Decisivo en la paz
No fue decisivo en la guerra, ni en la posguerra, pero lo fue en la paz, primero en el proceso de reconciliaci¨®n y, despu¨¦s, en el de la democratizaci¨®n. Fue entonces cuando la intervenci¨®n de Santiago Carrillo tuvo consecuencias transcendentes para este pa¨ªs. Sin ¨¦l, sin su comprensi¨®n de lo que suced¨ªa en Espa?a, sin su decisi¨®n de reorientar la resistencia antifranquista hacia la reconciliaci¨®n y, llegado el momento, sin su voluntad de traducir esa idea en pol¨ªticas concretas, la historia reciente de Espa?a ser¨ªa distinta y peor. Imposible comprender tampoco la evoluci¨®n del comunismo europeo sin su figura, sin su alejamiento del modelo sovi¨¦tico y su aceptaci¨®n del pluralismo democr¨¢tico, acompa?ando al italiano Enrico Berlinguer.
Carrillo fue un hombre pol¨¦mico. Nunca logr¨® esquivar la controversia sobre su actuaci¨®n personal durante la guerra civil. Qued¨® amplia constancia de la mano de hierro con la que manej¨® el Partido Comunista de Espa?a desde el mismo momento en que ocup¨® la secretar¨ªa general y de las expulsiones que firm¨® sin titubear de antiguos amigos.
Ninguna de esas actuaciones tuvo, sin embargo, la relevancia extraordinaria para Espa?a que signific¨® su aportaci¨®n al proceso de transici¨®n abierto tras la muerte de Franco. Fue entonces cuando su voluntad de acudir al pasado como fuente de experiencia y no de confrontaci¨®n result¨® b¨¢sica para llevar a buen t¨¦rmino un proceso de democratizaci¨®n que era mucho m¨¢s dif¨ªcil y confuso de lo que parece hoy d¨ªa. Es seguro que el ¨¦xito del proceso constitucional no hubiera sido posible sin la aportaci¨®n de Santiago Carrillo, dentro y fuera del Congreso, en los despachos y en la calle, y sin la relaci¨®n que lleg¨® a establecer con el Rey y con el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez, un hombre al que lleg¨® a profesar afecto y admiraci¨®n: ¡°Fuimos injustos con ¨¦l. Tenia algo que no ten¨ªan los dem¨¢s: coraje¡±, admiti¨® el d¨ªa que cumpli¨® 90 a?os ante un peque?o grupo de periodistas, encabezado por Mar¨ªa Antonia Iglesias, que le invit¨® a cenar.
Con su habitual socarroner¨ªa, Carrillo reflexion¨® sobre la importancia de comprender el peligro que tienen en Espa?a las grandes convulsiones: ¡°Est¨¦n siempre atentos porque aqu¨ª suelen ser los sectores mas reaccionarios los que sacan provecho de esos momentos de grandes sacudidas¡±. ¡°?Extra?o en un comunista?. No, nada extra?o en un viejo comunista espa?ol¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.