El reinado de Bildu, a?o primero
Los primeros 365 d¨ªas de reinado institucional de la izquierda ¡®abertzale¡¯ en Gipuzkoa han disipado los peores temores. Las grandes obras se han cambiado por folclore y gui?os de complicidad con los presos de ETA
Las heridas siguen abiertas porque estos que ahora ocupan el poder son los que nos se?alaban y pasaban informaci¨®n sobre nosotros, pero la tensi¨®n se ha rebajado mucho. De vivir con miedo y hasta con p¨¢nico hemos pasado a cierta tranquilidad¡±, indica Patxi Elola, concejal del PSE de Zarautz (Gipuzkoa). ¡°El Ayuntamiento se ha gastado en un a?o 4 de los 12 millones de euros que nosotros dejamos en caja. No tienen experiencia, se les ve perdidos en la gesti¨®n, sin iniciativas. No buscan subvenciones, ni financiaci¨®n exterior. Por lo visto, piensan que el dinero de Madrid vale menos y que como en el de Vitoria est¨¢ el PSOE, tampoco merece la pena intentarlo¡±, comenta Jon Redondo, concejal del PNV de Orio y anterior alcalde de ese municipio guipuzcoano.
Un a?o despu¨¦s de su asalto, electoral, al palacio de invierno de la Diputaci¨®n de Gipuzkoa y a un centenar de Ayuntamientos, incluido el de San Sebasti¨¢n, el reinado institucional de Bildu, el mayor alcanzado por la antigua Batasuna en su historia, transcurre con m¨¢s pena que gloria, entre la indiferencia, el desd¨¦n o la irritaci¨®n mayoritaria. Si no fuera por la falta de iniciativa, la par¨¢lisis total en las grandes infraestructuras y la simbolog¨ªa pol¨ªtica de sus nuevos gobernantes, la vida en Bildulandia, Bilducracia, Bildust¨¢n ¡ªexpresiones que han hecho fortuna para referirse a la Gipuzkoa gobernada por la izquierda abertzale¡ª podr¨ªa ser asimilable a la de cualquier otro ¨¢mbito institucional y territorial.
La mec¨¢nica administrativa y los servicios municipales funcionan por s¨ª mismos, y si San Sebasti¨¢n est¨¢ algo m¨¢s sucia es por los ahorros a los que obliga la crisis. Una viva pol¨¦mica sobre el m¨¦todo de recogida de basuras, denominado puerta a puerta, que Bildu se propone aplicar en todos los municipios bajo su control y que obliga a separar los residuos y se?alar la familia de procedencia, ha venido a entreverar agriamente el consabido cruce de perspectivas entre Gobierno y oposici¨®n. La novedad estriba en que las fuerzas opositoras est¨¢n moviliz¨¢ndose con recogidas de firmas y concentraciones en un ejercicio de desaf¨ªo a la gesti¨®n de la izquierda abertzale.
Frente a las acusaciones de radicalidad, la Diputaci¨®n guipuzcoana hace un balance triunfante y positivo
Es viernes por la ma?ana en Mondrag¨®n (Gipuzkoa), cuna de las cooperativas industriales vascas y feudo tradicional de la antigua Batasuna. A la entrada del mercadillo de la plaza de Udalpe, cuatro j¨®venes piden firmas contra el prop¨®sito de la alcald¨ªa de aplicar el modelo de puerta a puerta. Han instalado un par de mesas y paneles con fotograf¨ªas que muestran bolsas de basura colgando de ganchos fijados en las fachadas de las casas. Puerta a puerta-Atez atekoa, stop, es el lema de la campa?a y el que da nombre a la plataforma ciudadana que la promueve. ¡°A ver, a ver si les paramos con las firmas¡±, comenta una mujer de mediana edad que acaba de estampar su firma bajo su DNI. ¡°Llevamos recogidas m¨¢s de 4.000 adhesiones y ahora que se han sumado grupos del sector nacionalista seguro que superamos los 8.000.
