D¨ªvar deja un Poder Judicial interino
El conservador Fernando de Rosa accede al sill¨®n de mando de los jueces tras 33 d¨ªas de convulsi¨®n por el esc¨¢ndalo de los viajes de lujo del anterior presidente
La dimisi¨®n ayer de Carlos D¨ªvar, primera autoridad judicial del Estado, por el esc¨¢ndalo de sus largos viajes de fin de semana a Marbella abre un nuevo escenario de interinidad e incertidumbres tanto en el Consejo General del Poder Judicial como en el Tribunal Supremo. La presidencia del Consejo la asume provisionalmente el vocal conservador Fernando de Rosa y la del Supremo, el magistrado progresista Juan Antonio Xiol.
El todav¨ªa presidente del Consejo (dejar¨¢ de serlo en los pr¨®ximos d¨ªas, en cuanto el Consejo de Ministros lo ratifique y el BOE publique su renuncia) tiene 70 a?os y acceder¨¢ directamente a la jubilaci¨®n. D¨ªvar se va sin haber detallado c¨®mo, con qui¨¦n y en concepto de qu¨¦ endos¨® a las arcas del Consejo, entre noviembre de 2008 y el pasado mes de marzo, unos 29.000 euros que importaron sus 32 viajes de dilatados fines de semana a Puerto Ban¨²s (Marbella) y otros destinos.
Se marcha, adem¨¢s, con el estigma de ser el primer presidente del Tribunal Supremo espa?ol de los 44 existentes que, en sus 200 a?os de existencia, se ve forzado a dejar su puesto. Y lo hace envuelto en un esc¨¢ndalo que hab¨ªa desatado en la calle, y en la carrera judicial, un clamor pidiendo su dimisi¨®n. Hombre de s¨®lidas convicciones religiosas, D¨ªvar salt¨® desde la presidencia de la Audiencia Nacional al primer sill¨®n de la justicia espa?ola a instancias del expresidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que propuso su nombre en La Moncloa al entonces l¨ªder de la oposici¨®n, Mariano Rajoy, que acept¨®.
D¨ªvar califica de ¡°desproporcionada y cruel¡± la campa?a desatada
En la pelea pol¨ªtica entre el PP y el PSOE por colocar a un mayor n¨²mero de vocales afines en el seno del Poder Judicial, y tras haber pactado un reparto de nueve vocales cada grupo y dejar uno a CiU y otro al PNV, caus¨® gran sorpresa que los socialistas propusieran para la c¨²spide del Consejo y el Supremo a un juez eminentemente conservador.
Desde el principio cont¨® con muchos detractores. Dentro y fuera del Consejo y del Supremo muchos tildan de gris su mandato. Solo era un voto m¨¢s. De hecho, en gran parte de las decisiones importantes que ha adoptado este Consejo no ha pasado de ser un convidado de piedra. En su empe?o de parecer moderado, a veces votaba con los conservadores, las m¨¢s, y otras con los progresistas. Su influencia era escasa y no pocas veces ha estado a merced de las camarillas, aut¨¦ntico poder, surgidas entre los 20 vocales (con el presidente, 21) y que han campado en el Consejo del Poder Judicial en estos tres a?os y medio de legislatura. Hace un par de meses, los dem¨¢s vocales frustraron su deseo de nombrar magistrado del Tribunal Supremo a su jefe de gabinete en el Consejo.
Ayer, tras 33 d¨ªas de convulsi¨®n en el ¨®rgano de gobierno de los m¨¢s de 4.500 jueces espa?oles, D¨ªvar confirm¨® oficialmente que arrojaba la toalla. Rode¨® su renuncia de ¡°cierta emotividad¡± y asumi¨® que su continuidad ¡°era insostenible¡±, adem¨¢s de tachar de ¡°cruel y desproporcionada¡± la campa?a contra sus viajes de lujo. S¨ª pidi¨® ¡°disculpas¡± por el da?o que, dijo, hubiera ¡°podido ocasionar a los jueces sencillos, y a la carrera judicial¡±. A ellos dedic¨® su marcha. Pero de autocr¨ªtica y contrici¨®n, nada. Y mantuvo que no tiene ¡°conciencia¡± de haber hecho ¡°nada malo¡±.
