Preparando las maletas bajo las balas
Defensa ultima el repliegue de Afganist¨¢n mientras sigue el hostigamiento a las tropas Siete talibanes muertos y un espa?ol herido tras cinco horas de combate
¡°A medida que se acerque la fecha de salida, la situaci¨®n no va a ser m¨¢s f¨¢cil, sino m¨¢s peligrosa¡±. Faltan menos de 30 meses para que, a finales de 2014, las tropas espa?olas pongan fin a su presencia en Afganist¨¢n, iniciada hace una d¨¦cada, y la advertencia de los mandos militares se cumple a rajatabla. Pese a los avances que se han producido en los ¨²ltimos meses y la abrumadora superioridad de las fuerzas de la OTAN, la agresividad y determinaci¨®n de la insurgencia no ha mermado un ¨¢pice. Al contrario.
Prueba de ello es el combate que libraron el pasado lunes los soldados espa?oles a cuatro kil¨®metros al noroeste de la base avanzada de Moqur. Se sald¨® con al menos siete atacantes muertos y un soldado espa?ol herido grave: el paracaidista Javier P¨¢rraga, de 20 a?os, natural de Mula (Murcia) y destinado en la Brigada Paracaidista. Est¨¢ previsto que hoy llegue a Madrid para ser intervenido de la bala que a¨²n tiene en el costado, aunque su vida no corre peligro, seg¨²n los m¨¦dicos.
El paracaidista Javier P¨¢rraga ser¨¢ repatriado hoy para extraerle una bala
El ataque se inici¨® a media ma?ana cuando, desde una loma, una decena de hombres armados con fusiles AK-47 y lanzagranadas RPG abrieron fuego contra una patrulla mixta del Ej¨¦rcito espa?ol y el afgano, con unos 80 efectivos en total, en misi¨®n de reconocimiento en este tramo de la llamada Ruta Opal, que atraviesa el valle del Murghab, feudo de talibanes y traficantes de opio. Habitualmente, los atacantes se dan a la fuga tras descargar por sorpresa una primera r¨¢faga, pero esta vez se atrincheraron en una altura y se enzarzaron en un intercambio de tiros con la patrulla hispano-afgana, seg¨²n fuentes del Estado Mayor de la Defensa.
Ello permiti¨® que los soldados espa?oles les cerraran la retirada y pidieran el apoyo de una secci¨®n de la Fuerza de Reacci¨®n R¨¢pida (QRF) del Ej¨¦rcito espa?ol y del mando a¨¦reo de la OTAN. Dos cazas F-16 estadounidenses bombardearon las posiciones de los talibanes y pusieron fin a su resistencia tras casi cinco horas de combate. Sobre el terreno quedaron siete cad¨¢veres. No hubo prisioneros, pero se cree que al menos tres atacantes consiguieron escapar.
Previamente, bajo la lluvia de balas, los soldados espa?oles aseguraron una zona para que pudiera aterrizar el helic¨®ptero estadounidense que evacu¨® al herido hasta el hospital de Bala Murghab, donde se comprob¨® que el proyectil no le hab¨ªa afectado ning¨²n ¨®rgano vital. Fue cuesti¨®n de suerte, pues un disparo similar mat¨® el pasado 6 de noviembre al sargento primero Joaqu¨ªn Moya Espejo.
La OTAN se ir¨¢ en septiembre de la zona con mayor presencia rebelde
El ataque se produce cuando Defensa prepara ya la reducci¨®n en un 10% del contingente espa?ol, que debe quedar a final de a?o en 1.369 militares como m¨¢ximo, frente a los 1.521 aprobados por el Congreso. Seg¨²n los planes vigentes, el a?o pr¨®ximo deber¨ªa retirarse otro 40%, y el 50% restante en 2014, pero el ministro de Defensa, Pedro Moren¨¦s, ha admitido que el ritmo de la retirada podr¨ªa acelerarse.
En teor¨ªa, la salida de las tropas de la OTAN est¨¢ condicionada a la transferencia al Ej¨¦rcito afgano de las competencias en materia de seguridad. Pero sobre el terreno no parece que sea as¨ª.
EE UU ha retirado la pr¨¢ctica totalidad de sus efectivos de la provincia de Badghis, cuya reconstrucci¨®n es responsabilidad espa?ola, y est¨¢ previsto que Italia lo haga a finales de septiembre. Se da la paradoja de que el distrito de Bala Murghab ¡ªel ¨²nico donde no se ha iniciado la transici¨®n, precisamente porque el Estado afgano carece de una estructura m¨ªnimamente s¨®lida¡ª ser¨¢ el primero en quedarse sin presencia de la OTAN.
Mandos militares no ocultan su temor a que el vac¨ªo sea ocupado por los talibanes. Hay precedentes preocupantes: la polic¨ªa local formada por EE UU se ha disgregado cuando los militares estadounidenses se han ido y han dejado de pagarles. Muchos antiguos polic¨ªas ya han engrosado partidas como la que el lunes atac¨® a los espa?oles.
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