No est¨¢ mal para una poblaci¨®n de 22.000 personas¡±, explica un joven de complexi¨®n fuerte, pelo corto y barba de varios d¨ªas. ?scar Garc¨ªa tiene 33 a?os, es cooperativista de Fagor Ederlan y portavoz de la plataforma. Dice que el pueblo est¨¢ respondiendo muy bien, ¡°quitando a los que nos llaman hijos de puta, vendidos o fascistas. No asimilan que la gente est¨¢ poco a poco despertando y empieza a perderles el miedo¡±, dice. No parece el caso de Zizurkil, una poblaci¨®n de 2.800 almas tambi¨¦n gobernada por Bildu. ¡°Aqu¨ª nos pasamos los papeles para la firma como si estuvi¨¦ramos trapicheando con algo ilegal. La gente todav¨ªa no les ha perdido el miedo¡±, afirma un comerciante local. Contra la declarada vocaci¨®n batasuna por la f¨®rmula del referendo, el Ayuntamiento de Mondrag¨®n no piensa convocar una consulta popular sobre el asunto. ¡°No es ¨¦tico plantear una alternativa, como la de la incineradora, que pone en peligro el medio ambiente y la salud de los ciudadanos¡±, indica el alcalde Inazio Azkarragaurizar, de Bildu.
Pese a la euforia institucional, Bildu tiene su mirada puesta en la excarcelaci¨®n de los presos de ETA
Frente a las acusaciones de radicalidad y falta de rumbo, la Diputaci¨®n guipuzcoana hace un balance triunfante, positivo y provechoso, pero todo tiene un aire convencional, el sello habitual de la impostaci¨®n y exageraci¨®n pol¨ªtica. En el universo pol¨ªtico de la izquierda abertzale, tan descalificador y exigente con los dem¨¢s, la percepci¨®n de que su gobernanza es ordinaria y gris supone la constataci¨®n del fracaso. Con todo, conviene tener en cuenta el car¨¢cter antisistema y la concepci¨®n instrumental de las instituciones de esta formaci¨®n que solo pone en la cesta de la gesti¨®n una parte de sus activos. Vienen de combatir y parasitar al sistema y no pueden aceptar que la sagrada causa independentista-socialista quede hipotecada a las servidumbres de la actividad institucional. Para ellos, se trata de combinar y complementar los planos dentro-fuera, servirse de los organismos p¨²blicos para ganar estructura, cuerpo social y electoral, imponer su relato, su orden de valores.
Las siglas ETA no han sido declaradas material de desecho. Siguen siendo una referencia a proteger de la condena, un talism¨¢n, quiz¨¢, sobre el que construir el futuro relato de la ¡°liberaci¨®n nacional¡±. Y es que, m¨¢s que el desenlace de un proceso de depuraci¨®n moral, la ¡°conversi¨®n¡± de Batasuna ha sido un asunto de coste-beneficio. ¡°Una de sus primeras medidas fue quitar los carteles que dec¨ªan Zarautz, pueblo sin pena de muerte. ETA No¡±, se?ala Patxi Elola. Las carteladas y grandes pintadas a favor de los presos est¨¢n reapareciendo profusamente.
Juan Karlos Izagirre, alcalde de San Sebasti¨¢n, ciudad en la que ETA asesin¨® a un centenar largo de ciudadanos, subvenciona con 9.000 euros una pel¨ªcula sobre los presos de ETA, cede el palacio de Aiete y costea los movimientos de Brian Currin y al resto de mediadores internacionales de Batasuna, pero no convoca al Foro de V¨ªctimas del Terrorismo, que preside formalmente. Los gui?os a los presos ¡ªel diputado general de Gipuzkoa, Mart¨ªn Garitano, acostumbra a portar un pin con el n¨²mero carcelario del pretendido Mandela blanco, Arnaldo Otegi¡ª se combinan con actos institucionales como el homenaje del Ayuntamiento de Lasarte a Aiora Zulaika, payasa profesional y exconcejala de ese consistorio que se neg¨® a condenar el asesinato de un compa?ero de corporaci¨®n, el socialista Froil¨¢n Elespe.
