Un Gobierno en depresi¨®n
El deterioro de la econom¨ªa golpea la imagen del Ejecutivo de Rajoy incapaz de frenar el aumento del paro y rebajar el d¨¦ficit
El Gobierno ha empeorado en solo siete meses la p¨¦sima herencia econ¨®mica recibida del Ejecutivo socialista, que dej¨® cinco millones de parados, un d¨¦ficit desbocado y el comienzo de una nueva recesi¨®n. Con apenas un 15% del mandato cumplido, el presidente Mariano Rajoy reflexiona ya sobre si Espa?a pedir¨¢ el rescate del pa¨ªs, con la prima de riesgo escalando el muro infernal de los 600 puntos y con un horizonte de alt¨ªsimo riesgo en forma de nuevas subastas multimillonarias de bonos que llegar¨¢n en septiembre y, sobre todo, octubre.
Los 5.273.000 parados que dej¨® la gesti¨®n socialista son ya 5.693.000 con siete meses de mandato popular; la prima de riesgo ha subido m¨¢s de 100 puntos; la bolsa est¨¢ bajo m¨ªnimos y el pa¨ªs ha entrado en otra recesi¨®n. Todo lo que el PP prometi¨® no recortar cuando lleg¨® al Gobierno lo ha recortado; todo lo que el PP critic¨® y censur¨® desde la oposici¨®n lo ha llevado a cabo multiplicado por dos. El efecto de sus pol¨ªticas ha da?ado el Estado de bienestar: la educaci¨®n p¨²blica tiene menos profesores por primera vez en muchos a?os y m¨¢s alumnos por aula; los medicamentos son m¨¢s caros y los pensionistas pagan ahora el 10% de su precio por las medicinas; los funcionarios han perdido una paga extraordinaria ¡ªel 7% de su salario¡ª; los impuestos principales han subido (IRPF e IVA, entre otros); los derechos laborales de los trabajadores son menos y el despido es m¨¢s barato. Una huelga general y una incesante agitaci¨®n social en la calle han sido las respuestas a las pol¨ªticas del Gobierno.
Pese a los inmensos sacrificios, la desconfianza del poder europeo hacia el Gobierno de Mariano Rajoy contin¨²a; los mercados castigan m¨¢s y m¨¢s a Espa?a hasta conducir al pa¨ªs a la asfixia, y el PP ha perdido buena parte del apoyo electoral que le llev¨® en noviembre de 2011 a la mayor¨ªa absoluta. Lo que sigue es un balance de estos siete meses de camino al infierno que ha recorrido el Ejecutivo del PP.
ECONOM?A Y HACIENDA
Un rescate bancario tras la dimisi¨®n de Rato
En diciembre, el partido en el Gobierno abon¨® el debate sobre la bicefalia en el equipo econ¨®mico, sobre las complicaciones de repartir entre Crist¨®bal Montoro (Hacienda) y Luis de Guindos (Econom¨ªa) las competencias que solo Aznar hab¨ªa separado (entre 2000 y 2004). Conforme se ha evidenciado la dependencia de las directrices de Bruselas, la balanza se ha decantado en favor de Guindos, el representante espa?ol en el Eurogrupo. Algunas de las medidas de ajuste m¨¢s recientes, como subir el IVA y bajar cotizaciones sociales, llevan el sello de Guindos, en plena sinton¨ªa con las instituciones internacionales. Pero es su actuaci¨®n en el sector financiero lo que da fe de su creciente protagonismo. Rajoy ampar¨® su radical cambio de estrategia: de la reforma continuista en febrero a la intervenci¨®n de Bankia en mayo, aun a costa de sacrificar a un peso pesado del partido como Rodrigo Rato. El movimiento desencaden¨® el rescate de la banca espa?ola y, posiblemente, la necesidad de m¨¢s apoyo adicional de los socios europeos y del BCE. De c¨®mo acabe esta historia depende el destino de Luis de Guindos. Y de Rajoy.
