El Gobierno impulsa la reinserci¨®n de etarras con otra libertad condicional

En medio de los rifirrafes del Gobierno con la izquierda abertzale, las amenazas de ilegalizaci¨®n del Ejecutivo y la reuni¨®n del l¨ªder del PNV, I?igo Urkullu, con Mariano Rajoy, que vers¨® fundamentalmente sobre la pol¨ªtica penitenciaria del Gobierno, los pasos para los presos de la v¨ªa Nanclares ¡ªapenas una veintena de los 500 reclusos de la banda en c¨¢rceles espa?olas¡ª siguen adelante. Joseba Andoni Diaz Urrutia, al que el Ministerio del Interior concedi¨® en abril el tercer grado penitenciario (el segundo otorgado por el Gobierno del PP), lograr¨¢ esta semana la libertad condicional.

Ser¨¢ el juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional, Jos¨¦ Luis de Castro, el que tome la decisi¨®n definitiva, pero es Instituciones Penitenciarias quien tramita el expediente de la libertad condicional ¡ªlo habitual tras la concesi¨®n del tercer grado¡ª y quien hace la recomendaci¨®n de libertad, como ha ocurrido en este caso. El expediente se remiti¨® al juzgado hace semanas.

Diaz Urrutia, sin delitos de sangre, cumple pena en estos momentos en la nueva c¨¢rcel de Zaballa (?lava), pero lleva en prisiones vascas desde junio de 2011, cuando fue trasladado a la clausurada Nanclares de Oca despu¨¦s de romper definitivamente con ETA. En octubre de 2011 se le aplic¨® el art¨ªculo 100.2 del reglamento penitenciario que le permit¨ªa salir de prisi¨®n de lunes a viernes para estudiar o trabajar por haber cumplido con los requisitos que exige la ley a los presos por terrorismo: pedir perd¨®n a las v¨ªctimas y rechazar la violencia. En su caso, no fue necesario que cumpliera otra de las exigencias, la de hacer frente a las indemnizaciones civiles, porque no tiene v¨ªctimas directas.

El recluso fue condenado a seis a?os y nueve meses de c¨¢rcel el 19 de noviembre de 2007 por la Audiencia Nacional en el caso Ekin, instruido por el exjuez Baltasar Garz¨®n. Diaz Urrutia, antiguo miembro de KAS, fue sentenciado por formar parte del sistema de financiaci¨®n de ETA. Era socio de Ganusmar, una empresa de exportaci¨®n de bacalao a Cuba de la que formaban parte como apoderados dos exiliados de la organizaci¨®n en ese pa¨ªs. La sentencia acusaba al preso de haberla puesto a disposici¨®n de KAS y, por tanto, de la banda.

Diaz Urrutia ser¨¢ el tercer preso que culmina la denominada v¨ªa Nanclares con la obtenci¨®n de la libertad condicional. El juez de vigilancia de la Audiencia ya se la concedi¨® el 7 de mayo a Fernando de Luis Astarloa y Jos¨¦ Manuel Fern¨¢ndez P¨¦rez de Nanclares. La fiscal¨ªa de ese tribunal, sin embargo, recurri¨® esa decisi¨®n para que se les impusiera la prohibici¨®n de acercarse a Bilbao. El recurso se present¨®, sorprendentemente, en contra de la posici¨®n de Instituciones Penitenciarias ¡ªes decir, de Interior¡ª, que no hab¨ªa pedido al juez esa restricci¨®n. El fiscal tampoco hab¨ªa pedido el alejamiento en los pasos anteriores: ni cuando tuvieron permisos penitenciarios ni cuando accedieron a la semilibertad. En el caso de Diaz Urrutia, al no haber v¨ªctimas directas, no podr¨¢ producirse la misma situaci¨®n.

La v¨ªa Nanclares, convertida ahora ¡ªcon algunos matices¡ª en el nuevo plan de reinserci¨®n de presos del Ministerio del Interior anunciado a finales de abril, no avanza. Desde que ETA anunciara el cese de su actividad armada el pasado octubre, ning¨²n otro preso de la organizaci¨®n se ha separado de la misma. El l¨ªder del PNV, I?igo Urkullu, pidi¨® precisamente anteayer al presidente Rajoy que de algunos pasos adelante en materia penitenciaria. Tanto el PNV como el PSE piden, en concreto, acercamientos selectivos de presos a prisiones vascas para favorecer la reinserci¨®n.

Por otra parte, agentes de la polic¨ªa detuvieron ayer en Bilbao a Maialen Zuazo, condenada a siete a?os de c¨¢rcel por colaboraci¨®n con organizaci¨®n terrorista por la Audiencia Nacional y en libertad bajo fianza de 60.000 euros desde noviembre. Los agentes la arrestaron para conducirla a prisi¨®n, despu¨¦s de que el Supremo confirmara su sentencia.