La Diputaci¨®n ha creado una lista de ciudadanos que desean recibir sus comunicaciones exclusivamente en euskera
El poder que Bildu ejerce en un centenar de municipios vascos y 17 navarros es una plataforma inmejorable para el blanqueo del pasado terrorista y la creaci¨®n de un relato mistificador que les exonere de culpa ante la historia. Porque, pese a la euforia institucional que viven, Bildu tiene su mirada puesta en la negociaci¨®n y la excarcelaci¨®n de los presos de ETA, en los problemas internos que les genera la ralentizaci¨®n del proceso. Tampoco su patio dom¨¦stico es una balsa de aceite.
A caballo entre los dos planos, Mart¨ªn Garitano inaugura un nuevo tramo de la autov¨ªa Beasain-Bergara invocando la necesidad de ¡°vertebrar¡± Euskadi, al tiempo que mantiene su rechazo al tren de alta velocidad que comunicar¨¢ a las tres capitales vascas. Los Gobiernos de Gipuzkoa y de San Sebasti¨¢n se han sumado a las huelgas generales e incluso a la llevada a cabo en la Administraci¨®n p¨²blica, de la que son patrones. Por supuesto, tambi¨¦n la bandera de Espa?a entra en el juego gestual. Llegado el caso, se la deja ondear en la fachada del Ayuntamiento, como marca la ley, aunque deshilachada: esa imagen es el mensaje. Si hay denuncias, se la coloca junto al resto de las ense?as a ras de suelo y al alcance de cualquiera que considere a la rojigualda una provocaci¨®n insoportable.
¡°Est¨¢n m¨¢s ocupados en la soberan¨ªa nacional que en los municipios y no parece preocuparles la reducci¨®n del n¨²mero de congresos¡±, apunta Ram¨®n G¨®mez, concejal donostiarra del PP. Lejos de la avalancha de visitantes que se produjo en las pasadas treguas, el turismo en San Sebasti¨¢n ha registrado un descenso acusado en contraste con lo ocurrido en el resto de Euskadi. Los ingresos por el turismo suponen la cuarta parte del PIB de la ciudad.
El turismo en San Sebasti¨¢n ha registrado un descenso acusado en contraste con lo ocurrido en Euskadi
La atm¨®sfera pol¨ªtica contin¨²a siendo m¨¢s espesa y avinagrada a medida que uno se aleja de los grandes escaparates institucionales y se adentra en la provincia. ¡°Ya no siento la amenaza del tiro en la nuca, pero tengo que seguir soportando que me insulten. En marzo, el p¨²blico que asist¨ªa al pleno municipal me llam¨® asesina porque me negu¨¦ a pedir la puesta en libertad de los dos etarras que acababan de ser detenidos en el pueblo¡±, se lamenta Asun Guerra, concejal del PP en Andoain.
Tampoco el balance del plan social de la Diputaci¨®n guipuzcoana ¡ª¡°invertiremos en las personas¡±, que dec¨ªan¡ª es como para sacar pecho. Aquella larga bater¨ªa de medidas, 101, llamada a alumbrar nuevos caminos y formas de hacer pol¨ªtica se ha quedado en gran medida en agua de borrajas, empantanada en los imponderables de la realidad o pendiente de ejecutar por falta de presupuesto. No han llevado a cabo su proyecto estrella: el subsidio de la renta b¨¢sica de la ciudadan¨ªa de car¨¢cter ¡°universal, individual e incondicional¡±, pero al menos van a aplicar un complemento de las pensiones m¨ªnimas. Las ayudas a los parados, el fin de las listas de espera, la erradicaci¨®n de la pobreza y el resto de medidas destinadas a desplegar la pol¨ªtica social ¡°con may¨²sculas¡±, que rezaba la propaganda bilduliana, permanecen en el cap¨ªtulo de las buenas intenciones. De exigir en la oposici¨®n la retirada de los peajes de autopista han pasado a tratar de imponer durante el verano un incremento tarifario de 50 c¨¦ntimos para los usuarios no habituales.
