Poco eco en la comunidad internacional
Gobiernos europeos y latinoamericanos prefieren no opinar y se centran en la crisis
La resoluci¨®n aprobada el pasado jueves por el Parlamento catal¨¢n a favor de un referendum soberanista no se enfoca ¨²nicamente a las relaciones entre Catalu?a y el resto de Espa?a. El documento insta a la Generalitat y a la propia C¨¢mara a apoyar ese proceso ¡°con di¨¢logo con la comunidad internacional y la Uni¨®n Europea¡± y para el Gobierno de Artur Mas es una obsesi¨®n que su propuesta tenga la m¨¢xima repercusi¨®n internacional para que gane apoyos. Pero esa visi¨®n trasnacional y europe¨ªsta no parece haber logrado hasta el momento mucha repercusi¨®n en los pa¨ªses de nuestro entorno europeo y latinoamericano cuyos gobiernos, en su mayor¨ªa, rechazan referirse a la posible secesi¨®n. Lo les preocupa, en realidad, es la crisis.
En Alemania, el pa¨ªs del que tanto el destino de Catalu?a como el del resto de Espa?a dependen m¨¢s ahora mismo, el Gobierno de Angela Merkel considera la propuesta de referendum ¡°un asunto interno¡±, pero fuentes pr¨®ximas a la canciller recordaron que nadie en el Ejecutivo alem¨¢n piensa que la hipot¨¦tica descomposici¨®n de Espa?a ser¨ªa una soluci¨®n para ninguno de sus problemas. Esas mismas fuentes se?alan que Berl¨ªn no mantiene contactos con l¨ªderes regionales, que el ¨²nico interlocutor v¨¢lido es el Gobierno central y que la ¨²nica prioridad del Gobierno de Merkel es que el pa¨ªs salga de la crisis econ¨®mica actual.
La deriva independentista catalana genera m¨¢s inter¨¦s en Reino Unido. Porque all¨ª tienen su propio problema secesionista: el Gobierno escoc¨¦s, presidido por el independentista Alex Salmond, ha anunciado un referendum sobre la independencia de Escocia para 2014. El Gobierno de David Cameron ha aceptado la propuesta a rega?adientes, aunque con la condici¨®n de que se celebre cuanto antes y con las reglas que imponga el Parlamento de Westminster. Quiz¨¢ por eso, tanto Londres como Edimburgo prefieren mantenerse al margen de la propuesta catalana. ¡°Es un asunto que compete al Gobierno espa?ol. No tenemos nada que decir¡±, se?al¨® un portavoz del Foreingn Office. El del primer ministro escoc¨¦s manifest¨®: ¡°No solemos hacer comentarios sobre asuntos internos y preferimos no opinar sobre la cuesti¨®n catalana¡±. Sin embargo, el tema si ha sido objeto de amplia cobertura por los medios que lo describen como un problema hist¨®rico que se ha exacerbado con la crisis.
Tampoco el Gobierno italiano quiere valorar la apuesta soberanista catalana. ¡°Mejor no hablar de los problemas que otro pa¨ªs pueda tener en el futuro. Ya tenemos suficientes aqu¨ª y ahora mismo¡±, mantiene. Pero desde Italia, la propuesta de referendum se ve con sorpresa y alivio. Sorpresa porque, hasta hace poco, Espa?a se ve¨ªa como un pa¨ªs que hab¨ªa logrado superiar en tiempo r¨¦cord los atrasos del pasado y superar en muchos aspectos a Italia. De alivio porque ofrecer a Espa?a en sacrificio significa ¡ªal menos temporalmente¡ª salvarse de la quema. En viernes, en la prensa, pod¨ªan leerse frases como esta: ¡°Espa?a se desmenuza entre indignados y separatistas. Rajoy mira a su alrededor y solo ve desastres¡±.
La propuesta de la Generalitat tambi¨¦n ha tenido seguimiento en la prensa de Am¨¦rica Latina, aunque menor. En M¨¦xico la manifestaci¨®n en torno al Congreso primaron sobre la marcha de la Diada y la consulta, en un pa¨ªs visto hasta hace poco como estable y pr¨®spero. El historiador mexicano Enrique Krauze avis¨® de que ¡°los nacionalismos llevan al aislamiento y al empobrecimiento cultural. Sus efectos pueden ser letales para una Catalu?a separada. ¡°Se trata de una fuga hacia adelante de la crisis y es cualquier cosa menos una soluci¨®n¡±, mantuvo el novelista H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn. ¡°Solo a?adir¨¢ a la crisis de Catalu?a un horizonte de incertidumbre pol¨ªtica y constitucional que agravar¨¢ las crisis de ambas¡±, Catalu?a y Espa?a.
Con informaci¨®n de Juan G¨®mez, Walter Oppenheimer, Pablo Ordaz y Luis Prados.
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