La Audiencia afirma que el fiscal cambi¨® de criterio durante el 'caso Bolinaga'
El ministerio p¨²blico no impugn¨® el tercer grado solo concedido para lograr su excarcelaci¨®n La libertad condicional no exige que el interno se encuentre en un estado ag¨®nico o terminal Todos los informes m¨¦dicos coinciden en apreciar un "peligro patente para la vida" del preso El tribunal reprocha a la forense que no explorara al enfermo en el hospital Donostia
Todos los informes m¨¦dicos sobre el estado de salud del triple asesino y secuestrador del funcionario de prisiones Jos¨¦ Antonio Ortega Lara, Jes¨²s Mar¨ªa Uribetxeberria Bolinaga, coincid¨ªan en que su c¨¢ncer de ri?¨®n con cuatro met¨¢stasis supon¨ªa un riesgo patente para su vida. Y como ese riesgo es el ¨²nico requisito establecido por el C¨®digo Penal para acceder a la libertad de un preso enfermo sin m¨¢s tr¨¢mite, los magistrados de la secci¨®n primera bendijeron la excarcelaci¨®n del etarra que 15 d¨ªas antes hab¨ªa aprobado el juez central de Vigilancia Jos¨¦ Luis de Castro.
La decisi¨®n se adopta al margen del criterio del fiscal, que entend¨ªa que ese riesgo para la vida del interno no exist¨ªa al no encontrarse ¡°en estado terminal¡±, seg¨²n la m¨¦dico forense Carmen Baena. Los magistrados reprochan a ambos que tuvieron en todo momento la oportunidad de visitar al enfermo en el hospital Donostia y que no lo hicieron y en el caso del ministerio p¨²blico, subrayan su cambio de criterio durante el proceso, al no haber recurrido el tercer grado del etarra a pesar de que Instituciones Penitenciarias lo concedi¨® ¨²nicamente con el objetivo de proponer su libertad condicional a la que luego el fiscal se opuso.
El voto particular de Poveda se?ala que Bolinaga no est¨¢ en peligro de muerte y que deber¨ªa haber pedido perd¨®n a las v¨ªctimas
La resoluci¨®n mantiene que el padecimiento de Uribetxeberria, seg¨²n todos los informes m¨¦dicos ¨Ctambi¨¦n el de la forense Baena- ¡°es muy grave e incurable¡±. Para la Sala, las ¡°met¨¢stasis m¨²ltiples a nivel del sistema nervioso central procedentes del carcinoma renal del que fuera tratado en 2005, y un n¨®dulo pulmonar en el l¨®bulo inferior derecho con histolog¨ªa de carcinoma, tambi¨¦n met¨¢stasis del carcinoma renal¡±, constituye ¡°un peligro, claro, notorio y manifiesto para la vida del paciente de fallecer en un corto per¨ªodo de tiempo¡±, seg¨²n todos los facultativos.
Es decir, que se cumple el requisito legal para libertad condicional, sobre todo, teniendo en cuenta el riesgo de ¡°enclavamiento amigdalar¡±, una complicaci¨®n ¡°potencialmente letal, pues produce un paro cardiorrespiratorio y el fallecimiento del paciente¡±, de la que avisaron los m¨¦dicos del hospital Donostia ¨Cdonde Uribetxeberria se encuentra ingresado- en dos de los informes enviados a la Audiencia Nacional. Para los magistrados, la ¨²nica diferencia entre estos informes y los de Baena es el pron¨®stico de supervivencia del enfermo que sus onc¨®logos situaban en siete meses y la forense en 11 meses y tres d¨ªas. Es decir, que la ¨²nica divergencia es de tres meses, lo que no afecta a la gravedad de la enfermedad.
El argumento de que el enfermo deb¨ªa encontrase en estado terminal y el de que ¨¦ste podr¨ªa mejorar con el tratamiento que sosten¨ªa el fiscal ¨Capoy¨¢ndose en la forense- para oponerse a la libertad, no es v¨¢lido, seg¨²n la secci¨®n primera. ¡°Hacer depender la entidad del riesgo para la vida de la eficacia del tratamiento implicar¨ªa difuminar cualquier frontera entre el peligro patente y el riesgo iminente¡±, pero es el ¡°peligro patente¡± la condici¨®n para la libertad condicional, y ese peligro, seg¨²n la Sala, existe. El ¡°peligro inminente¡±, ¡°la situaci¨®n del enfermo terminal o ag¨®nico¡± que invocaba el ministerio p¨²blico no se recoge como requisito en la ley, por lo que haci¨¦ndolo, el fiscal ¡°modifica de manera artificial el marco conceptual¡±.
