La misi¨®n imposible del hijo de ¡®Lalo¡¯
Patxi L¨®pez sab¨ªa que su suerte como 'lehendakari' estaba echada, en un pa¨ªs de mayor¨ªa nacionalista, a partir de la legalizaci¨®n de la izquierda 'abertzale'
Lo ten¨ªa dif¨ªcil, por no decir imposible. Y ¨¦l lo sab¨ªa. En un pa¨ªs de mayor¨ªa nacionalista, a partir de la legalizaci¨®n de la izquierda abertzale, la suerte como lehendakari de Patxi L¨®pez (Portugalete, Bizkaia, 1959) estaba echada. Pero se ha rebelado hasta el final contra el adverso augurio de las encuestas, encarando una intensa campa?a de desgaste personal como candidato a la reelecci¨®n por un territorio, ?lava, que no es el suyo.
Este socialista desde ni?o, hijo de un reconocido l¨ªder sindical en la dictadura, Eduardo Lalo L¨®pez Albisu, encargado de las finanzas del PSOE en la clandestinidad, y a quien nunca se atrevi¨® a preguntar por los panfletos escondidos o a qu¨¦ hab¨ªan venido Felipe Gonz¨¢lez, Manuel Chaves o Txiki Benegas a su humilde piso de la industrial margen izquierda de la r¨ªa, siente ¡°pasi¨®n¡± por la pol¨ªtica, pero sobre todo por ¡°la lucha por la libertad¡±, que asocia al ejemplo que vio en sus padres. L¨®pez, poco amigo de los estudios ¡ªabandon¨® Ingenier¨ªa Industrial en el primer curso¡ª, nunca olvidar¨¢ los frecuentes registros domiciliarios, pero mucho menos cuando su madre, excelente cocinera, le aclar¨® aquella noche que su padre ¡°estaba detenido, pero no por ladr¨®n, sino por luchar por los dem¨¢s¡±.
El primer socialista que ha presidido un Gobierno vasco idea ahora su futuro. Nadie duda de que muchas noches, mientras prepara la cena en Ajuria-Enea, lo habr¨¢ comentado con ¡°su pasi¨®n¡±, Bego?a Gil, su esposa, tambi¨¦n pol¨ªtica socialista, y fiel consejera. Asegura que su firme voluntad es ¡°quedarse¡± en Euskadi. Los dem¨¢s, incluidos los suyos, creen que Alfredo P¨¦rez Rubalcaba le tiene reservado un sitio.
Aficionado a la fotograf¨ªa y a los viajes con el pretexto de un buen concierto, frustrado por no tocar ning¨²n instrumento musical, ¡°aunque no renuncio a conseguirlo todav¨ªa¡±, L¨®pez, que compr¨® de segunda mano a Joaqu¨ªn Almunia por 13.000 pesetas su primer tocadiscos, es un incansable coleccionista de vinilos y CD. Y no se ha despegado del suelo durante sus casi cuatro a?os como lehendakari. Hace la compra en un supermercado, pasea con su mujer y dice sentirse ¡°libre¡± mientras toma un pintxo de tortilla de patatas en un bar y aprovecha entonces para fumar uno o dos cigarrillos.
Una vez llegado a la orilla, se enrabieta por el ninguneo al que ha sido sometido por el vers¨¢til ¨¢mbito nacionalista. Sangra por esa espina que lleva clavada, aunque ahora se consuela diciendo que ¡°les hemos demostrado que sabemos gobernar mejor que ellos cuando llegan tiempos de crisis como ahora¡±. Quiz¨¢ por eso se siente especialmente satisfecho de su ¡°triunfo a los puntos¡± en el debate electoral de ETB (18,1% de share), aunque el dato que vale est¨¢ en las urnas de este domingo. Con todo, lo m¨¢s dif¨ªcil llega ahora: cu¨¢l es el camino a seguir por el PSE-EE, que ve aturdido c¨®mo su primera referencia institucional en Euskadi es el Ayuntamiento de Barakaldo (100.000 habitantes). L¨®pez, sin oposici¨®n interna alguna y fortalecido en la recta final de su mandato, se siente obligado a adecuar el partido a la nueva realidad. Aunque empiece a viajar m¨¢s a Madrid.
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