Franco sienta en el banquillo a un escoc¨¦s

Cuando Clifford Torrents, escoc¨¦s de 59 a?os, compr¨®, en diciembre de 2009, una casa con vistas en el tranquilo Ouvia?o (Negueira de Mu?iz, Lugo), nunca pens¨® que terminar¨ªa denunciado y teniendo que ir a juicio. Se celebra hoy. El motivo: retir¨®, al lado de una fuente, una placa franquista con el escudo de Falange en la que se le¨ªa: ¡°Reinando Francisco Franco y siendo alcalde D. Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez se inaugur¨® esta el d¨ªa 24-5-1953¡±. Ha sido el actual alcalde, Jos¨¦ Manuel Bra?a, del PSOE, quien le ha denunciado. El regidor va a pedirle hoy al juez que ordene a Clifford restituir la placa franquista.

¡°Es rid¨ªculo. Pero teniendo en cuenta lo que le han hecho a Garz¨®n, lo que ha pasado con Camps o con el Ecce Homo, en este pa¨ªs ya no me sorprende nada¡±, explica Clifford, hijo del combatiente republicano catal¨¢n Juan Torrents, que cambi¨® su nombre por el de John Colman cuando empez¨® a servir al Ej¨¦rcito brit¨¢nico en la Segunda Guerra mundial. Clifford mantiene que lleg¨® a un acuerdo verbal con un concejal del pueblo, tambi¨¦n socialista, mientras el alcalde estaba de vacaciones ¡ª¡°nos estrechamos la mano y brindamos. Eso en mi pa¨ªs es como firmar un contrato¡±¡ª para retirar ¨¦l mismo la placa despu¨¦s de el concejal le dijera que no pod¨ªa hacerlo porque no ten¨ªa dinero.

El alcalde niega que tuviera permiso del Ayuntamiento. ¡°Yo le dije que lo ¨ªbamos a estudiar. No conocemos el ¨¢nimo de las personas que pusieron la placa. Ese se?or ingl¨¦s no era nadie para retirarla sin permiso¡±. Bra?a a?ade un dato muy importante: ¡°No hablo ingl¨¦s¡±. Clifford tampoco mucho espa?ol.

El escoc¨¦s no contempla la posibilidad de un malentendido ling¨¹¨ªstico y recuerda que, antes de las ¨²ltimas elecciones, el alcalde fue puerta por puerta y cuando le pregunt¨® qu¨¦ le gustar¨ªa para el pueblo respondi¨®: ¡°Que se quite la placa¡±, y ah¨ª iniciaron sus negociaciones. El regidor mantiene que su retirada ¡°ha sentado muy mal entre los vecinos¡±. Clifford tiene exactamente nueve. Todo Negueira de Mu?iz, con 23 n¨²cleos de poblaci¨®n, son 200 habitantes. Algunos, mantiene el escoc¨¦s, le han felicitado por haber eliminado la placa con un martillo.

?"Es absurdo, absurdo", repite Clifford. "No esperaba que el alcalde me diera las gracias, pero tampoco esto. ?Pretende reemplazar una placa franquista ilegal con otra placa franquista ilegal!". Argumenta que los costes derivados de su proceso judicial superan con creces el valor del vestigio destruido. "Mi primera visita al juzgado supuso un m¨ªnimo de dos horas del tiempo del juez, otras dos con el taqu¨ªgrafo, y seis m¨¢s de int¨¦rprete, que estaba a dos horas de coche".

Clifford asegura que no se arrepiente de lo que ha hecho, aunque confiesa que si hubiera visto la placa franquista antes, "no habr¨ªa comprado ah¨ª mi casa". Su caso es muy similar al de Jos¨¦ Gallego, un jubilado de 72 a?os de Aspe (Alicante), imputado por un delito contra el patrimonio hist¨®rico y cultural por destrozar con grafiti rojo unas placas franquistas en la iglesia del pueblo. Cuando el agente le sorprendi¨® in fraganti, con la pintura todav¨ªa en la mano y baj¨¢ndose de la escalera que hab¨ªa utilizado para alcanzar los vestigios, le dijo: "No estoy haciendo nada ilegal. Ilegal es dejarlo como estaba porque la ley de Memoria Hist¨®rica obliga a retirar todos los s¨ªmbolos franquistas".