Una cr¨ªtica com¨²n de la oposici¨®n es que Bildu solo gobierna para su electorado, como si su acceso al poder se hubiera producido por la aplicaci¨®n autom¨¢tica de los resultados electorales y no por su pacto con el PNV y la incapacidad de la oposici¨®n para forjar una alternativa. Aunque cuenta con 8 de los 27 ediles donostiarras y con 22 de los 51 junteros guipuzcoanos ¡ªde ah¨ª lo excesivo del t¨¦rmino Bildulandia y semejantes¡ª, la coalici¨®n formada por la antigua Batasuna, los restos de EA y el grup¨²sculo Alternatiba se niega a cumplir mociones aprobadas sin sus votos y soslaya o ignora los planteamientos mayoritarios. ¡°En el gobierno, hacen de su capa un sayo¡±, ¡°lo suyo es imponer¡±, ¡°llevan el autoritarismo en su ADN¡±, reiteran los opositores a Bildu.
La coalici¨®n ha acordado con el PNV la prolongaci¨®n del presupuesto de San Sebasti¨¢n, y con el PSE, el aumento de las tasas, pero es evidente que ni el pacto ni el respeto a la pluralidad est¨¢n en su cultura. Los nuevos gestores mantienen hacia el espa?ol y lo espa?ol una actitud mental refractaria. La presencia cultural de lo espa?ol se reserva para el caso de que resulte ineludible o como referencia pintoresca que refuerza la distancia, la diferencia, la exclusividad. As¨ª, la Diputaci¨®n ha creado un listado de ciudadanos que desean que sus comunicaciones con las instituciones se hagan exclusivamente en euskera y ha dado dinero a la ikastola Lodosa (Navarra). Vuelve ¡°lo de aqu¨ª¡±, la trikitixa, el bertsolarismo y el rock radikal vasco tan cultivado por los adoradores de ETA. Se instala la mirada endog¨¢mica en una ciudad que a lo largo de su historia ha hecho valor de su cosmopolitismo y liberalismo.
¡°Est¨¢n haciendo que Gipuzkoa se hunda, pero lo que me parece particularmente grave es que el primer diputado general de la izquierda abertzale no haya hecho nada en materia de pacificaci¨®n o normalizaci¨®n¡±, reprocha Rafaela Romero, juntera del PSE. Aunque en su campa?a electoral pidi¨® un vendaval de votos para asentar el proceso de paz, Mart¨ªn Garitano dice que ETA ya ha dado los pasos que deb¨ªa dar y que no es imprescindible que se disuelva y entregue las armas. Eso s¨ª, aboga por el acercamiento inmediato de los ¡°prisioneros pol¨ªticos vascos¡± y su excarcelaci¨®n progresiva hasta que no quede ninguno entre rejas. ¡°El pasado, pasado. Hay que mirar al futuro con grandeza pol¨ªtica y amplitud de miras. No soy partidario de que haya vencedores y vencidos¡±, ha declarado.
Garitano inaugura un tramo de la autov¨ªa Beasain-Bergara al tiempo que rechaza el tren de alta velocidad
Otro de los elementos con que la oposici¨®n PNV, PSE y PP caracteriza a los nuevos mandatarios es su adanismo, la creencia de que nadie antes se hab¨ªa enfrentado a los problemas que han descubierto al llegar al poder. La negativa a construir el suburbano o la pasarela de Monp¨¢s, destinada a prolongar el litoral urbano donostiarra, que contaba con una subvenci¨®n del Gobierno central de nueve millones de euros, y el rechazo a la ubicaci¨®n de la nueva estaci¨®n de autobuses se complementan con la falta de alternativa a los proyectos de regeneraci¨®n de la bah¨ªa de La Concha, la falta de propuestas socioecon¨®micas, la inexistente relaci¨®n con la patronal.
