Urkullu, equidistante de Mas y Bildu
El PNV pone prudencia en sus apuestas identitarias para atraerse garantizarse el voto ¨²til Evita todo paralelismo con Catalu?a

En la pasada Diada, que gener¨® la tormenta perfecta del actual vendaval soberanista, el PNV envi¨® a segundos espadas. No fue un problema de agenda de sus dirigentes m¨¢s cualificados, sino una intencionada decisi¨®n. I?igo Urkullu no quiere ser atrapado por la bandera independentista del presidente de la Generalitat de Catalu?a, Artur Mas, con quien comparte un alma nacionalista, pero de quien le separa el pragmatismo suficiente para ganar el 21-0 con un discurso menos identitario, que le garantice el voto ¨²til porque no incomoda a los sectores econ¨®micos, sobre todo de Bizkaia, su basti¨®n.
Urkullu no esconde que es un nacionalista desde que naci¨® en una familia obrera vizca¨ªna, donde el euskera era el lenguaje de casa, fomentado por su madre, profesora de una ikastola. Todos sus rivales lo saben y de ah¨ª que los partidos constitucionalistas, preferentemente PSE y PP, no le crean cuando dice que ¡°mi prioridad es buscar soluciones ante la grave crisis econ¨®mica de este pa¨ªs¡±. Antonio Basagoiti lo tiene muy claro: ¡°El PNV tiene la cara de Urkullu, pero el alma de Ibarretxe¡±, dice el presidente de los populares vascos en referencia a la intenci¨®n no declarada de los nacionalistas de resucitar el plan soberanista del anterior lehendakari cuando se cree el nuevo Parlamento vasco.
El PNV sostiene que Euskadi ha andado ya el camino de la aspiraci¨®n catalana?
Hasta ahora, el candidato del PNV ha resistido todas las tentaciones externas para que disuelva todas las dudas sobre su voluntad real en materia identitaria. En los ¨²ltimos d¨ªas, en cambio, Urkullu no quiere alejarse en exceso de las cotas independentistas que se asocian de s¨²bito a la izquierda abertzale. Por eso es f¨¢cil escucharle, como ayer en Onda Cero, que ¡°el PNV est¨¢ m¨¢s cerca del ideario de EH Bildu que del PP¡± en cuestiones soberanistas. Tambi¨¦n le ocurre con el ideario de Artur Mas, a quien visit¨® en la Generalitat antes de empezar a pedir el voto en la campa?a del 21-O.
Urkullu maneja h¨¢bilmente la equidistancia entre ambas referencias soberanistas. Con la izquierda radical porque no le interesa entrar en un cuerpo a cuerpo, que a buen seguro perder¨ªa socialmente, y debilitar¨ªa su posici¨®n en terrenos menos ilusionados con la independencia como ocurre con Bizkaia. En este territorio, el PNV domina desde siempre la poderosa Diputaci¨®n con el perfil autonomista de Jos¨¦ Luis Bilbao, mientras I?aki Azkuna les garantiza, en el Ayuntamiento de la capital, la ¨²nica mayor¨ªa absoluta de una instituci¨®n p¨²blica vasca. Es f¨¢cil comprender que Urkullu reserve los anhelos soberanistas para otros auditorios.
En cuanto a la equidistancia con Mas, el PNV entiende que el camino ahora a?orado por Catalu?a ¡°ya lo ha recorrido Euskadi¡±, aunque, obviamente, dice que le parece ¡°respetable¡±. Y lo hace con los datos en la mano que actualizan aquel acuerdo del Parlamento vasco, ya en febrero de 1990, en favor del derecho de autodeterminaci¨®n; el denominado plan Ibarretxe de 2004, rechazado por el Congreso meses despu¨¦s, donde contemplaba la f¨®rmula de una comunidad libremente asociada al Estado espa?ol, mir¨¢ndose en el espejo de la relaci¨®n de Puerto Rico y EE UU; y, finalmente, la Ley de Consulta, que el Tribunal Constitucional vet¨® en 2008.