A Crist¨®bal Montoro, ministro de Hacienda, le crecen los problemas. A la rebeli¨®n de Andaluc¨ªa y Catalu?a contra las restricciones presupuestarias le suma una batalla contra el d¨¦ficit que no acaba de dar resultados. Ni siquiera cuenta con el entusiasmo de las comunidades aut¨®nomas gobernadas por el PP, la mayor¨ªa, en los consejos de pol¨ªtica fiscal y financiera donde intenta garantizar la austeridad de todos para cumplir con el d¨¦ficit previsto. Ha tenido que tragarse el sapo de la subida del IVA que demoniz¨® cuanto gobernaba el PSOE, y una amnist¨ªa fiscal ¡ªrecurrida por los socialistas ante el Constitucional¡ª para hacer aflorar el dinero negro de los delincuentes a un coste especialmente barato para ellos.
EDUCACI?N
Menos profesores para m¨¢s alumnos
Jos¨¦ Ignacio Wert fue una elecci¨®n sorprendente como ministro de Educaci¨®n, pues, a pesar de ser profesor universitario, la experiencia de este soci¨®logo, tras su paso hace m¨¢s de dos d¨¦cadas por la pol¨ªtica activa, se hab¨ªa centrado en los estudios de audiencia y de mercado y en el mundo de la comunicaci¨®n. Wert empez¨® como una absoluta inc¨®gnita, pero pronto dilapid¨® la fama que le precedi¨® de dialogante hombre de la derecha europea y moderada con sonadas meteduras de pata como la de justificar la supresi¨®n de la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa con citas de un libro que no era un libro de texto o se?alar como uno de los problemas de la educaci¨®n en Ceuta y Melilla una inexistente ¡°avalancha¡± de alumnos marroqu¨ªes. Los sindicatos le han acusado de falta de di¨¢logo y su car¨¢cter le ha llegado a enfrentar con los habitualmente protocolarios rectores que le dejaron plantado, de forma ins¨®lita, en una reuni¨®n del Consejo de Universidades.
Pero lo cierto es que a Wert le han tocado tiempos dif¨ªciles y a lo que principalmente ha dedicado sus primeros siete meses en el ministerio es a encontrar las f¨®rmulas para ahorrar todo lo que el Gobierno quiere ahorrar en ense?anza: cambi¨® en abril la ley para reducir las plantillas docentes (aumentando sus horas de clase y permitiendo incrementar los alumnos por aula) y para aumentar el precio de las matr¨ªculas universitarias. Estas medidas consiguieron unir la fragmentada protesta contra los recortes educativos en una in¨¦dita huelga en casi toda Espa?a y en todos los niveles educativos, desde infantil a la universidad. De momento, el curso pasado hubo 2.800 profesores menos para atender a 116.000 alumnos m¨¢s. A partir de septiembre seguir¨¢ bajando el n¨²mero de profesores y aumentando el de alumnos.
Ahora negocia con los distintos sectores su propuesta de reforma educativa que durante el verano ha estado explicando a sindicatos, padres y patronales. Este debate tambi¨¦n traer¨¢ pol¨¦mica pues entre otras cosas pretende recuperar las antiguas rev¨¢lidas al final de cada etapa educativa: en primaria, ESO y bachillerato.
SANIDAD
Medicamentazo y rebaja de servicios
No se sabe qu¨¦ planes ten¨ªa Ana Mato cuando lleg¨® al Ministerio de Sanidad, si es que ten¨ªa alguno. Que iba a tener que gestionar un departamento en crisis era sabido, pero las propuestas del PP durante la campa?a electoral no daban ninguna pista. El partido, para enjugar las deudas de las comunidades, apost¨® todo a una baza: con la llegada de Rajoy al poder la econom¨ªa mejorar¨ªa, habr¨ªa m¨¢s ingresos fiscales y, por tanto, m¨¢s dinero para sanidad. No hace falta recordar que eso no ha pasado.
