Ni un d¨ªa de respiro para el Gobierno

Si hay algo de lo que siempre ha presumido Mariano Rajoy es de ser previsible. Y, sin embargo, desde que lleg¨® al Gobierno pr¨¢cticamente ha mantenido a los suyos en un sobresalto permanente. Nadie, o casi nadie, sabe bien qu¨¦ piensa el presidente, qu¨¦ movimientos seguir¨¢, qu¨¦ decisiones tomar¨¢. Todo en el mundo de Rajoy es una sorpresa constante. Incluso algo tan sencillo y previsible como una rueda de prensa.

Las escenas que se vivieron en La Moncloa en la ma?ana del domingo delatan esa particular manera de hacer del presidente. Todo el d¨ªa anterior, y hasta las diez de la ma?ana del domingo, los portavoces oficiales insist¨ªan en que no hab¨ªa ninguna comparecencia prevista. La l¨®gica y el olfato de algunas fuentes indicaban lo contrario, pero oficialmente se negaba. Rajoy se iba a ir a Polonia sin hablar. ?Qu¨¦ pasaba? Que el presidente dudaba, y no se animaba a confirmarle a nadie su decisi¨®n.

Cuando decidi¨® dar la cara, La Moncloa envi¨® a las 10.29 un mensaje para convocar la rueda de prensa a las 12.00. Pero pill¨® tan de sorpresa a todos, que no hab¨ªa funcionarios de la Secretar¨ªa de Estado de Comunicaci¨®n para atender a los periodistas ni polic¨ªas suficientes para controlarlos. Todos fueron movilizados de urgencia en sus lugares de descanso e hicieron lo que pudieron para atender a los informadores a toda velocidad. Pero no por una crisis de ¨²ltima hora, sino porque el presidente no tom¨® la decisi¨®n hasta el ¨²ltimo minuto. Tanto, que el PP tuvo que cancelar a toda prisa la rueda de prensa convocada a la misma hora por su portavoz, Carlos Floriano.

Para defenderle, los suyos aseguran que Rajoy es un motor di¨¦sel, de combusti¨®n lenta pero muy fiable. Va m¨¢s despacio, pero dura m¨¢s y consume menos. Sus cr¨ªticos, por el contrario, ven cada vez m¨¢s claro que toma las decisiones arrastrado, en el ¨²ltimo minuto. Y, si puede, limita al m¨¢ximo las explicaciones.

Poco antes de la ¨²ltima cumbre informal de la UE, celebrada el 23 de mayo en Bruselas, La Moncloa trat¨® de mostrar que Rajoy estaba cambiando su pol¨ªtica y hab¨ªa decidido dar m¨¢s explicaciones. Anunci¨® que el presidente comparecer¨ªa en el Congreso inmediatamente despu¨¦s de esa cumbre. Pero ¨¦l, siempre imprevisible, cambi¨® de idea. Y ahora mantiene que, pese al rescate, no comparecer¨¢ hasta julio, despu¨¦s de la cumbre del 28 y 29 de junio. Por eso muchos de sus ministros y portavoces del PP sufren cuando les preguntan qu¨¦ va a hacer el presidente: no tienen ni idea.

Rajoy trata de ofrecer imagen de normalidad. Sin embargo, nada es normal, y el presidente vive obsesionado, como antes Zapatero, por la prima de riesgo. A Rajoy le cost¨® much¨ªsimo decidirse a pedir el rescate. Trat¨® de evitarlo hasta que no pudo aguantar m¨¢s la presi¨®n de sus socios europeos. Pero el domingo, dicen los suyos, se le ve¨ªa aliviado y disfrutando del partido de f¨²tbol en Polonia. Estaba convencido de que los mercados le dar¨ªan una tregua al menos hasta las elecciones griegas, unos d¨ªas. As¨ª empez¨® la ma?ana, con buenos datos, pero de nuevo la prima de riesgo se dispar¨® muy por encima de 500 por la tarde. Y el Gobierno volvi¨® a la angustia: ni un d¨ªa de respiro.