El PP insiste en ver a EH Bildu como los c¨®mplices del terror
El delegado del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco, Carlos Urquijo, mantiene un discurso muy pr¨®ximo a la l¨ªnea m¨¢s dura del PP y de f¨¢cil acogida entre las v¨ªctimas del terrorismo de ETA. Ayer lo volvi¨® a evidenciar en unas jornadas, celebradas en Vitoria, sobre el final de la violencia, donde asegur¨® que ¡°quienes se convirtieron en c¨®mplices del terror no pueden erigirse ahora en redactores del relato para blanquear su siniestro papel en esta tragedia¡±, en una referencia expl¨ªcita a EH Bildu.
En su intervenci¨®n, Urquijo subray¨® la importancia del relato sobre los efectos del terrorismo para detectar, avis¨®, c¨®mo ¡°sin haberse cumplido un a?o desde la declaraci¨®n de cese definitivo del terror por parte de ETA¡±, su ¡°brazo pol¨ªtico¡±, en alusi¨®n a EH Bildu, se presenta a las elecciones ¡°como los art¨ªfices de la paz¡±, en las que ¡°todas las encuestas le auguran un magn¨ªfico resultado¡±, subray¨®. Urquijo critic¨® que ¡°aquellos que tantas veces miraron para otro lado probablemente regresen al Gobierno vasco el d¨ªa 21¡±, fecha de las elecciones en Euskadi.
Consciente de la intencionalidad electoral del PNV, EH Bildu le afea cada vez que puede su timorata postura. Laura Mintegi, la candidata abertzale, se lo ha dicho personalmente a Urkullu: ¡°Tu posici¨®n sobre el futuro de Euskadi no es la misma que la m¨ªa¡±. En el fondo, la coalici¨®n (antigua Batasuna, EA, Alternatiba y Aralar) se esfuerza por acercar a sus dominios a un PNV para as¨ª ahormar conjuntamente y desde la mayor¨ªa en el Parlamento una p¨¦trea posici¨®n frente al Gobierno central. Mintegi plantear¨¢ de inmediato la cuesti¨®n del derecho a decidir en la C¨¢mara porque as¨ª, dice, ¡°atender¨¢ a la reivindicaci¨®n que se escucha en la calle¡±. En la reciente encuesta del CIS, el modelo de autogobierno de Euskadi supon¨ªa una preocupaci¨®n para el 4,1% de los vascos. Las posiciones entre los defensores y los detractores de la independencia se repart¨ªan equitativamente.
La incitaci¨®n de la izquierda abertzale al PNV en materia soberanista no es de hoy. Todav¨ªa se recuerda c¨®mo Arnaldo Otegi, al frente entonces de la marca radical Socialista Abertzaleak, desvel¨® ufano que su grupo aportaba tres de los seis votos disponibles ¡ªel s¨¦ptimo correspond¨ªa a Josu Urrutikoetxea, huido de la justicia como hasta ahora¡ª para que el plan Ibarretxe fuera aprobado (39 de los 75 parlamentarios).
La imagen qued¨® tan grabada en la retina de socialistas y populares que no dudan de su reedici¨®n cuando EH Bildu y PNV puedan. Pero, en esta ocasi¨®n, el perfil del candidato nacionalista a lehendakari dista mucho del independentista Ibarretxe; tanto que en un amplio sector de la afiliaci¨®n, que no de los cuadros dirigentes, se a?ora el ideario desafiante del anterior presidente del Gobierno vasco. Urkullu tiene fijado su tempo para la explosi¨®n nacionalista y as¨ª lo recoge en el cuaderno de bit¨¢cora nacionalista Ados! [De acuerdo]. Ser¨¢ a partir de 2015 con el debate de un nuevo estatus pol¨ªtico. Hasta entonces, como repiti¨® ayer su presidente, ¡°el PNV aplicar¨¢ una pol¨ªtica de pragmatismo en cada momento¡±. Vaya, como siempre que ha gobernado aunque entonces, eso s¨ª, EH Bildu no exist¨ªa ni se le esperaba.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.