El ¡°lo estamos estudiando¡± inicial se ha convertido en un sonsonete que deja al descubierto la falta de programa. Bildu es contrario al copago en los servicios p¨²blicos y rechaza los recortes salariales y las ayudas directas a las empresas. Salvo en el terreno fiscal, donde tienen muy claro el aumento del IRPF y el impuesto de sociedades, da la impresi¨®n de que el resultado electoral les qued¨® demasiado grande. Ante la escasa visibilidad de su gesti¨®n y esa imagen de gobernanza chata y sin relieve que transmite, Bildu ha hecho de las basuras el t¨®tem sagrado. Es lo que les permite estar en boca de todos y satisfacer a ese mundillo que se reivindica ecologista y que tan poco cr¨ªtico se mostr¨® cuando ETA atentaba contra personas y empresas.
El problema es que el puerta a puerta (¡°econ¨®mico, ecol¨®gico, eficaz¡±, seg¨²n Bildu; ¡°sucio, antiest¨¦tico, engorroso, caro e ineficaz¡±, como lo tilda a coro la oposici¨®n) anula un proyecto de incineradora comprometido institucionalmente tras largos a?os de estudios y ensayos. Eso significa que, adem¨¢s de perder las subvenciones del Banco Europeo de Inversiones (BEI), los guipuzcoanos tendr¨ªan que pagar en compensaciones e inversiones fallidas m¨¢s de 100 millones por la paralizaci¨®n del proyecto. Encelado como est¨¢ en la aplicaci¨®n de su m¨¦todo, Bildu corre el riesgo de verse superado por la creciente contestaci¨®n ciudadana. El puerta a puerta obliga, bajo sanci¨®n, a separar los residuos de acuerdo con una exigente clasificaci¨®n de cinco tipolog¨ªas de materias. El Ayuntamiento fija para cada una de esas materias sus correspondientes d¨ªas y franjas horarias de recogida. Cada vivienda dispone en la fachada de la casa o en los denominados ¡°¨¢rboles de basura¡± (estructuras verticales sobre la acera) de perchas en las que colgar la bolsa con el tipo de residuo correspondiente a ese d¨ªa.
Ah¨ª, precisamente, est¨¢ enterrando la otra gran bandera con la que acudi¨® a las elecciones: la participaci¨®n popular. Confrontada a una resistencia creciente, con recogida de miles de firmas en Zarautz, Mondrag¨®n y O?ati, Bildu se niega a consultar a la poblaci¨®n. Lo suyo son las asambleas de afines para informar y debatir sin grandes incertidumbres. ¡°Todo eso de que representaban la participaci¨®n y la transparencia se ha quedado en palabrer¨ªa. Tenemos que andar detr¨¢s de ellos para enterarnos de los pagos que hicieron cuatro meses antes¡±, se?ala Jon Redondo.
La anulaci¨®n del proyecto de incineradora est¨¢ colmando la paciencia de un empresariado guipuzcoano ya irritado con la par¨¢lisis de la iniciativa p¨²blica y el aumento de la presi¨®n fiscal. De ah¨ª, quiz¨¢, que el PNV haya sumado esta vez sus votos a los del PSE y PP para reprobar y destituir al diputado foral responsable de las basuras, Juan Carlos Alduntzin. ?Y por qu¨¦ no remover al propio diputado general y a los Gobiernos de Bildu si su gesti¨®n es tan desastrosa como aseguran, si Gipuzkoa ha perdido un a?o entero y se arriesga a hipotecar su futuro?
De momento, el PNV prefiere no descabalgar a Bildu del poder institucional guipuzcoano. Puede que conf¨ªe en el desgaste que supone administrar en tiempo de penuria, aunque, por lo general, la mala gesti¨®n tarda en mostrarse, pasa factura en el medio plazo. Sortu-Bildu bien podr¨ªa perder en dos o tres a?os en la sart¨¦n de la crisis el apoyo de esa parte del electorado que le premi¨® por haber emitido el certificado de defunci¨®n del terrorismo.
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