Las mujeres del carb¨®n, desalojadas de las tribunas del Senado por protestar
Las mujeres de los mineros logran llegar a la C¨¢mara alta tras, aunque con alguna traba. Solo un centenar puede entrar para presenciar las votaciones. El resto grita en la calle. El centenar de mujeres acreditadas han sido expulsadas por proferir c¨¢nticos
La caravana de mujeres de mineros de las cuencas de Le¨®n, Asturias y Arag¨®n ha llegado al Senado para protestar por la situaci¨®n del sector. Han sido unas 400, de las que 110 estaban acreditadas para asistir desde la tribuna de invitados a las votaciones de las enmiendas a los Presupuestos que se refieren a las ayudas a la miner¨ªa del carb¨®n. Estas han visto en el sal¨®n de plenos c¨®mo era rechazada por la mayor¨ªa absoluta del PP una de esas enmiendas en apoyo al sector. Ante ese rechazo, han comenzado a cantar y a exhibir lemas y han sido desalojadas del hemiciclo.
En contra de lo que se esperaba, ning¨²n senador del PP ha roto la disciplina de voto, si bien la senadora por Teruel Carmen Azuara ha decidido no votar. Ante el resultado de la votaci¨®n, la forma de protestar de las mujeres que estaban en la tribuna sido gritar Aqu¨ª est¨¢n, estas son, las mujeres del carb¨®n y entonar En el pozo Maria Luisa, c¨¢ntico en honor de Santa B¨¢rbara Bendita, patrona de los mineros. Adem¨¢s, algunas han sacado del bolso las camisetas negras con frases de apoyo a la miner¨ªa que hab¨ªan tenido que quitarse para poder entrar en el edificio. El presidente del Senado, P¨ªo Garc¨ªa Escudero, no ha permitido esa actitud y les ha pedido que abandonaran la sala.
La mayor¨ªa ha salido en orden, aunque a¨²n cantando. Una sin embargo se ha agarrado a la barandilla y ha comenzado a insultar a los senadores, por lo que ha tenido que ser desalojada a la fuerza. Mientras la votaci¨®n de las enmiendas a los Presupuestos se reanudaba en el hemiciclo, las mujeres de los mineros han ido abandonando el Palacio del Senado y se han unido al resto de compa?eras que las esperaban fuera.
La protesta hab¨ªa comenzado entorno a las seis y media, cuando llegaron a Madrid los autobuses que las tra¨ªan desde las diferentes cuencas mineras. El punto de encuentro fue la Plaza de Espa?a, cercana a la C¨¢mara alta. Cuando estuvieron todas, comenzaron la marcha. El negro de sus ropas contrastaba con los colores de las banderas de sus regiones y las pancartas que portaban.
Desde ese primer momento han estado vigiladas por un fuerte dispositivo policial ante el que ellas han gritado: Somos mineros, no terroristas. Los agentes han intentado que no protestasen justo delante de la puerta del Senado pero no lo han conseguido. En los ¨²ltimos metros del camino las esperaban algunos dirigentes socialistas que las han acompa?ado hasta el final del recorrido.
Los kil¨®metros que llevaban a cuesta no han hecho mella en ella. Durante las aproximadamente tres horas que han estado protestando en la capital se las ha visto muy animadas y dispuestas a que se las oyera. Madres, esposas e hijas de mineros, mujeres de todas las edades, han hecho todo lo posible para ello. Con silbatos, petardos, cacerolas y trompetas, no han dejado de corear lemas como Tenemos ovarios, tenemos huevos, somos las mujeres de los mineros.
¡°Estamos aqu¨ª para demostrar que apoyamos las enmiendas que pretenden que se mantengan las ayudas al sector¡±, explica Isabel, despu¨¦s de varias horas de autob¨²s desde Fabero, en la comarca leonesa de El Bierzo. Junto a ella, Mari Paz, de la misma localidad, a?ade: ¡°Queremos que se escuche nuestra protesta y ver si los senadores del Partido Popular de Le¨®n, Asturias y Arag¨®n pueden mirarnos a la cara, porque saben que con sus votos esas enmiendas saldr¨ªan adelante¡±. Ambas, con pr¨¢cticamente todos los hombres de sus familias trabajando en la mina, hac¨ªan estas declaraciones a las puertas de la C¨¢mara alta, a la espera de poder entrar en el edificio. Ellas eran dos de las aproximadamente 110 acreditadas.
¡°Todo nuestro pueblo trabaja en el carb¨®n. Si nos quitan la mina nos quitan el pueblo¡±, sentencia Pilar Ortiz, de Ari?o (Teruel). Su marido lleva 16 a?os trabajando en la mina. Ella es de las que se ha quedado protestando fuera del Senado en una concentraci¨®n cuyos pitos pod¨ªan o¨ªrse dentro.
Con el objetivo de haberse hecho o¨ªr cumplido, las mujeres de los mineros se han subido a los autobuses que las llevaban de vuelta a casa.
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