Hab¨ªa tres puntos en el orden del d¨ªa del pleno: debate sobre la situaci¨®n generada en el Consejo por los viajes; petici¨®n de dimisi¨®n, defendida por cuatro vocales, y, de fracasar esta, votaci¨®n para su destituci¨®n, instada por Jos¨¦ Manuel G¨®mez Ben¨ªtez. Aunque D¨ªvar coment¨® que no ¡°guarda rencor¡± a nadie, varias veces fij¨® su mirada en ¨¦l mientras articulaba su discurso de despedida. G¨®mez Ben¨ªtez es el vocal progresista que accedi¨® a las facturas y destinos de sus viajes y acab¨® denunci¨¢ndolos ante la Fiscal¨ªa General del Estado. Algunos consejeros temieron que D¨ªvar forzase una votaci¨®n para conocer in extremis sus apoyos. Pero llevaba d¨ªas oteando a su alrededor y solo intuy¨® cercan¨ªa en los vocales conservadores Concepci¨®n Espejel y Claro Jos¨¦ Fern¨¢ndez Carnicero. Los dem¨¢s ya le hab¨ªan advertido, directa o indirectamente, que solo y¨¦ndose lograr¨ªa diluir la crisis institucional abierta en el ¨®rgano de gobierno de los jueces espa?oles. El Consejo es el que elige a los altos cargos de la carrera judicial y el que sanciona las infracciones de los jueces.
El nuevo presidente apuesta por trabajar para fortalecer el prestigio
Tras decir que se iba, decayeron los otros dos puntos del orden del d¨ªa, y solo intervino el vicepresidente, Fernando de Rosa, que le sustituir¨¢ provisionalmente. De Rosa mir¨® hacia atr¨¢s en el pleno y hacia adelante en la rueda de prensa posterior. De su boca sali¨® la propuesta, que el pleno acept¨® por unanimidad, para que se ¡°reconozca la labor del presidente en estos tres a?os y medio al frente del Consejo y en sus 43 a?os como juez¡±. Tambi¨¦n avanz¨® que no habr¨¢ ¡°interinidad¡± en el cometido del Consejo, y que ¡°seguir¨¢ desarrollando los importantes proyectos en los que viene trabajando¡± para ¡°mejorar la justicia en favor de los ciudadanos¡±.
De Rosa indic¨® que no ¡°se pondr¨¢ en marcha ning¨²n tipo de mecanismo para la elecci¨®n del presidente¡± hasta que sea haga efectiva en el BOE la renuncia de D¨ªvar. La publicaci¨®n en el Bolet¨ªn Oficial del Estado depende ahora del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, que ayer apost¨® por ¡°mirar adelante¡± y trabajar para fortalecer el prestigio de los jueces. Ese tr¨¢mite podr¨ªa resolverse la semana que viene.
Sin embargo, el futuro inmediato del Consejo puede convertirse en un camino de espinas. No ser¨¢ f¨¢cil suplir las interinidades y nombrar a un nuevo presidente del Consejo y del Supremo. Y menos en un Poder Judicial donde hace tiempo que las disciplinas de grupo (progresistas y conservadores) saltaron por los aires y solo se alcanzan consensos a nivel de camarillas y afinidades personales. Reunir los 12 votos m¨ªnimos (del total de 20) precisos para elegir a un nuevo presidente se presenta como una tarea ardua. La idea es que el sustituto de D¨ªvar sea alguien cuyo acceso a la jubilaci¨®n coincida con los 15 meses de legislatura que quedan a este Consejo. Ya hay quinielas: suenan los nombres de los magistrados del Supremo Carlos Granados, Rafael Fern¨¢ndez Montalvo y Roberto Henr¨ªquez, entre otros.
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