una ciudad dormitorio de 25.000 habitantes. Las expectativas no se cumplieron y hoy Pioz tiene 3.800 empadronados y un agujero en las finanzas colosales.

Pero ser se?alados como los m¨¢s endeudados por su propia regidora no ha gustado mucho a la mayor¨ªa de los vecinos de toda la vida. Y m¨¢s de uno se pregunta por qu¨¦ fue tan diligente Amelia Rodr¨ªguez al identificar a Pioz como la localidad que tardar¨¢ 7.058 a?os en saldar su deuda (tras acogerse al plan de pago a proveedores), a la que aludi¨® hace unos d¨ªas el secretario de Estado de Administraciones P¨²blicas, Antonio Beteta. Sobre todo porque Beteta habl¨® de un pueblo de Guadalajara, pero se cuid¨® muy mucho de dar nombres.

¡°Yo tampoco dije que fuera este Ayuntamiento. Solo que podr¨ªa ser¡±, aclara la alcaldesa de Pioz, que recibe a la periodista muy seria porque se declara ¡°harta de entrevistas¡± y muy ocupada. Amelia Rodr¨ªguez, de 45 a?os, pelo corto muy negro, viste pantalones oscuros y blusa rosa, y parece muy consciente del revuelo que ha levantado con su denuncia. ¡°Estoy de acuerdo en que no es bueno para el pueblo, pero ?qu¨¦ hago?, ?me callo?¡±. No parece ese el estilo de Rodr¨ªguez, con m¨¢s de dos d¨¦cadas en la pol¨ªtica municipal, que en julio de 2011, poco despu¨¦s de hacerse cargo de la alcald¨ªa, envi¨® circulares a todas las Administraciones explicando la desesperada situaci¨®n de las finanzas locales.

La localidad tardar¨¢ 7.058 a?os en saldar su deuda tras acogerse al plan de pago a proveedores?

¡°Ah¨ª est¨¢n las facturas¡±, dice se?alando un mont¨®n de carpetas blancas apiladas en una estanter¨ªa de su despacho. Deudas de centenares de miles de euros por suministros y mantenimiento, por alumbrado p¨²blico, asesoramiento urban¨ªstico, limpieza de escuelas o pagos pendientes de la piscina municipal. De esta ¨²ltima, seg¨²n Rodr¨ªguez, se abonaron solo 300.000 euros, y la factura con los intereses supera ampliamente el mill¨®n. Ante esta situaci¨®n, ¡°este a?o he tenido que suprimir los toros, porque ten¨ªa que elegir entre las fiestas o la calefacci¨®n de los colegios en invierno¡±, afirma la regidora, que insiste en que su denuncia no es pol¨ªtica. ¡°No se trata de si gobern¨® el PSOE o el PP. Se trata de tener dos dedos de frente¡±, a?ade en clara alusi¨®n a Emilio Rinc¨®n, su antecesor en el cargo.

Rinc¨®n, concejal por el Partido Regionalista de Guadalajara en 1999, ha sido alcalde hasta las ¨²ltimas elecciones de 2011, primero con una agrupaci¨®n independiente, luego con el PSOE, y defiende apasionadamente su gesti¨®n contra las ¡°mentiras¡± de su sucesora. Para empezar, reduce la deuda a la mitad. ¡°En el plan de ajustes que se aprob¨® en el pleno se habl¨® de 5,4 millones de euros, que equivaldr¨ªan al 80% de la deuda, es decir, unos 8 millones de euros, nada de 16 millones¡±. El exalcalde, que trabaj¨® en la construcci¨®n y ahora est¨¢ en paro, es uno de los dos concejales socialistas de Pioz despu¨¦s de la escisi¨®n del partido y la creaci¨®n de Ciudadanos por el Cambio (CuC), que obtuvo cuatro ediles y que ha hecho frente com¨²n con ¨¦l en este tema. ¡°La alcaldesa habla de facturas, pero no las ense?a. Llevamos un a?o pidiendo hablar con la interventora y no lo hemos conseguido¡±, cuenta por tel¨¦fono Vladimiro Pastor, portavoz de CuC en el Ayuntamiento.

Buena parte de la deuda del pueblo procede de la depuradora de agua, que fue construida tras la aprobaci¨®n del plan de urbanismo de 2003 y cuya factura, en torno a los 5,5 millones de euros, estuvo a punto de asumir el Gobierno regional saliente. ?Por qu¨¦ no se hizo por fases? Eran tiempos plet¨®ricos para la construcci¨®n. Desde finales de los noventa, ¡°se doblaba el padr¨®n cada tres o cuatro a?os¡±, dice Pastor. Y la Corporaci¨®n se frotaba las manos. ¡°Pensamos en construir unas 7.000 viviendas con el objetivo de llegar a los 25.000 habitantes¡±, explica Rinc¨®n, de 49 a?os, en el bar Los Cazadores, que atiende un familiar. ¡°Ven¨ªa gente de Madrid y del Corredor del Henares a comprar pisos aqu¨ª. Al menos podr¨ªamos haber llegado a 10.000 empadronados¡±.

Urbanismo exigi¨® un plan de infraestructuras: depuradora, colectores de aguas fecales, alumbrado. ¡°Una inversi¨®n de 12 millones de euros, de los que se pagaron 8 millones¡±, asegura Rinc¨®n. Y llegaron tambi¨¦n la piscina, el centro cultural, el centro m¨¦dico, imprescindibles en una ciudad dormitorio de 25.000 almas. Pero en el verano de 2007 el viento cambi¨® bruscamente. ¡°Las promotoras paralizaron las obras en cuanto vieron que no vend¨ªan la primera fase¡±, recuerda el exalcalde, y todos los proyectos se desinflaron.

¡°Ya, pero el pueblo se ha beneficiado de todo eso. De la piscina, y del centro de salud, que antes era una cuadra, y del centro cultural, que tiene biblioteca y un sal¨®n de actos muy majo¡±. El que habla, Emilio Varela, due?o de una c¨¦ntrica panader¨ªa y vecino de una de las despobladas urbanizaciones de Pioz, se declara consternado por toda la pol¨¦mica. Aunque la biblioteca lleva meses cerrada porque la bibliotecaria est¨¢ de baja, y el flamante centro m¨¦dico solo abre por las ma?anas. Para las urgencias hay que ir a la vecina Chiloeches. Pero ah¨ª est¨¢ la actividad del centro cultural Cervantes, que ha servido, dice Varela, de aglutinante social en un pueblo donde la mayor¨ªa de los habitantes vienen de fuera. Aunque no sean los so?ados 25.000, sino una peque?a fracci¨®n sobre la que planea la deuda.?