Pero Mato qued¨® en el ojo del hurac¨¢n cuando Rajoy anunci¨® el 9 de abril que las Administraciones ten¨ªan que recortar 7.000 millones en sanidad. Se trataba del grueso del ahorro exigido, con el inconveniente de que ese gasto no lo gestiona directamente el ministerio, sino las comunidades. Fue como poner el carro delante del burro, y la respuesta fue el real decreto-ley del 24 de abril. Una norma-contenedor en la que se juntaron todas las medidas posibles para, con una gran dosis de ingenier¨ªa financiera, intentar llegar a esa cifra de ahorro.
Curiosamente, la principal de las partidas (1.550 millones de ahorro) no era nueva: se trataba de aprovechar lo iniciado por el anterior Gobierno y profundizar en la rebaja de precios de los medicamentos. Seg¨²n la memoria econ¨®mica del real decreto ley, otras medidas pol¨¦micas (dejar sin cobertura a los inmigrantes en situaci¨®n irregular, aumentar el copago farmac¨¦utico o sacar medicamentos de la financiaci¨®n p¨²blica) van a aportar mucho menos.
POL?TICA EXTERIOR
La diplomacia al servicio de la econom¨ªa
Con la confianza en la econom¨ªa espa?ola por los suelos y la prima de riesgo en niveles estratosf¨¦ricos, el lanzamiento de la ¡°marca Espa?a¡± ha sido el gran proyecto del ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo. La diplomacia se ha puesto al servicio de la econom¨ªa, con un empresario (Carlos Espinosa de los Monteros) al frente de la operaci¨®n de marketing y el Rey como primer agente comercial de las empresas espa?olas (en el golfo P¨¦rsico, Iberoam¨¦rica o Rusia), a pesar de que su imagen saliera empa?ada del accidente que sufri¨® durante un viaje privado a Botsuana.
Los recortes se han cebado con la ayuda al desarrollo, que ha retrocedido a niveles anteriores a la etapa de Zapatero, mientras que la creciente inseguridad en el Sahel llev¨® a Margallo a decidir la repatriaci¨®n de los cooperantes espa?oles de Tinduf, tras la liberaci¨®n, previo pago de rescate, de Enric Gonyalons y Ainhoa Fern¨¢ndez. Pero ni siquiera en plena crisis ha podido la pol¨ªtica exterior olvidarse de sus demonios familiares: Gibraltar, con el conflicto entre los pescadores gaditanos y las autoridades de la Roca, y Cuba, con el rocambolesco incidente protagonizado por un joven dirigente del PP, ?ngel Carromero, al volante del coche en el que muri¨® el disidente Oswaldo Pay¨¢.
EMPLEO
Una huelga general para una reforma laboral
El gran d¨ªa de F¨¢tima B¨¢?ez al frente del Ministerio de Empleo lleg¨® el pasado 10 de febrero, cuando el Consejo de Ministros aprob¨® la reforma laboral, la ¨²nica por la que Mariano Rajoy sac¨® la cara ayer cuando hizo el balance de su primer medio a?o gobernando. Y lo hizo a pesar de que no ha frenado la destrucci¨®n de empleo (tambi¨¦n esta recesi¨®n, como las otras, se est¨¢ cobrando una alta factura en puestos de trabajo) o de que la contrataci¨®n indefinida siga bajo m¨ªnimos (apenas el 6,7% de los compromisos firmados en julio).
Aquel d¨ªa B¨¢?ez cont¨® a los l¨ªderes de sindicatos y empresarios varios detalles de la reforma por tel¨¦fono, en una conversaci¨®n corta. Hasta entonces no les hab¨ªa facilitado mucha informaci¨®n, y desde entonces los contactos apenas pasan de consultas t¨¦cnicas y conversaciones formales. El Gobierno no ha optado por el di¨¢logo social como instrumento para ganarse apoyos y eso se aprecia en cap¨ªtulos como este.