El auto defiende, adem¨¢s, la actuaci¨®n de los m¨¦dicos del hospital Donostia a los que el fiscal acusaba de estar contaminados por el trato habitual con el enfermo y con su entorno. La resoluci¨®n subraya que estos facultativos ¡°no son cualquier m¨¦dico p¨²blico o privado¡±, como sugiere la fiscal¨ªa. ¡°No cabe sospecha alguna sobre su cualificaci¨®n profesional, conocimientos y probidad¡±, zanjan los magistrados.
El fiscal tambi¨¦n se quejaba de la visita que el juez de Vigilancia, Jos¨¦ Luis de Castro, realiz¨® al hospital Donostia para visitar al enfermo y entrevistarse con los m¨¦dicos que le trataban. Argumentaba que ese desplazamiento se hab¨ªa realizado sin su presencia ni la de la forense, lo que le produc¨ªa indefensi¨®n. La Sala, sin embargo, recuerda que el ministerio p¨²blico ¡°pudo visitar al penado hospitalizado, interesar que la m¨¦dico forense examinara al paciente [como de hecho hizo sin que esta lo cumpliera] o recabar informaci¨®n complementaria del equipo m¨¦dico asistencial¡± de Uribetxeberria Bolinaga, pero no lo consider¨® necesario.
El reproche de los magistrados es especialmente duro contra la forense Carmen Baena. ¡°Nada impidi¨® a la se?ora m¨¦dico forense contactar con los onc¨®logos que trataban al paciente y explorar al condenado¡±, relata el tribunal en la resoluci¨®n. ¡°No en balde se le ped¨ªa una opini¨®n experta sobre el pron¨®stico del padecimiento y el peligro que comportaba para la vida y salud del paciente, no sobre la correcci¨®n del tratamiento que recib¨ªa¡±. Y para esa evaluaci¨®n, dice la Audiencia, podr¨ªan resultar importantes ¡°los signos y los s¨ªntomas del cuerpo doliente que el observador experto puede objetivar o recibir por la comunicaci¨®n del enfermo¡±.
Ese es el criterio de cuatro de los cinco magistrados de la Sala ¡ªFernando Grande-Marlaska, Ram¨®n S¨¢ez, Alfonso Guevara y Javier Mart¨ªnez L¨¢zaro¡ª. El quinto, Nicol¨¢s Poveda, mantiene en su voto particular discrepante que no existe ning¨²n ¡°peligro patente para la vida de Bolinaga¡±, por lo que solo podr¨ªa ser excarcelado como ¡°enfermo grave e incurable¡±, lo que, a su juicio, requerir¨ªa que Uribetxeberria hubiera redactado una declaraci¨®n expresa de abandono de la violencia y de perd¨®n a las v¨ªctimas. El punto de vista de Poveda, es el mismo que el del fiscal. El criterio que el ministerio p¨²blico, seg¨²n sus compa?eros de tribunal, cambi¨® a lo largo del proceso.
"La dignidad surge de toda persona al margen de sus actos"
El presidente de la sala Penal de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, emplaz¨® el pasado d¨ªa 14 a las v¨ªctimas a leer el auto sobre la excarcelaci¨®n de Bolinaga porque "quiz¨¢s ah¨ª" comprender¨ªan "cosas". En el auto, conocido hoy, los magistrados hacen un completo y explicativo relato de las circunstancias en las que cabe conceder la libertad condicional, adem¨¢s de una argumentaci¨®n sobre el principio de humanidad en las penas y el principio de respeto a la dignidad humana, en lo que parecen mensajes dirigidos a explicar la decisi¨®n a las v¨ªctimas.
As¨ª, el auto dice: "La ley incorpora a nuestro sistema el principio de humanidad de las penas, que encuentra su justificaci¨®n en la prohibici¨®n constitucional de aplicar penas inhumanas o degradantes y en el valor de la dignidad humana". Ese principio de respeto a la dignidad humana, a?ade el texto, "surge de la consideraci¨®n de la persona, de toda persona al margen de sus actos, como un fin en s¨ª mismo: el individuo no puede ser utilizado como un medio, no puede ser reducido a objeto".?
El principio de humanidad, prosigue la argumentaci¨®n de los jueces, "tiene car¨¢cter incondicionado, no pudiendo depender de la gravedad de las conductas sancionadas, ni de la entidad de los da?os causados por el delito". De esta forma, "en caso de peligro patente para la vida del penado, la ley prescinde de la consideraci¨®n sobre el delito, hace abstracci¨®n de tales datos, dado el car¨¢cter absoluto del derecho a la vida y la integridad f¨ªsica y moral". Y concluye: "Prevalece el respeto a la dignidad de la persona humana en la ¨²ltima fase de la vida".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.