Hu¨¦rfanos sin Esperanza
La marcha de Aguirre deja sin referente a los cr¨ªticos a Rajoy en el PP
Esperanza Aguirre es de esos pol¨ªticos que cuando se retiran dejan muchos hu¨¦rfanos que quedan desconsolados, desamparados y despistados.
Durante a?os hab¨ªa engordado su entorno (pol¨ªtico, medi¨¢tico y electoral), hab¨ªa hecho crecer el PP de Madrid hasta convertirlo en la organizaci¨®n m¨¢s potente de todo el partido y se hab¨ªa convertido en el referente de la cr¨ªtica a Mariano Rajoy. Por eso, la idea m¨¢s extendida entre los dirigentes populares es que su retirada supone, parad¨®jicamente, un grave problema para el presidente del Gobierno, sobrado ya de frentes abiertos. La m¨¢xima de ¡°enemigo (o adversario) que huye, puente de plata¡± no es aplicable ahora a la expresidenta de Madrid y a Rajoy, seg¨²n argumentan en la sede de la calle de G¨¦nova.
Uno de los s¨ªmiles utilizados es el futbol¨ªstico: los defensas prefieren hacer frente a un delantero cl¨¢sico, referente en el ataque del otro equipo, que a una oleada de centrocampistas que se acercan al ¨¢rea de forma desordenada. Es decir, Rajoy y sus fieles ten¨ªan localizado e identificado el foco de la heterodoxia del partido, que ahora queda sin l¨ªder que les marque el camino. La enorme maquinaria de poder en que Aguirre convirti¨® el PP de Madrid, con casi 100.000 militantes, queda sin control, sin referente que les gu¨ªe. Otros posibles focos de cr¨ªtica interna tienen menos fuerza o han quedado desactivados. Por ejemplo, Jaime Mayor Oreja, acompa?ado siempre de gran aparato medi¨¢tico y de cohorte de hooligans fieles, ha quedado tan d¨¦bil en el partido como que en el PP vasco le han callado y frenado en seco en el caso Bolinaga. O Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, al que le pesa m¨¢s la responsabilidad y el patriotismo de partido que el no disimulado desagrado a actuaciones de Rajoy.
Dudas en la direcci¨®n nacional sobre la candidatura de Ignacio Gonz¨¢lez
¡°Corremos el riesgo de que Rosa D¨ªez se convierta en el referente de esa cr¨ªtica¡±, asegura un dirigente del PP, que recuerda que Aguirre cubr¨ªa sectores como el de los partidarios de recortar el Estado de las autonom¨ªas. Explican que Aguirre puede mantener una cierta referencia cr¨ªtica, porque, como le ocurri¨® en su momento a Jos¨¦ Bono en el PSOE, es de los que nunca terminan de irse. Es el de los que se encuentran en el muy transitado camino que va del liderazgo al papel de ¡°mosca cojonera¡±, sin ataduras institucionales. Solo le faltar¨¢ una maquinaria de poder a su servicio y, adem¨¢s, sus hu¨¦rfanos podr¨¢n encontrar mientras quien les cobije y d¨¦ calor. La marcha de Aguirre es tambi¨¦n un problema para Rajoy, porque le abre en canal el frente de Madrid. El PP pierde el potente arrastre electoral de la expresidenta que, como explica uno de sus fieles, ¡°tiene un tir¨®n que no tiene ning¨²n otro en el partido¡±. Seg¨²n Metroscopia, Aguirre fijaba el apoyo al PP, con una fidelidad de voto m¨¢s alta que la media en toda Espa?a, porque cubr¨ªa varios sectores ideol¨®gicos.
Madrid es fundamental para el PP en las elecciones auton¨®micas de 2015, en v¨ªsperas de las siguientes generales y Rajoy necesita un candidato con garant¨ªas en la comunidad. Adem¨¢s, en el PSOE se da como seguro que la renuncia de Aguirre provoca la carambola de torcer los planes de Tom¨¢s G¨®mez, hasta obligarle a renunciar a sus aspiraciones en Ferraz, sin m¨¢s remedio que volver a presentarse en Madrid. La incertidumbre para el PP es a¨²n mayor porque en el Ayuntamiento de Madrid la te¨®rica candidata ser¨¢ Ana Botella y es a¨²n una inc¨®gnita como cabeza de lista.
El candidato natural, a d¨ªa de hoy, es Ignacio Gonz¨¢lez, pr¨®ximo presidente de la Comunidad, pero las apuestas en la sede de G¨¦nova no le son favorables. Primero porque queda mucho tiempo y es imprevisible c¨®mo ser¨¢ su gesti¨®n, con un perfil completamente distinto al de Aguirre. Tambi¨¦n porque, como brazo ejecutor de la presidenta madrile?a, tiene cad¨¢veres en el partido, lo que hace que algunos piensen que deb¨ªa hacer como Manuel Cobo, su equivalente en el entorno de Alberto Ruiz-Gallard¨®n, y retirarse con ella. ¡°Lo bueno se le atribu¨ªa a Esperanza y lo malo a Nacho¡±, asegura un veterano dirigente que admite la eficacia de Gonz¨¢lez como n¨²mero dos ejecutor y con instinto (pol¨ªtico) asesino, pero duda de que pueda ser un l¨ªder. Aguirre hab¨ªa conseguido imponer su disciplina en el PP de Madrid y no le tembl¨® el pulso cuando tuvo que cortar la cabeza de Francisco Granados o las de los implicados en G¨¹rtel. Sin un liderazgo fuerte como el de ella esa disciplina ser¨¢ m¨¢s difusa.
En principio, lo que se espera de Ignacio Gonz¨¢lez es una gesti¨®n continuista y de homenaje a su mentora, pero la historia est¨¢ llena de procesos de sucesi¨®n en los que el delf¨ªn se siente obligado a poner distancia de quien le nombra. La lista de ejemplos en Espa?a de ¡°asesinatos del padre¡±, aunque el sucesor sea a priori el m¨¢s fiel al sucedido, es interminable: Eduardo Zaplana y Francisco Camps; Jos¨¦ Bono y Jos¨¦ Mar¨ªa Barrera; Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Alfredo P¨¦rez Rubalcaba; Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Mariano Rajoy... Todos ellos, con matices y diferente graduaci¨®n, se han sentido en la obligaci¨®n de borrar las huellas de su mentor. Si se cumple esa norma, a Rajoy se le habr¨ªa abierto otro frente.
Ser¨ªa un proceso de sucesi¨®n cruenta, de los cl¨¢sicos que nadie ha explicado mejor que Carlos Fuentes en La silla del ¨¢guila: ¡°Si escoge al que m¨¢s le debe a usted, puede tener la seguridad de que lo traicionar¨¢ para demostrar que no depende de usted. Es decir: el que m¨¢s le deba ser¨¢ el que m¨¢s obligado se sienta a demostrar su independencia. En otras palabras, su deslealtad. El canibalismo pol¨ªtico se practica en todas partes (¡) El acto propiciatorio del nuevo presidente es matar al predecesor¡±.
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