Desde el 10 de febrero y hasta que lleg¨® el decreto de los recortes en la protecci¨®n frente al desempleo y las rebajas de cotizaciones sociales, el departamento que dirige B¨¢?ez ha dado poco m¨¢s de s¨ª y ella solo ha acaparado protagonismo por episodios como el uso de su correo electr¨®nico para filtrar a un peri¨®dico datos confidenciales del Expediente de Regulaci¨®n de Empleo que ha presentado el PSOE, su adversario pol¨ªtico.
DEFENSA
Reducci¨®n de plantillas y repliegue exterior
El Ministerio de Defensa apenas ha calentado motores durante los siete primeros meses de legislatura. Rajoy firm¨® el pasado martes la Directiva de Defensa Nacional 1/2012, el documento que marca las l¨ªneas maestras de su pol¨ªtica de defensa. Semanas antes, el nuevo jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Francisco Garc¨ªa S¨¢nchez, hab¨ªa presentado al ministro de Defensa, Pedro Moren¨¦s, el plan Visi¨®n 2025, que propone una reducci¨®n de 20.000 efectivos (15.000 militares y 5.000 civiles) en los pr¨®ximos 13 a?os. La renovaci¨®n de la c¨²pula militar se complet¨® el 27 de julio con el nombramiento de los nuevos jefes del Ej¨¦rcito de Tierra (Jaime Dom¨ªnguez Buj), la Armada (Jaime Mu?oz-Delgado) y el Ej¨¦rcito del Aire (Francisco Javier Garc¨ªa-Arnaiz).
Lo que est¨¢ marcando la pol¨ªtica de Defensa es el ajuste presupuestario. Espa?a ha iniciado un repliegue de sus misiones en el exterior: los 1.100 militares en L¨ªbano se reducir¨¢n a la mitad a final de a?o y el calendario de retirada de Afganist¨¢n (10% en 2012, 40% en 2013 y el resto en 2014) podr¨ªa acelerarse, seg¨²n Pedro Moren¨¦s. El gran problema es c¨®mo pagar la cuenta de casi 30.000 millones de euros de los grandes programas de armamento.
INTERIOR
Entre las v¨ªctimas y el final de ETA
La principal labor que ten¨ªa ante s¨ª el ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, cuando tom¨® posesi¨®n del cargo era la gesti¨®n del final de la violencia terrorista. Pero la voluntad de dar algunos pasos en relaci¨®n con los presos de ETA ha chocado con otra igual de poderosa, la de no soliviantar a las v¨ªctimas del terrorismo, a quienes tanto hab¨ªa mimado el PP mientras gobernaban los socialistas. Esto ha llevado a algunas decisiones err¨¢ticas que, finalmente, no han contentado a nadie.
Una de las medidas m¨¢s importantes ha sido el anuncio de un plan de reinserci¨®n de presos (que se llev¨® a cabo un d¨ªa de abril en el que el ministro estaba de viaje en Luxemburgo) mientras a la vez se sosten¨ªa que el ¡°nuevo plan¡± no supon¨ªa ninguna novedad. Fue muy poco para algunos ¡ªel PNV y el PSE demandaban otras medidas, como acercamiento de presos a Euskadi¡ª y demasiado para las v¨ªctimas, que se quejaron, sinti¨¦ndose traicionadas, de que el Gobierno acogiera punto por punto los principios que hab¨ªan aplicado los socialistas con la v¨ªa Nanclares. No ha sido el ¨²nico desencuentro.
Por el momento ning¨²n recluso se ha incorporado al plan del ministerio, que se ha limitado a llevar a cabo peque?os movimientos como el acercamiento de dos presos enfermos a c¨¢rceles vascas o la concesi¨®n de terceros grados y libertades condicionales a reclusos que se hab¨ªan acogido ya a la reinserci¨®n con el Ejecutivo anterior.
Las detenciones han continuado. En 2012 han sido arrestados 15 presuntos etarras en Espa?a y otros pa¨ªses europeos ¡ªaunque se ha producido alguna sonada metedura de pata como anunciar que uno de los detenidos era el jefe militar de ETA y que poco despu¨¦s la fiscal¨ªa francesa dijera que no hab¨ªa ning¨²n elemento para sostener algo as¨ª¡ª.
Las protestas callejeras por los recortes del Gobierno han sido la otra gran preocupaci¨®n de un ministerio que ha repetido hasta la saciedad que los mercados no pod¨ªan llevarse la impresi¨®n de que la situaci¨®n social se estaba descontrolando. El objetivo era evitar a toda costa portadas en los diarios internacionales. Para ello, se han establecido fort¨ªsimos controles policiales ante las manifestaciones ciudadanas (tratando, eso s¨ª, de que no se repitieran las escenas de represi¨®n a manifestantes de las protestas en Valencia de febrero) y se han anunciado todo tipo de reformas legales para endurecer en el C¨®digo Penal los delitos de des¨®rdenes p¨²blicos y atentado contra la autoridad. El mensaje ha sido claro: cualquier salida de tono se castigar¨¢ con c¨¢rcel. Algunos de estos anuncios han sido despu¨¦s desmentidos por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallard¨®n.
Con informaci¨®n de Alejandro Bola?os, Juan A. Auni¨®n, Emilio de Benito, Miguel Gonz¨¢lez, Manuel V. G¨®mez y M¨®nica Ceberio.
Y, en plena tormenta, el aborto
Con una sonora pol¨¦mica por su idea de la "violencia de g¨¦nero estructural" que sufren las mujeres embarazadas y la "libertad de la maternidad" que las hace "aut¨¦nticamente mujeres" se estren¨® en su nueva cartera el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, uno de los que m¨¢s cr¨ªticas se han granjeado en estos siete meses. Su popularidad, anta?o la m¨¢s alta entre los dirigentes del PP, se ha desplomado desde que est¨¢ en el Ejecutivo.
La derogaci¨®n de la ley de plazos del aborto de 2010 ha sido una de sus banderas: a¨²n no ha aclarado qu¨¦ va a hacer exactamente, pero s¨ª ha adelantado que abortar dejar¨¢ de ser un derecho de las mujeres en las primeras 14 semanas, que las chicas de 16 y 17 a?os necesitar¨¢n el permiso de los padres y que desaparecer¨¢ el supuesto de aborto por minusval¨ªa o malformaci¨®n del feto.
A esa reforma se sumar¨¢n otras muchas, a¨²n solo anunciadas: el en¨¦simo endurecimiento del C¨®digo Penal (incluida la nueva pena de prisi¨®n permanente revisable para terroristas y otra para retener en la c¨¢rcel a delincuentes sexuales o muy peligrosos), la reforma integral del Consejo General del Poder Judicial, una reordenaci¨®n del mapa judicial que previsiblemente reducir¨¢ el n¨²mero de juzgados o una ley para desatascar esos mismos juzgados quit¨¢ndoles competencias ¡ªlos matrimonios y divorcios sin hijos pasar¨ªan, por ejemplo, a los notarios: una puerta a la privatizaci¨®n de la justicia, seg¨²n la oposici¨®n¡ª. Junto a los anuncios, una medida ya tomada: las tasas judiciales se han duplicado.
Como guinda, a Ruiz-Gallard¨®n le pill¨® con el pie cambiado el caso D¨ªvar. El ministro apoy¨® hasta el ¨²ltimo momento al presidente del Poder Judicial y del Supremo, Carlos D¨ªvar, que acab¨® dimitiendo por usar dinero p¨²blico en viajes aparentemente privados.
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